De la guerra en Juárez al arresto de “El Ingeniero”, EU respaldó al Cártel de Sinaloa, según medios de EU y México

02/07/2014 - 12:03 am

Ciudad de México, 2 de julio (SinEmbargo).– Dos investigaciones dadas a conocer por un diario estadounidense, The Daily Beast, y por un medio nacional, el semanario Zeta, revelaron cómo Washington ha apoyado al Cártel de Sinaloa desde la narcoguerra desatada entre 2007 y 2010 y que se prolonga hasta a la actualidad.

De acuerdo con el semanario mexicano con sede en Tijuana, Baja California, el operativo que llevó a la detención de Fernando Sánchez Arellano, alias “El Ingeniero”, líder el Cártel Arellano Félix (organización criminal contraria a la que lideraba Joaquín “El Chapo” Guzmán), inició desde hace meses en Estados Unidos.

“Investigadores de la Agencia Antidrogas de EU (DEA, por sus siglas en inglés) tomaron información y solicitaron a corporaciones locales en Tijuana [Baja California] ejecutar el plan de aprehensión”, publicó en su más reciente edición.

Por su parte, The Daily Beast reveló ayer que agencias federales de Estados Unidos alimentaron la guerra entre los cárteles en Ciudad Juárez, Chihuahua, al facilitar el tráfico de drogas del Cártel de Sinaloa e incluso ayudándolo a combatir a su competencia en esa ciudad: el Cártel de Juárez.

La publicación detalló que hay evidencias y testimonios que sugieren que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas estadounidense (ICE, por sus siglas en inglés) facilitó el tráfico e importantes cargamentos de droga en 2007 y 2008 a sus informantes que pertenecían al Cártel de Sinaloa y les otorgó visas de entrada.

EU AYUDÓ A “EL CHAPO”

With a little help from my friends, los gringos. Foto: Cuartoscuro
With a little help from my friends, los gringos. Foto: Cuartoscuro

El origen  del apoyo sucedió –según el Daily Beast– en las primeras fases de la estrategia en Ciudad Juárez, cuando los agentes federales comenzaron a construir una red de informantes que tuvieran posiciones de autoridad en el Cártel de Sinaloa.

El Cártel de Juárez había controlado el tráfico de drogas en el norte de Chihuahua durante dos décadas; sin embargo, en 2006, el de Sinaloa buscó apoderarse de la “plaza” para llegar al mercado estadounidense.

Cuando uno de los jefes del Cártel de Juárez, Julio Porras, sugirió una “solución diplomática a la crisis” fue atacado y tuvo que huir a El Paso, Texas, donde comenzó a reclutar gente para “El Chapo”.

En ese entonces, un grupo especial de investigadores del ICE en El Paso había empezado a recolectar información sobre el Cártel de Juárez. Porras estuvo dispuesto a colaborar con el ICE contra la organización de ‘El Viceroy’, detalló el diario.

Entre esas personas estuvo José Esparza, líder de una red de distribución de cocaína, cristal y marihuana a través de El Paso. Según el diario, “en el tiempo en que Esparza fue informante del ICE, traficó cargas de mil 600 libras de marihuana a Detroit y Atlanta. Recientemente él había ingresado con dificultad un cargamento de mil libras de marihuana a Muskogee, Oklahoma, en un tráiler lleno de piñatas”.

Otros de los informantes del ICE que el diario menciona son Fernando Arámbula, quien fungía como una especie de sustituto de “El Chapo”, y a Mario Nuñez Meza, alias “M10” o “Mayito”, ex policía municipal y jefe de plaza del Cártel de Sinaloa en Chihuahua.

LA DEA PUSO A “EL INGENIERO”

Agencias de EU comandaron el operativo para detener a "El Ingeniero". Foto: Zeta
Agencias de EU comandaron el operativo para detener a “El Ingeniero”. Foto: Zeta

Cuando tres agentes vestidos de civil rodearon a Fernando Sánchez Arellano “El Ingeniero” en el estacionamiento del restaurante Carl’s Jr. de Calle 11 y Bulevar Agua Caliente, el buscado dijo que era Fernando Canalles Villanueva y que nada debía.

Ante el silencio de los agentes que procedieron a detenerlo, cambió de táctica: “Está bien, son tres, podemos llegar a un arreglo”.

Uno de los oficiales de Baja California le dijo en seco: “Compa, ya te agarraron; ya acéptalo”, según lo publicado por Zeta.

Así fue cómo el sobrino de Benjamín y Ramón Arellano Félix, y hasta ese momento líder del Cártel Arellano Félix (CAF), dejó de oponer resistencia física o verbal y después de doce años en la actividad delictiva, cayó.

“Asesino de policías municipales en la narcoguerra que se vivió en Tijuana entre 2007 y 2010, a Sánchez Arellano le seguían la pista desde hace un año. El operativo para detenerlo inició hace meses en los Estados Unidos. Al final, una vez ubicados sus pasos y controlados sus movimientos, investigadores de la Agencia Antidrogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) tomaron su información y solicitaron a corporaciones locales en Tijuana, ejecutar el plan de aprehensión”, describió el semanario con base en revelaciones de miembros del Consejo Estatal de Seguridad Pública de Baja California.

El último Arellano conocido en el hampa fue detenido por oficiales locales, custodiado y trasladado por elementos del Ejército Mexicano, con información y análisis de la DEA.

Una vez en la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), Sánchez Arellano no opuso resistencia, lo interrogaron y habló sin problemas, reconoció la pugna y los asesinatos que conllevaron al enfrentamiento con Eduardo García Simental entre 2008 y 2010, pleito de sangre que no concluyó con la captura de “El Teo”.

Según el ex Procurador contra la Delincuencia Organizada, Abel Galván Gallardo, entre enero y junio de 2013, este hombre había sido responsable del 50 por ciento de los homicidios dolosos ocurridos en Tijuana y, como no lo han reaprehendido, sigue asesinando libremente.

En 2009, a través del acuerdo  A/123/09,  la PGR ofreció 30 millones de pesos por información que llevara a la captura de Fernando Sánchez Arellano. Sin embargo, según lo declarado por el comisionado de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, en la conferencia del 24 de junio de 2014,  el Gobierno Federal sabía de su integración al CAF desde 2002.

Antes de eso, el único antecedente judicial público que acreditaba la presencia de “El Ingeniero” en el CAF, eran las declaraciones de líderes del cártel convertidos en  testigos protegidos, vertidas entre 2008 y 2010, mayormente con la intención de procesar a policías y ministeriales corruptos.

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