ENTREVISTA | Que Federico García Lorca permanezca enterrado donde esté: Laura García Lorca

01/04/2017 - 12:04 am

Laura García Lorca es la hija de Francisco García Lorca, el hermano del autor de Bodas de sangre y Romancero gitano, entre otras muchas obras. Nació en Nueva York y hoy dirige la Huerta San Vicente y es secretaria de la fundación dedicada a su tío.

Ciudad de México, 1 de abril (SinEmbargo).- Cuenta Laura García Lorca que en su casa se hablaba poco de su tío. A su padre, Francisco, le dolía mucho su hermano Federico. Lo primero que vio de su tío fue El amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, durante un montaje que sus padres preparaban para la Universidad de Columbia. .

“Su muerte dejó en casa el peso de la tragedia y pronto me di cuenta de que su marcha había influido y afectado a mucha gente; eso era evidente”, dice la sobrina y sin duda una pensadora independiente, capaz de levantarse de una estafa inesperada y de seguir en la lucha para llevar a Granada todos los documentos de Federico García Lorca.

Vino a México invitada por el Festival Verbo, que dirige el poeta Fausto Alzatti. “Venir a México es algo a lo que no puedo decir que no”, cuenta con el rostro ruborizado, confesando su amor por nuestro país.

­–En principio, ¿qué significa ser la sobrina de Federico García Lorca?

­–Digamos que tiene dos niveles; uno es el personal y otro es el estar al frente de la Fundación Federico García Lorca, que en alguna forma le ha quitado peso antes de dedicarme a organizar actividades en torno a su figura. Yo nací en el exilio. Mi familia tanto paterna como materna se tuvo que ir de España. Mi abuelo materno era Fernando de los Ríos era un político socialista y fue muy importante en la vida de los hermanos García Lorca. Mi abuelo Federico García era un labrador, próspero pero sin una formación normal y encargó a su amigo que se hiciera cargo de la educación de sus hijos. Sugirió que los hermanos García Lorca vinieran a Madrid y así les cambió totalmente el mundo para ellos. El cambio a Madrid fue fundamental. Después del asesinato de Federico mi abuelo fue enviado como embajador de la República a los Estados Unidos, como sabemos Estados Unidos no apoyó a la República y él sugirió a los García Lorca que se fueran a los Estados Unidos. Mi padre y mi madre se enamoraron allí, se conocían desde niño, pero se enamoraron allí. La presencia, más bien la ausencia, de la figura de mi tío estaba en la casa.

­–Además de lo personal, fue un testimonio fundamental contra la dictadura y hoy sigue así

–Es verdad. Sigue. Fue un símbolo tan importante para todas las víctimas y para los que sufrieron el exilio, además de para aquellos que no pudieron irse al exilio y tuvieron que resistir la dictadura.

–¿Cómo llegaste a la Fundación?

–Bueno, me dediqué a muchas cosas. Fui actriz, estudié literatura, hasta que un día me pidieron que dirigiera la Huerta de San Vicente, que sorprendentemente hasta el año 1995 no había nada dedicado a Federico García Lorca en Granada. Después de casi 20 años de democracia. La casa de veraneo se convirtió en un museo. La Fundación se creó en Madrid en 1982. Ir a San Vicente y comenzar a hacer actividades en la casa fue muy importante, porque se trataba de que Federico no estuviera representado sólo por una linda casita. Tenía que tener una dimensión acorde con su figura y con todo su quehacer. Empecé a invitar a gente a la casa, sólo se podía hacer actividades con el buen tiempo y lo que era claro era hacer un programa internacional de calidad, que reflejara el gran diálogo que tiene él con el resto del planeta. Hay un diálogo vivo entre Federico García Lorca y varias generaciones que viven en el mundo. Es un autor muy vivo, la verdad.

–Dirías que analizando su obra ¿él podría haber escrito más?

–Escribió muchísimo, pero tenía 38 años apenas lo asesinaron. Claro, es normal pensar que hubiera seguido escribiendo y haciendo otras cosas. Se interesó mucho por el cine, había escrito un guión y habló mucho del teatro que quería hacer, lo llamaba el teatro del futuro. Tenía la vida por delante.

Ahora los planes son trasladar los documentos de Federico a Granada. Foto: SinEmbargo

­–¿Él pensaba que lo iban a matar?

–Yo creo que no porque no se hubiera ido a Granada. Todos sus amigos le decían, quédate en Madrid, aquí estás más seguro, más protegido. Se sentía a salvo, porque además tenía amigos de la derecha, de hecho fue a casa de los amigos de la derecha, los Rosales…

­–¿Qué pasa con su cadáver?

–Bueno, es una historia muy larga que se ha manipulado mucho y que no tiene nada que ver con la postura que tenemos sus herederos. No es casual que todos estemos de acuerdo. En primer lugar hemos defendido siempre el derecho de todos a buscar los restos de sus familiares. Es algo comprensible y representa un consuelo. En el caso de Lorca, lo que nosotros sentimos es que él está destacado por su obra, por su vida, por cómo fue asesinado y nos ponemos en la realidad es que se ponen a escarbar en una fosa común, rodeado de restos y se empieza a seleccionar entre los restos. El impulso ahí es buscar los restos de García Lorca, pero hay como 1000 muertos. Habría que hacer para empezar una selección de restos, creemos que por respeto a él y por no convertir en una cosa mediática y por respeto a las otras víctimas, que el hecho de que él esté mezclado con todos es una garantía para que se respete ese lugar como un lugar de memoria. La historia es esa, los asesinatos fueron brutales, todas son las víctimas y ese no es el sitio para destacarlo, mientras él esté ahí la memoria se recordará.

–¿Por qué piensas que hubo tanta trascendencia mediática?

–Bueno, porque hay mucho morbo, porque es algo que se vende y se fomenta, que hay también intereses de investigadores que les daría mucha fama.

–¿Ahora cómo está el tema?

–Ahora han vuelto a hacer una excavación enorme y está pasando una cosa perversa. No encontraron a Lorca y no encontraron nada, sólo una bala en un sitio, como si allí no hubiera pasado nada.

–Tú naciste en Nueva York y uno de los poemarios que más me gustan es Poeta en Nueva York

–Es un poemario tremendo. Marcó un nuevo estilo para Federico García Lorca, fue un momento de crisis personal, cuando había roto con la pareja más importante que tuvo y cuando había roto con Dalí y con Buñuel, que le habían criticado mucho su Romancero Gitano. Luego de la muerte de Federico, Buñuel reconoció que en ese momento no había entendido el Romancero Gitano y que lo había criticado porque le parecía demasiado folclórico. Que habían hecho una lectura superficial de ese libro. Mientras todos se iban a París, él se fue a Nueva York y dio ahí unas charlas. Fue un viaje que lo marcó personalmente y que marcó la historia de la poesía en español.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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