Cuernavaca, Morelos, 2 de abril (SinEmbargo).– Gerardo Becerra Chávez de Hita toma el micrófono y se dirige a una Plaza de Armas abarrotada por miles de personas que forman parte de contingentes que llegan desde las callejuelas aledañas a la plancha del Zócalo de Cuernavaca, Morelos.

“Les pido que cierren sus ojos”, dice el vocero de la Coordinadora Morelense de Movimientos Ciudadanos (CMMC), mientras su mano izquierda sostiene un papel y con la derecha apunta hacia los manifestantes. Luego lee de reojo y pausado lo que en el documento está escrito: “Sí por favor, cierren sus ojos y ahora les pido que se imaginen que están sentados en la sala de su casa y luego les suena el celular y una voz con palabras altisonantes te dice ‘tenemos secuestrado a tu hijo’, la voz te amenaza con matar a tu hijo si le avisas a la policía y te pone en el auricular a tu hijo y te dice ‘papá págales, ya me pegaron y no sé qué más me van hacer'”.

Después Becerra recrea la historia de una mujer violada que no tuvo eco en la justicia morelense; luego dirige con su dedo índice derecho una orquesta de voces que corea al unísono: “¡Fuera Graco! ¡Fuera Graco!”.

Hace unos días, Javier Sicilia, líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), llamó a los morelenses a no participar en una marcha a la que calificó como partidista. El activista se deslindó por completo de la manifestación y pidió que su nombre se excluyera de los convocantes.

Gerardo Becerra Chávez, según informó la prensa local en 2012, renunció al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) donde participaba para apoyar la candidatura a la gubernatura de Morelos del priista Amado Orihuela Trejo, quien compitió y perdió contra Graco Ramírez Garrido Abreu.

“Me apena mucho y con todo respeto para Javier Sicilia, pero no comparto que no esté aquí con el dolor de la gente. Yo lo dije hace unos días: ¿los muertos de Sicilia sí valen, pero los nuestros no?, ¿las marchas de él sí, y las nuestras no?”, dice.

Luego Becerra niega cualquier nexo con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y asegura que las acusaciones de que su movimiento es partidista provienen directamente del Gobernador Graco Ramírez.

“Yo soy asesor de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso del Estado, nada más, no tengo nada que ver con el PRI, tengo amigos en el PRI, como tengo en el PAN [Partido Acción Nacional] y en el PRD [Partido de la Revolución Democrática] pero no tengo nada que ver con el PRI. El único partido que milité fue en el PRD y renuncié en el 2000. Absolutamente me deslindo, no me deslindo de Amado porque es mi amigo y sólo le organicé una comida con empresarios cuando era candidato”, afirma.

Con Becerra está José Arenas Merino, comunicador, publirrelacionista y escritor según su cuenta de Twitter, quien decide quien sube y quien baja al templete. También quien toma la palabra y quien calla.

Un hombre de bastón discute con Merino por tomar la palabra y leer un documento. Arenas Merino se lo impide.
Otro defiende su lugar sobre el templete, pues intenta bajarlo.
“No te preocupes, no voy hablar, no te voy a quitar tu protagonismo”, le dice.

Entre los manifestantes hay mujeres, niños, personas con alguna discapacidad y de la tercera edad. Todos abuchean y corean a Graco Ramírez y le exigen su renuncia.

Las pancartas exigen que el Gobernador que les prometió seguridad y justicia hace 18 meses se vaya por incompetente, ahí, justo frente a los ventanales de Palacio de Gobierno.

“Auxilio Peña Nieto, sálvanos de Graco el inútil”, “Cuautla despierta, fuera Graco”, “Juicio político a Graco”, se lee en las pancartas multicolor que resaltan entre la gente.

Detrás de los ventanales todo es silencio y apenas se asoman dos mujeres para tomar fotografías a la plancha del Zócalo abarrotada.

Becerra grita: “¡Vete ya!, aunque te llenes los bolsillos”, luego exige su renuncia de nuevo y pide que el PRD no conserve la gubernatura de Morelos.

“QUEREMOS UN MORELENSE”

El origen de Graco Ramírez también es causa de protesta. Becerra lleva la voz cantante y le dice a la gente que el hombre que despacha a unos pasos debe irse porque es tabasqueño, y Morelos debe de ser gobernado por un morelense.

“Que renuncie a la gubernatura para que deje en el cargo a un morelense que se sienta comprometido con su estado, un nuevo Gobernador que debe sujetarse a las exigencias de la sociedad, no a los caprichos de un partido, de un grupo de poder. Graco Luis por favor déjanos resolver el problema de seguridad a los morelenses que sí queremos esta tierra. Graco vete ya”, dice.

Becerra insiste: “Graco todos nosotros y los miles de morelenses que están en sus casas o que huyeron del estado porque fueron víctimas de la delincuencia te pedimos que a la brevedad posible envíes ante el Congreso Local tu renuncia irrevocable a la gubernatura de nuestro Morelos.Termina este ciclo con la frente en alto, los morelenses te lo agradeceremos de manera infinita. Si decides continuar como Gobernador – se detiene para dar paso al griterío y a los abucheos- esperamos que cumplas ahora sí de someterte a un juicio de revocación de mandato. Si los morelenses ya decidimos que no continúes en el cargo, entonces exigiremos que el PRD no conserve la gubernatura”.

La tarde cae sobre Cuernavaca y la manifestación se dispersa después de cantar el himno nacional mexicano. Los que vinieron de lejos; de la cuidad y de distintos puntos de la entidad, se retiran.

Entre la multitud hay una mujer en silla de ruedas, Laura Verónica Rosales Rodríguez, quien acude a la protesta para exigir que Graco Ramírez renuncie.

En junio del año pasado Laura Verónica sufrió una persecución en Avenida Río Mayo cuando se dirigía a su casa. En su intento por huir y salvarse de un taxi que la golpeaba, chocó y ahora está postrada.

“Tengo los dos piernas rotas, los brazos y me llevé la nariz”, dice.