Bogotá, 1 sep (dpa) – Colombia no insistirá en una reunión de cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para discutir la crisis fronteriza que protagoniza con Venezuela si el encuentro no es esta semana, dijo hoy la Ministra colombiana de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín.
A pedido de Colombia, la reunión fue programada para el próximo jueves, pero este lunes se conoció un pedido de Venezuela para efectuarla el 8 de septiembre.
Según el Canciller subrogante de Ecuador, Xavier Lasso, Venezuela pidió cambiar la fecha porque el presidente venezolano, Nicolás Maduro, y su canciller, Delcy Rodríguez, están en gira por Vietnam y China.
“Nosotros habíamos dicho que queríamos una reunión de Unasur esta semana porque queríamos hacer el debate y mostrar lo que está pasando. Si esta semana no es, ya no creemos que valga la pena”, dijo Holguín en declaraciones a la estación Blu Radio.
“Ya los países miembros de Unasur conocen lo que está pasando y si no es esta semana no vamos a estar en la reunión”, enfatizó la canciller.
Holguín se pronunció sobre el eventual escenario de la Unasur después de que la Organización de Estados Americanos (OEA) descartara el lunes un pedido de Colombia para debatir a nivel de cancilleres la crisis que afecta a la frontera colombo-venezolana.
De los 34 estados miembros del organismo, 17 votaron a favor del pedido colombiano, cinco en contra (Ecuador, Haití, Nicaragua, Venezuela y Bolivia), 11 se abstuvieron y hubo un ausente en la votación (Dominica).
Colombia necesitaba 18 de los 34 votos para que se aprobara la propuesta y el tema fuera discutido por los cancilleres de la OEA.
En su primera reacción tras el revés, Holguín dijo que Colombia no se sentía derrotada porque 17 países respaldaron su pedido y se cumplió el objetivo de que el organismo se enterara de las denuncias de Bogotá sobre lo que considera son violaciones de los derechos humanos de colombianos que han sido deportados de Venezuela.
Sin embargo, hoy admitió que se siente sola porque la OEA no está cumpliendo con su deber de efectuar debates de interés para la región, que incluyen el componente de crisis humanitarias.
“Me siento sola. Acá se violan los derechos humanos y nada pasa (…) Si no convoco una reunión de cancilleres, piensan que el problema no es tan grave, pero si esta región no se da cuenta de lo que está pasando entonces sí es más complejo”, dijo la canciller a la cadena de radio Caracol.
“Me imagino que uno está destinado a que los problemas solo se arreglan bilateralmente”, añadió.
Holguín comentó poco después de la votación de la OEA que Colombia “mirará con mucha calma las acciones y pasos a seguir” y reveló que le pidió al embajador en las Naciones Unidas que hable con la oficina del secretario general.
“Yo sí creo que esto ha sido un atropello tan grande que Colombia no puede quedarse con la negativa de esta reunión de cancilleres de la OEA”, dijo.
Las tensiones empezaron el 20 de agosto, cuando Maduro cerró la frontera entre el estado venezolano de Táchira y el departamento colombiano de Norte de Santander, con el argumento de que luchará contra el contrabando y las bandas armadas que operan en la zona.
Posteriormente, Maduro decretó el estado de excepción en algunos sectores de Táchira y comenzó la deportación masiva de colombianos que vivían en esa provincia.
Lo que más ha molestado al gobierno colombiano es la denuncia de muchos deportados de que las autoridades venezolanas les impidieron llevarse sus pertenencias y en algunos casos sus viviendas fueron demolidas.
Cifras del gobierno colombiano indican que mil 097 personas han sido deportadas desde que empezó la crisis, aunque cerca de 10 mil han cruzado la frontera a través de un río para retornar a su país y anticiparse a la deportación, según Naciones Unidas.
