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Presidentes, líderes, Obama, Al Gore y hasta alcaldes lamentan que EU deje el Acuerdo de París

01/06/2017 - 5:00 pm

El acuerdo se convirtió en uno de los logros distintivos del Presidente Barack Obama. Sin embargo, Trump prometió durante su campaña rechazar el pacto que, dijo, implicaría aplicar políticas ambientales más estrictas que podrían perjudicar la economía y costar puestos de trabajo.

Según los economistas, dejar el Acuerdo de París y reducir los esfuerzos para controlar las emisiones difícilmente redundará en una gran creación de empleos. Mientras que el ex Presidente Obama, quien hizo de su agenda de combate del cambio climático una de las prioridades de su Gobierno, consideró que con esta decisión, Trump “rechaza el futuro”.

Berlín/Washington/Ciudad de México, 1 de junio (AP/EFE/SinEmbargo).- Líderes mundiales se comprometieron el jueves a mantener la lucha contra el calentamiento global, mientras el presidente estadounidense Donald Trump anunciaba que su país se retiraba del acuerdo climático de París.

El funcionario de mayor rango de la Unión Europea en materia de cambio climático dijo que la decisión de Trump de abandonar el acuerdo de París hizo que sea “un mal día para la comunidad global”.

Miguel Arias Cañete, comisionado de la UE de Acción por el Clima y Energía, dijo en un comunicado que el bloque “lamenta profundamente la decisión unilateral del gobierno de Trump”, pero prometió que “el mundo puede continuar contando con Europa para el liderazgo global”.

Cañete pronosticó además que la Unión Europea buscaría nuevas alianzas de las economías más grandes del mundo con las islas Estado más vulnerables, así como con empresas e individuos estadounidenses que apoyan el acuerdo.

El primer ministro italiano Paolo Gentiloni dijo a través de Twitter que Italia mantendrá sus compromisos de reducir emisiones, de energía renovable y desarrollo sustentable.

El fondo de pensiones más grande de Noruega, con 53.000 millones de euros (59.500 millones de dólares) en activos, dijo que continuaría invirtiendo en energía renovable a pesar de la decisión del presidente estadounidense, y agregó en un comunicado que “Donald Trump está saltando de un tren que ya partió de la estación”.

El director general Odd Arild Grefstad señaló el crecimiento de la energía renovable en entidades de Estados Unidos como Texas, Nueva York y California como signos de que “el mundo ha comenzado la transición de (combustibles) fósiles a una economía renovable”.

La Conferencia de Alcaldes de Estados Unidos dijo que se oponía enérgicamente a la acción de Trump y prometió que los alcaldes estadounidenses continuarían los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero a las que se atribuye el calentamiento global.

El alcalde de Nueva Orleans, Mitch Landrieu, vicepresidente del grupo, señaló que el retiro del acuerdo era “miope” y calificó el cambio climático como una amenaza grave paras las comunidades costeras, para la nación y el mundo. Dijo que si n ose frena, el aumento del nivel del mar ocasionado por el cambio climático podría significar que Nueva Orleans y otras ciudades costeras “dejarán de existir”.

El ex vicepresidente estadounidense Al Gore calificó la decisión de Trump como “una acción imprudente e indefendible” y añadió que la medida “socava el estatus de Estados Unidos en el mundo”.

Antes de que Trump anunciara su decisión la tarde del jueves, el primer ministro chino Li Keqiang dijo a reporteros durante una visita a Berlín que el combate al calentamiento global era “un consenso global” y una “responsabilidad internacional”.

La canciller alemana Angela Merkel dijo que su país seguirá “cumpliendo nuestras obligaciones del Acuerdo de París”.

NI LOS ECONOMISTAS LO CREEN

El Presidente Donald Trump ha declarado que abandonar el Acuerdo de París sobre el cambio climático sería una victoria para la economía de Estados Unidos.

Estados Unidos, Siria y Nicaragua forman el club de tres países que no están en el acuerdo global.

Muchos economistas tienen grandes dudas al respecto, y qué decir del ex Presidente Barack Obama, quien lamentó que con la salida de EU del Acuerdo de París, ahora el país se sitúe en “el pequeño puñado de naciones que rechazan el futuro”.

“Aunque este Gobierno se une a un pequeño puñado de países que rechazan el futuro, confío en que nuestros estados, empresas y ciudades darán un paso al frente y harán aún más para liderar el camino” en la lucha contra el cambio climático, expresó Obama en un comunicado minutos después de que Trump anunciara la salida de EU.

A decir de expertos, el acuerdo podría contribuir a la generación de aproximadamente la misma cantidad de puestos de trabajo en el campo de la energía renovable que los que eliminaría en las industrias contaminantes.

El país correría el riesgo de perder la oportunidad de encabezar al mundo en el desarrollo de tecnología amigable con el ambiente y la correspondiente generación de puestos de trabajo.

Lo que es más, a largo plazo, el cambio climático mismo amenaza con imponer enormes costos a la economía del país.

“Retirarse del Acuerdo de París difícilmente creará empleos en Estados Unidos”, declaró Cary Coglianese, profesor de la Universidad de Pensilvania y editor del libro “Does Regulation Kill Jobs?” (¿Las reglamentaciones eliminan empleos?).

“Aun cuando en ocasiones las normativas ambientales específicas pueden causar la pérdida de empleos, también pueden propiciar y propician la creación de nuevos puestos de trabajo, un resultado que equivale más o menos a un empate”, agregó.

El Acuerdo de París ha encontrado un sorprendente apoyo entre las grandes compañías, desde las petroleras Exxon Mobil y Royal Dutch Shell hasta otras empresas gigantes como Walmart y Apple.

“Necesitamos un marco de trabajo como ese para enfrentar el desafío y el peligro del cambio climático”, declaró el miércoles Darren Woods, director general de Exxon Mobil.

De la misma forma, el director general de Shell, Ben Van Beurden, dijo a la red radiofónica NPR a principios de mayo que el discurso de abandonar el Acuerdo de París genera el riesgo de crear “imprevisibilidad”, la cual le dificulta a las empresas la toma de decisiones.

Elon Musk, director general del fabricante de vehículos eléctricos Tesla y de la compañía aeroespacial SpaceX, tuiteó que él podría retirarse de dos consejos de asesores de la Casa Blanca de los que forma parte si Trump concreta su amenaza de abandonar el Acuerdo de París.

En dicho tratado, casi 200 naciones aceptaron en 2015 reducir voluntariamente las emisiones de gases de efecto invernadero en un pacto histórico para combatir el cambio climático.

El acuerdo se convirtió en uno de los logros distintivos del Presidente Barack Obama. Sin embargo, Trump prometió durante su campaña rechazar el pacto que, dijo, implicaría aplicar políticas ambientales más estrictas que podrían perjudicar la economía y costar puestos de trabajo.

Un funcionario de la Casa Blanca indicó el miércoles que Trump aún tiene pensado retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, aunque la decisión final no está tomada. Y el mandatario ya se ha retractado de promesas políticas importantes, como abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, medida que ya no favorece.

Según los economistas, dejar el Acuerdo de París y reducir los esfuerzos para controlar las emisiones difícilmente redundará en una gran creación de empleos.

El carbón mineral están altamente automatizadas y es improbable que se embarquen en una racha de contrataciones incluso si Estados Unidos se retira del Acuerdo de París, aseguran los expertos.

“El posible número de empleos que uno puede crear en las industrias relacionadas con los combustibles fósiles es limitado, mientras que el posible número de empleos que se crearían en las tecnologías verdes… en principio, es ilimitado”, dijo Bart van Ark, economista en jefe del Conference Board, un grupo empresarial de investigación.

De hecho, Estados Unidos emplea más personas en el campo de la energía solar (casi 374 mil) que en la hulla (poco más de 160 mil), según el Departamento de Energía.

“La percepción de que tenemos que decidir entre crear empleos o enfrentar el cambio climático es una alternativa falsa”, dijo Dean Garfield, presidente del grupo tecnológico ITI.

“Nuestra industria de energía limpia está creciendo y emplea a millones de estadounidenses en trabajos bien remunerados tanto en los estados partidarios de los republicanos como en los que respaldan a los demócratas al tiempo que suministra energía a más de nuestras empresas y comunidades”, agregó.

“Todavía no es demasiado tarde para que el Presidente mantenga el curso y trabaje con la industria tecnológica a fin de garantizar que continúe la generación de empleos para los estadounidenses en el campo de la energía limpia y que el liderazgo de Estados Unidos no sea segundo lugar frente a nadie en innovación”, señaló.

Muchas compañías grandes afirman que deben tomar decisiones de inversión de largo plazo basadas en el supuesto de que la mayoría de las naciones endurecerán las normas ambientales. En consonancia, esos países han aumentado la inversión en tecnologías verdes.

“El sector empresarial mantiene su avance de cualquier manera”, declaró van Ark. “Las compañías que están en esto lo hicieron a largo plazo. No sólo por cuatro años, el período de un Presidente” en Estados Unidos.

General Electric, por ejemplo, tiene pensado invertir 25 mil millones de dólares en investigación y desarrollo de tecnologías limpias desde este momento hasta el 2020.

“Nosotros creemos que el cambio climático es real y que los datos científicos que lo respaldan tienen acogida en general”, escribió el director general de GE, Jeffrey Immelt, a los empleados en un blog en marzo. “Nuestros clientes, socios y países exigen tecnología que genere energía a la par de reducir las emisiones, mejorar la eficiencia energética y bajar los costos”.

Los economistas también han advertido que el cambio climático podría tener consecuencias devastadoras en la economía global. Las sequías y la escasez de agua podrían debilitar el crecimiento. El aumento del nivel de los mares podría inundar ciudades y tierras agrícolas ubicadas en tierras bajas.

Según un informe de 2015 de Marshall Burke, de la Universidad de Stanford, y Sol Hsiang y Ted Miguel, de la Universidad de California en Berkeley, el cambio climático podría reducir 20 por ciento la producción económica mundial para 2100, cinco veces más que las proyecciones previas.

“El cambio climático global es una amenaza para la economía”, dijo Mark Zandi, economista en jefe en Moody’s Analytics. “Todo lo que hagamos que funcione para reducir el calentamiento global es positivo para la economía”. Todo lo que retrase la lucha contra el cambio climático es “negativo para la economía”.

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