Ciudad de México, 1 de enero (SinEmbargo).- Desde los daguerrotipos a la fotografía experimental, la historia de la fotografía ha estado ligada estrechamente al desnudo. Esta, más allá de pretensiones estéticas de cualquier tipo, es la historia de la fascinación de la humanidad con el tema. Los cuerpos libres de vestiduras y, sobre todo, siempre en ese límite contradictorio entre lo prohibido y lo natural.
Así, desde el amanecer de los tiempos, o al menos desde el amanecer del daguerrotipo, hay un tema que ha cautivado a artistas de todos los medios y movimientos con su belleza, intriga y aura mística: el desnudo. No obstante, a pesar de su antigüedad, la odalisca al natural, tal y como vino al mundo sigue siendo un tema prohibido inclsuo en regiones del mundo en donde, se supone, la aceptación del cuerpo humano ha vencido a cualquier tabú.
Sn embargo, no se trata de un tema nuevo. Antes de los desnudos fotográficos, el tema ha cautivado a artistas, teóricos y consumidores desde hace hace más de dos siglos. Así, antes de 1839, las representaciones del desnudo se producían mediante dibujos, pinturas y grabados.
A pesar de esta fascinación, a todas estas representaciones les faltaba el detalle y la veracidad que aporta la fotografía. Así, había algo ilícito que era más inherente a la fotografía erótica que a una pintura del mismo tema, por lo que se consideraron más cercanas a la vida real.
De esta manera, la representación fotográfica del cuerpo humano es el único tema que ha cautivado a fotógrafos, teóricos y los consumidores durante un período tan largo. Ningún otro motivo es tan frecuente como éste durante todas las fases del desarrollo que comprende la historia de la fotografía. Sea cual sea el tema, no hay otro que esté tan presente y, aún así se mantenga como un tema que desencadene debates sin importar el contexto de los movimientos y corrientes estéticas.
Así mismo, ningún otro tema pictórico ha producido una cantidad de ramificaciones como el desnudo. Desde la interpretación etnológica del cuerpo a el último grito de la moda, pasando por la fotografía pin-up. Ningún otro campo fotográfico ha inspirado tanto deseo y, al mismo tiempo, ha despertado la ira oficial de instituciones, gobiernos e individuales.
El libro de la editorial Taschen 1000 Nudes repasa los primeros años de la industria de la fotografía erótica, desde su nacimiento en 1839. Este compendio de imágenes provienen de la colección de Uwe Scheid, un prominente coleccionaste de obras de arte eróticas y miembro de la Sociedad Alemana de Fotografía. Schied es el coautor del libro junto al también alemán Hans-Michael Koetzle, de Munich.
La historia en blanco y negro y sepia de este sugerente imaginario pasa por géneros que van desde el surrealismo a la pornografía y pasa por todos los escondijos y ranuras en medio de estos.
De igual manera, rinde homenaje a toda la gama de enfoques pictóricos, desde los desnudos artísticos elaborados manualmente de principios del siglo XX, hasta aquellos motivos de postales catalogados como “obscenos” sin la más mínima pretensión artística cuya única intención era la de ejercer un efecto sobre la cartera del comprador.
