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El Gobernador de Hidalgo quiere construir locales comerciales en zona histórica de Pachuca

02/08/2015 - 9:01 pm
Trabajos de reconstrucción  en la Plaza Independencia, en Pachuca, protegida por el INBA y el INAH. Foto: Especial
Trabajos de reconstrucción en la Plaza Independencia, en Pachuca, protegida por el INBA y el INAH. Foto: Especial

Ciudad de México, 2 de agosto (SinEmbargo/HuffingtonPost).– El Gobernador del estado de Hidalgo, Francisco Olvera, ha puesto en peligro de desaparición el último reducto artístico de la ciudad de Pachuca, capital de la entidad, al emprender un proyecto de reconstrucción de la Plaza Independencia, su principal espacio público, sin permisos del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), ni del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

En dicha plaza se ubica el Reloj Monumental, el más importante patrimonio de ese lugar. Alrededor ya hay máquinas bulldozer y una incesante negligencia política que destrozan y derruyen baldosas y cantera, manteniendo en vilo el ambiente arquitectónico, el cual data de finales del siglo XIX. La idea es derribar todo a mazazos para construir locales comerciales.

Pachuca es una ciudad de tradición minera, ubicada al centro del país, a 80 kilómetros hacia el norte de la Ciudad de México. Tiene ascendencia inglesa, al haber sido lugar de emigración de industriales de Inglaterra para el usufructo de las minas. Es la capital del Estado de Hidalgo, una localidad más conocida por su club de futbol que por su importancia histórica. No tiene la bastedad colonial de otras capitales como Zacatecas o Morelia; ni tiene la importancia cultural de Oaxaca o Guanajuato, o la afluencia turística de las playas del sur. Sin embargo, reviste de importancia por su legado político en la historia del país. Sólo por mencionar un par, de ella emergió un importante contingente de guerrilleros que combatieron junto al Presidente Benito Juárez en la Guerra de Reforma de 1860 y aquí se gestó la primera huelga obrera de Latinoamérica, la de mineros de la Compañía Real del Monte y San Juan Pachuca en 1766.

Además, fue el primer productor de plata del mundo en el siglo XVI; alberga la Fototeca Nacional y sobre su relevancia cultural debe recalcarse que aquí nacieron importantes hitos de la cultura popular mexicana como el futbol, la charrería y hasta el albur.

La Plaza Independencia, antes Plaza de las Diligencias, es el principal espacio público de Pachuca. Al centro, el Reloj Monumental, una torre de 40 metros de altura inaugurada el 15 de septiembre de 1910, construido para conmemorar el Centenario de la Independencia de México. Su carátula y su maquinaria son idénticas del Big Ben del Palacio de Westminster, en Londres. Es literalmente su hermano pequeño, el pachuqueño, compuesto por ocho campanas bajo una cúpula de cobre que tocan la hora cada 15 minutos en tono de do mayor, en concordancia con el Observatorio Astronómico Nacional. A las 18:00 horas en punto, el Himno Nacional.

Evidentemente su trascendencia histórica, social y arquitectónica es mucho mayor a lo que pueden expresar estas líneas. Por eso recomiendo echar una mirada, pata mayores referencias, al libro “La Plaza Independencia, ciudad de Pachuca” (Pachuca, México, 1992) de Arturo Herrera Cabañas, una visión documentada y objetiva de este recinto.

 

Remodelación sin estudios de impacto

La Plaza ha enfrentado diversas adecuaciones a lo largo de su historia. La más reciente, la que aquí se relata, y también, la más inverosímil. El Gobernador de Hidalgo, Francisco Olvera, anunció en su cuarto informe de Gobierno ocurrido en septiembre de 2014 “el reforzamiento estructural y la remodelación de la Plaza Independencia” para lo que habría de destinar 40 millones de pesos a través de la Secretaría de Turismo y Cultura. Dijo que se construiría el “Centro Cultural del Reloj”, sin brindar mayor elementos de información. Por su parte, el Alcalde de Pachuca, Eleazar García Sánchez dijo que podrían poner ahí una “pirámide de cristal”, algo similar al museo de Louvre en París, “pero se los dejo a la imaginación”, dijo el edil.

Y con razón, si algo ha primado en este proyecto es la imaginación. Algo que ha dejado inconformes al Colegio de Arquitectos y al Colegio de Arquitectos Ingenieros del Estado de Hidalgo, los cuales en febrero de este año 2015 manifestaron su “inconformidad” con la intervención de la Plaza Independencia y exhibieron que, pese a solicitar desde enero a la Presidencia Municipal la presentación del proyecto ejecutivo, el Alcalde Eleazar García no les dio respuesta. En su carta destrozaron la iniciativa mediante interrogantes. Pidieron información sobre el contexto inmediato de la zona: aspectos climatológicos; socioeconómicos; el cumplimento de leyes, normas y reglamentos vigentes; alteración de la estructura vial y proyectos alternos; desplazamiento de elementos urbano-arquitectónicos; destino del mobiliario urbano; soluciones temporales y etapas del proyecto. Más importante aún es que pidieron a la alcaldía que mostrara los estudios de impacto previos a la ejecución de la obra, pero Eleazar García no los entregó, sin puntualizar si éstos existen o no.

Y sin permisos de Bellas Artes, ni del INAH

Al mismo tiempo, el 17 de febrero de 2015, el Instituto Nacional de Bellas Artes ordenó a la Presidencia Municipal suspender los trabajos en la Plaza Independencia negando que existan permisos por parte de la instancia gubernamental para intervenir el recinto.

Mediante oficio con número 0411-C/0216, la directora de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico Inmueble del INBA, Dolores Martínez Orralde, declara que respecto a las obras de intervención en la Plaza Independencia, el Gobierno de Hidalgo y la Presidencia Municipal de Pachuca, “no cuentan con la autorización de esta Dirección”, por lo cual pide instruir al personal técnico de la estructura del municipio llevar a cabo la “suspensión de estas obras”, citando a los responsables presentarse ante esta instancia federal “para la aclaración del caso”.

Por su parte, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dijo no ha emitido ningún permiso para la realización de las obras de remodelación de la Plaza Independencia y el entorno del Reloj Monumental. Además, niega que existan estudios de pertinencia para la ejecución de tales obras.

Mediante oficio número 84.01/0198/15, el delegado del INAH en Hidalgo, Rodolfo Palma Rojo firma con fecha 25 de febrero el documento mediante el cual afirma “este Centro INAH no ha dado ningún permiso para la realización de las obras de remodelación de la Plaza Independencia o el Reloj Monumental de la ciudad de Pachuca de Soto, Hidalgo”.

No obstante, las obras continúan.

Vista del Reloj Monumental en la Plaza Independencia en Pachuca. Foto: Zona Turística Hidalgo
Vista del Reloj Monumental en la Plaza Independencia en Pachuca. Foto: Zona Turística Hidalgo

“La plaza no tiene ningún valor”, dice el Gobernador Olvera

Entrevistado al respecto, el Gobernador Francisco Olvera cuestionó la relación del INBA con la obra de remodelación, al rechazar que la Plaza Independencia tenga valor histórico o arquitectónico. Sin detenerse a ofrecer detalles en un intercambio con la prensa, el mandatario reconoció que desconoce la negativa de las autoridades federales. Dijo: “La verdad, no he leído aún los documentos; no quisiera hablar de más, pero de momento no me imagino qué tenga que ver el INBA, pues la plaza no tiene ningún valor histórico ni arquitectónico. Lo tiene El Reloj, y ése si es algo intocado, intocable, pero el resto de la plaza no tiene ningún valor”.

Sin embargo, el Gobernador hidalguense ignora que la Plaza Independencia está protegida por el decreto en el cual se declara “Monumento artístico” al Reloj Monumental de Pachuca de Soto, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 30 de Noviembre de 2012. Un mandato que está violando el Gobierno del Estado y la Presidencia Municipal pachuqueña, ya que en su artículo tercero, dice que “se deberá obtener permiso del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura para realizar obras de excavación, cimentación, demolición o construcción en los inmuebles colindantes al que se declara monumento artístico que puedan afectar las características de este último. Dicho permiso se expedirá una vez satisfechos los requisitos que se exigen en el Reglamento de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos”.

Por cierto, una ley que las autoridades hidalguenses y pachuqueñas también están violando, ya que en su artículo 42 del Reglamento de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticos e Históricos se señala que “toda obra en zona o monumento” (…) “únicamente podrá realizarse previa autorización otorgada por el instituto correspondiente”. Además, el artículo 44 enfatiza que “cualquier obra que se realice en predios colindantes a un monumento arqueológico, artístico o histórico, deberá contar previamente con el permiso del instituto correspondiente”.

Las críticas y el rechazo a la obra son cotidianas. Ciudadanía, activistas, historiadores, periodistas y especialistas se han pronunciado en contra de la intervención a la Plaza Independencia. El arquitecto, restaurador e investigador del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Antonio Lorenzo Monterrubio, autor del libro “Evolución urbana de la ciudad de Pachuca” (Consejo Estatal para la Cultura y las Artes del Estado de Hidalgo, Centro de Investigación, 1995) califica como una desgracia las modificaciones y destrucciones al patrimonio arquitectónico de la plaza. Afirma que “las alteraciones tan radicales sufridas en el tejido urbano han mutilado su antigua fisionomía a tal punto, que nos ería válido reconstruir una imagen que caería en un falso histórico”. Pero el alcalde Eleazar García Sánchez rechaza las críticas y segura que quieren politizar su obra. “Es triste, pero en este país todo se quiere politizar, por eso no avanzamos, cada quien tendrá la bandera que quiera, pero nosotros tenemos claro lo que tenemos que hacer, que hay un proyecto que es dejar la plaza en mejores condiciones”, dijo.

Al momento, la Alcaldía de Pachuca y el Gobierno estatal se encuentran en el momento de derribar a golpes una pérgola situada en la plaza, construida en 1991 sobre un proyecto original al de 1910, cuando fue inaugurado el recinto. Y no terminan por demolerlo por el rechazo ciudadano y porque el INBA y el INAH no han otorgado los permisos. El presidente Eleazar García se defiende diciendo que el quisco no tiene valor. Lo mismo que dijo el gobernador Olvera sobre la Plaza misma.

De fondo, lo que intentan ambos gobernantes es explotar el Big Ben de Londres mediante su vínculo con el Reloj pachuqueño y su plaza con el objetivo de atraer inversionistas y que sus marcas se vinculen al monumento histórico. Es decir, aprovechar su circunstancia monumental para sacar ganancias privadas. Y ese no es tanto el conflicto como que para ello están destruyendo el patrimonio artístico y sacrificando el lugar como espacio de convivencia pública. Ya no será un andador para la población de los barrios tradicionales de la ciudad, un territorio de convivencia social, sino que se transformará en otro simple y llano ‘mall’ al aire libre, un centro comercial para ir y comprar al costa del principal ícono del lugar.

Algo que escandalizaría al filósofo checoslovaco Karel Kosik, quien sobre este fenómeno de las ciudades en la posmodernidad, reflexiona: “La forma usual y más extendida de privar a las ciudades de lo poético es la metamorfosis humillante y degradante: lo bello es reemplazado por lo bonito y por lo grato, lo sublime por lo imponente, la intimidad de las cosas por la agresividad.”

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