Déficit en 2016 en Brasil, la séptima economía: ¿el fondo del pozo o un pozo sin fondo?

01/09/2015 - 6:44 pm
Las importaciones se desplomaron un 21,3 %, hasta 121.050 millones de dólares, y las exportaciones cayeron el 16,7 % y se situaron en 128.347 millones de dólares entre enero y agosto. Foto: EFE
Las importaciones se desplomaron un 21.3 por ciento y las exportaciones cayeron el 16.7 por ciento entre enero y agosto. Foto: EFE

Por Ana María Pomi (dpa)

Brasilia, 1 sep (dpa) – Un día después de que el gobierno de Dilma Rousseff admitió que el presupuesto nacional en 2016 será deficitario, oposición, analistas y Congreso se preguntan hoy si se llegó al fondo del pozo en lo que a crisis económica se refiere, o si, en realidad, se trata de un pozo sin fondo.

La “bomba” que asustó al mercado, devaluó al real, desplomó el Bovespa y dio munición a la oposición para reforzar los pedidos de destitución de la mandataria, ahora bajo el argumento de que es “incompetente”, refiere a la previsión oficial de que el presupuesto de 2016 presentará un déficit primario de unos 30 mil 500 millones de reales (unos 8 mil 472 millones de dólares), equivalente al 0.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

Después de que los ministros de Hacienda, Joaquim Levy, y de Planificación, Nelson Barbosa, anunciaron que por primera vez en la historia del país el Ejecutivo envió al Congreso un presupuesto anual con previsión de déficit, el mercado vio aumentar el temor de que el país pierda el grado de inversión, lo que daría origen a una fuga de capitales que agravarían aún más el cuadro.

“Aumentó el riesgo de que se rebaje (la nota del país) este año, pero si no es en este año será en el próximo. El gobierno tiene un problema estructural de aumento de gastos muy por encima de los ingresos”, dijo el economista de la agencia SulAmericana Investimentos Newton Rosa, citado hoy por el diario Folha de Sao Paulo.

En otro frente, analistas temen la posibilidad de que el país entre en una suerte de “impasse” político, una vez que al decidir enviar un presupuesto deficitario, el gobierno central estaría echando sobre la espalda del Congreso la responsabilidad de encontrar maneras de equilibrar las cuentas.

“Al transferir la tarea de cerrar las cuentas fiscales a diputados y senadores, el gobierno de Dilma Rousseff asumió el riesgo de crear un ‘impasse’ político capaz de atrasar por meses la aprobación de la ley de presupuesto y agravar la incertidumbre del mercado acreedor e inversor”, aseguró el analista de “Folha” Gustavo Patu.

Eso porque el Congreso tiene plazo para aprobar un nuevo presupuesto hasta el 22 de diciembre, cuando comienza el receso. De no hacerlo, el gobierno comenzará 2016 pudiendo gastar por mes el equivalente a la duodécima parte del presupuesto previsto hasta que se apruebe uno nuevo.

“El experimento de esperar del Congreso Nacional un remiendo fiscal de emergencia ocurre mientras la deuda pública dispara -de 53 por ciento del PIB a comienzos de 2014, a 65 por ciento del PIB ahora- y la Presidencia no consigue controlar su base de apoyo”, añade el analista económico.

Para empeorar la situación, especialistas coinciden hoy en que el texto entregado el lunes al presidente del Congreso y del Senado, Renan Calheiros, es demasiado optimista. Es decir, lo que ya es malo puede ser peor.

“No sorprenderá si el propio proyecto deficitario de Presupuesto acabe mostrándose optimista: el texto lista casi 50 mil millones de reales (unos 13 mil 880 millones de dólares) en ingresos aún oscuros”, insiste Patu, en una evaluación en la que coincide con otros analistas.

El mismo diagnóstico negativo hizo la economista Miriam Leitao, del diario O Globo.

“La proyección del gobierno es más optimista que la del mercado”, titula su columna de hoy, en la que recuerda que la “premisa” de un crecimiento económico de 0.2 por ciento para 2016, prevista en el presupuesto, es mejor que la del mercado financiero, que proyecta para el año que viene una contracción del PIB cercano al uno por ciento.

“Como la recaudación depende del desempeño de la economía, el optimismo puede provocar frustraciones”, advierte Leitao.

Por su parte, el diario opositor O Estado de Sao Paulo se hizo eco en su editorial de hoy de las palabras del senador socialdemócrata Aécio Neves -candidato derrotado por Rousseff en las presidenciales de octubre -, quien tras conocer la perspectiva de déficit en 2016 dijo que se trata de un “certificado de incompetencia”.

Ese fue, precisamente, el título del editorial en el que el rotativo afirma que como “continuar maquillando las cuentas públicas con nuevas ruedas fiscales” solo haría “aumentar el desastre provocado por los gastos desenfrenados”, Rousseff decidió enviar al Congreso un presupuesto deficitario “por falta de opción políticamente viable” y “con el pretexto de querer ser transparente”.

Con ello “acabó dando el certificado definitivo de su incompetencia como presidenta de la República, si es que aún existía en el país, inclusive en el gobierno, alguien que dudara de eso de buena fe”, concluye el duro editorial.

El anuncio ocurre en medio de indicadores económicos alarmantes para la séptima mayor economía del mundo, que se encuentra en recesión técnica: la estimación oficial para este año es que la inflación llegue a un 9.25 por ciento y que el PIB sufra una contracción del 1,8 por ciento. En julio, el desempleo llegó a 8.3 por ciento.

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