Con Rosario Robles Berlanga al frente de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) aumentó 7.1 por ciento el presupuesto destinado a Prospera, el principal programa contra la pobreza, pero también aumentó en dos millones el número de pobres. Los resultados de las políticas sociales que implementó fueron cuestionados a raíz de que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) informara sobre esta situación. Un mes después de que fueran difundidas las cifras, el Presidente Enrique Peña Nieto movió a Robles de la Sedesol y en su lugar puso al entonces Canciller José Antonio Meade.
Por Mayra Martínez Medina
Ciudad de México, 2 de septiembre (SinEmbargo/EconomíaHoy).– Rosario Robles Berlanga le heredó a José Antonio Meade en la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) resultados mixtos: dos millones de pobres más, la población en condiciones de pobreza aumentó de 53.3 millones a 55.3 millones, un problema de obesidad que creció 15.2 por ciento entre la población de adultos, proyectos productivos poco eficientes que estuvieron pensados como una fuente de generación de ingresos propios, ésto en un contexto donde cayó el poder adquisitivo de la población, pero también en el que aumentó el presupuesto para el principal programa social.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) valoró como “ineficientes” los programas productivos porque son de carácter transitorio principalmente los enfocados al autoempleo. Para el Ejercicio Fiscal de 2015, la Sedesol destacó que uno sus principales ejes sería el desarrollo de los “proyectos productivos”, que en opinión de Gabriel Martínez, director de maestría en Políticas Públicas del ITAM son poco viables ya que la Secretaría “no tiene conocimiento para asesorar unidades económicas, es una idea poco viable”.
El Coneval en sus resultados de medición de la pobreza de 2014 evidenció la poca viabilidad de los proyectos productivos por su carácter transitorio y por la falta información sobre el ingreso de los beneficiarios además de que la Secretaría carece de capacidad e infraestructura para darle seguimiento a la evolución de las unidades económicas.
La institución que dirige Gonzalo Hernández Licona, en su informe de junio de este año, resaltó que la Sedesol invierte en el apoyo de actividades como la agricultura y la ganadería que si bien realizan las familias en el medio rural no son la principal fuente de ingresos lo cual se entiende considerando que los hogares rurales logran poca integración en los mercados fuera de sus comunidades.
El presupuesto asignado a Prospera, el principal programa de inclusión social del Gobierno federal para combatir la pobreza en educación, salud y alimentación, durante la administración de Rosario Robles creció 7.1 por ciento al pasar de 73 mil millones de pesos en 2012 a 75 mil millones este año y es que del total de recursos considerados en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2015 – 4.6 billones de pesos- el 58 por ciento de los recursos se canaliza para el rubro de “desarrollo social”.
En su segundo año de gobierno, Enrique Peña Nieto decidió renombrar Oportunidades por Prospera a través del cual se beneficia a 6.5 millones de familias ubicadas en las 32 entidades federativas del país y a pesar de que entre 2010 y 2012 aumentó en 7.1 por ciento el gasto destinado a este programa no aumentó en la misma proporción el número de familias beneficiadas; mientras que en 2010 se atendió a 6.4 millones de personas en 2012 se registró el apoyo para 6.5 millones.
La importancia de la Secretaría de Desarrollo Social radica en que desde aquí se estructuran los programas sociales, de educación, salud y nutrición de tal forma que se combine la ayuda que se entrega a las familias.
Los resultados que entregó Rosario Robles a José Antonio Mead son de claroscuros: mejoraron las condiciones en cuanto a la calidad de vivienda; pero creció en 15.2 por ciento la tasa de obesidad entre la población adulta por la alimentación inadecuada, aumentó en dos millones el número de pobres que carecen de al menos un satisfactor básico que considera el Coneval en la medición de pobreza porque cayó el poder adquisitivo de las familias derivado de la crisis económicas de 2008 y 2009 lo cual repercutió en la falta de crecimiento de la productividad, además de que en este lapso hubo volatilidad en el precio de los alimentos, inclusive bajó el nivel del salario mínimo, entre 1992 y 2012.
Para el Coneval la línea de bienestar básico entre la población urbana equivale a tener ingresos por 2,542 pesos y de 1,614 pesos entre la población rural.
El poder adquisitivo de las personas en 2008 con ingreso inferior a la línea de bienestar económico representaba 49 por ciento de la población total, mientras que en 2012 fueron 51.6 por ciento.
Así recibe Jose Antonio Meade la Secretaría de Desarrollo Social y estas son algunas de las cuentas para el tercer informe de gobierno de Enrique Peña Nieto.
