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Greenpeace

01/05/2017 - 12:00 am

El poder de la gente contra la privatización del “oro verde”

A medida que avanza la ciencia y se expanden los mercados, grandes industrias y corporaciones aceleran en la carrera por descubrir usos comerciales de los secretos guardados en la naturaleza. Secretos guardados, más concretamente, en la información genética de la biodiversidad, lo que hace de ésta última un recurso crucial para la humanidad.

Ésta es la razón por la cual la exploración científica de la biodiversidad y la información genética se han convertido en la nueva Fiebre del Oro, del Oro Verde en este caso. Foto: Especial

A medida que avanza la ciencia y se expanden los mercados, grandes industrias y corporaciones aceleran en la carrera por descubrir usos comerciales de los secretos guardados en la naturaleza. Secretos guardados, más concretamente, en la información genética de la biodiversidad, lo que hace de ésta última un recurso crucial para la humanidad.

Las especies por explorar resguardan potenciales curas para el cáncer, materiales para construcciones más duraderas, alimentos más nutritivos y fibras para elaborar telas más resistentes. No podemos siquiera imaginar lo que estas cosas valen, pero podemos especular que se trata de miles de millones de pesos o dólares.

Ésta es la razón por la cual la exploración científica de la biodiversidad y la información genética se han convertido en la nueva Fiebre del Oro, del Oro Verde en este caso. Pero a diferencia de los migrantes que buscaban oro en el Viejo Oeste de Estados Unidos durante el siglo antepasado, no cualquiera está en condiciones de participar en la actual carrera por el oro verde. Los requisitos técnicos son muchos y las mejores posicionadas son las grandes multinacionales, frecuentemente de las industrias alimentaria y farmacéutica.

El problema con el oro verde es que muy a menudo ya ha sido descubierto e incluso tiene dueño. Se trata de los pueblos y comunidades indígenas y/o campesinos que a través de miles de años han aprendido a apreciar y beneficiarse de su entorno, al mismo tiempo que a cuidarlo. Solo en México, la medicina tradicional da cuenta de una gran variedad de hierbas, raíces u hongos que tienen aplicaciones para distintos malestares, y cuyo conocimiento ha pasado de generación en generación sin tener que estar plasmado en una patente.

En la era de la máxima apertura comercial, ese conocimiento tradicional de la naturaleza es usado como una ruta hacia el oro verde. De esta forma, corporaciones sin escrúpulos dan con el principio activo de distintas especies, lo patentan y desarrollan aplicaciones que comercializan sin remunerar de manera justa a los grupos humanos que conservaron este conocimiento. A esto se le conoce como biopiratería. Este fenómeno se agudiza a medida que se acelera el deterioro ambiental. A mediados de los ochenta, analistas de la industria farmacéutica advirtieron que cada planta medicinal de las selvas tropicales que se extinga podía representar pérdidas por más de 200 millones de dólares.

México está entre los 10 países con mayor biodiversidad del mundo, incluyendo una diversidad étnica y cultural equivalente, por ello es que representa un paraíso para quienes buscan explotar el oro verde basado en el conocimiento tradicional. Pese a este contexto, una iniciativa presentada por el Partido Verde Ecologista de México en octubre pasado ante el Senado abre la puerta a la privatización de los recursos genéticos de México, al comprimir en una sola ley hecha al vapor las disposiciones de varias leyes existentes que regulan el acceso a los recursos genéticos.

Gracias al poder de la gente, la iniciativa no ha podido ser aprobada a dos días de que finalice el actual periodo de sesiones en el Congreso mexicano. Más de 50,000 personas se han sumado a una iniciativa lanzada por Greenpeace para exigir que esta iniciativa se rechace y, en su lugar, se convoque a un debate amplio, abierto e informado para definir el acceso a los recursos genéticos de todos los mexicanos. En este proceso deben participar, de manera prioritaria, los pueblos y comunidades indígenas y/o campesinos, que dada la actual iniciativa están en riesgo de ser despojados de sus recursos y atropellados en sus derechos.

Desde Greenpeace invitamos a los ciudadanos conscientes a sumarse a la petición  para exigir que el destino de la biodiversidad y los recursos naturales de México sean analizados de una forma ejemplar, tomando en cuenta las prioridades de la sociedad y en particular de los grupos más vulnerables. De esta manera, el poder de la gente se impondrá ante los esfuerzos de privatizar el oro verde de México.

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