El Cairo, 1 sep (EFE).- La Fiscalía kuwaití remitió a tribunal el expediente de 25 nacionales y un iraní acusados de posesión ilegal de armas y de mantener contactos con Teherán y el movimiento chií libanés Hizbulá, informó hoy la agencia estatal de noticias KUNA.
En un comunicado, el fiscal general, Derar al Asusi, informó de que las investigaciones habían concluido y agregó que 23 de los sospechosos permanecerán en prisión preventiva, mientras que otros tres siguen en libertad a la espera de juicio.
Además, explicó que 24 de los procesados afrontan cargos por cometer “actos contra la unidad e integridad territorial” de Kuwait, así como por mantener “contactos clandestinos” con Irán y Hizbulá.
Se les acusa de adquirir, almacenar y poseer explosivos, ametralladoras, otras armas de fuego y munición para su posterior uso en sus crímenes, según la nota de Al Asusi.
Al menos 22 de los sospechosos fueron acusados de recibir formación en el exterior en el uso de explosivos y armas para utilizarlos en “actos ilegales”, especificó.
El fiscal añadió que algunos de ellos serán procesados por afiliarse a Hizbulá y persuadir a los otros para que formen parte del grupo chií y difundir así su ideología con el objetivo de “socavar ilegalmente el sistema social y económico” de Kuwait.
Asimismo, del total, al menos doce están acusados de posesión ilegal de aparatos de comunicación inalámbrica.
Otro de los cargos que afrontan es el “traslado de personas para entrenar en el uso de explosivos y armas” y su empleo en sus “propósitos criminales”.
Kuwait está en alerta desde el pasado mes de junio, cuando se registró un atentado en la mezquita chií Imán al Sadik, que causó 25 muertos y más de 200 heridos.
El atentado, que fue reivindicado por el grupo radical Estado Islámico, fue uno de los más mortíferos registrados en Kuwait, que por el momento se ha mantenido a salvo de la violencia yihadista.
El grupo Hizbulá, por su parte, condenó en términos similares ese atentado, y pidió a los kuwaitíes “paciencia y cohesión para impedir que los terroristas siembren la discordia y logren sus metas”.
El atentado conmocionó al pequeño emirato, en el que más del 90 por ciento de los casi cuatro millones de habitantes profesan el islam. De ellos, el 30 por ciento sigue la rama chií del islam, mientras que el resto se declara suní.
