Reporteros Sin Fronteras demanda a la inteligencia alemana por espiar correos

01/07/2015 - 9:30 am

Berlín, 1 jul (EFE).- Reporteros Sin Fronteras (RSF) en Alemania anunció hoy que ha presentado una demanda contra el servicios de inteligencia germano BND, ante el temor de que su correspondencia electrónica con socios extranjeros y periodistas haya sido objeto de vigilancia.

Esta organización defensora de la libertad de prensa, que está dispuesta a llegar hasta el Tribunal Constitucional con su demanda, sostiene que los programas de espionaje del BND vulneran la confidencialidad de las comunicaciones.

“Tenemos que partir de la base de que se han visto afectados correos remitidos y recibidos por Reporteros Sin Fronteras”, declaró en Berlín Matthias Spielkamp, miembro de la junta directiva de la organización.

Según el informe anual de la comisión de secretos oficiales en enero pasado, en el marco de sus funciones de vigilancia estratégica el BND buscó palabras clave en centenares de millones de correos electrónicos, con un resultado de más de 15 mil coincidencias, que fueron analizadas con mayor detenimiento.

Reporteros Sin Fronteras, que en 2013 envió y recibió 280 mil correos electrónicos, considera probable que sus mensajes fueran espiados, un control que “perjudica de forma grave” su trabajo y “vulnera los intereses de la organización”.

“RSF es para numerosos periodistas de Alemania y de Estados autoritarios como Uzbekistán, Azerbaiyán o China un interlocutor habitual e importante al que se dirigen con asuntos e informaciones confidenciales”, indica la organización en un comunicado.

Considera que, debido a este control por parte del BND, “el anonimato de los informantes ya no está garantizado y la libertad de información en Alemania (se encuentra) amenazada”.

La demanda de RSF se extiende además al programa informático VerAS, con el que el BND recoge y analiza desde 2002 metadatos obtenidos de conexiones telefónicas, SMS, correos electrónicos, datos de navegación en internet y el uso de redes sociales, también de ciudadanos alemanes. EFE

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