Ciudad de México, 3 marzo (SinEmbargo).- Algunos factores de riesgo de ataque cardíaco son de conocimiento común. La persona promedio sabe, por ejemplo, que la obesidad, la diabetes y la hipertensión puede conducir a un mayor riesgo. Y conductas como fumar y el sedentarismo son comportamientos conocidos también. Sin embargo, un tercer grupo de razones poco conocidas que pueden poner el corazón en riesgo.

1. Repentinos e intensos ataques de ira

Un reciente estudio realizado con 313 pacientes de ataque cardiaco, publicado por científicos de Sydney, Australia encontró que un ataque al corazón era 8.5 veces más probable que ocurra dos horas después de un intenso ataque de ira que tras un periodo del mismo tiempo en condiciones normales.

Los investigadores, el Dr. Thomas Buckley de la Escuela de Enfermería de Sidney y el profesor Geoffrey Tofler de la Universidad de Sydney definen la ira intensa como un cinco o más alto, en una escala de siete puntos. Los encuestados que describieron su episodio como cinco o más de acuerdo en que se sentían, “furioso”, “rabioso” o “fuera de control” unas dos horas antes de su ataque al corazón. Sus puños pudieron haber estado apretados, pudieron haber estado lanzando objetos y pudieron haber dañado a sí mismos o a otros. En cuanto el motivo de su enojo, los investigadores observaron que la mayoría de los participantes (42 por ciento) dijeron que su ira se derivó de una discusión, más comúnmente con un miembro de la familia. La ira relacionada con el trabajo o al conducir empataron con el 14 por ciento.

Afortunadamente, Buckley y Tofler concluyeron que los ataques al corazón inducida de ira son raros; sólo dos por ciento de los participantes en su estudio se había enfurecido antes de su episodio cardíaco. De los que tuvieron un ataque al corazón provocado por la ira-, todos ellos tenían al menos un factor de riesgo crónico (como la diabetes o el tabaquismo), y dos ya habían tenido ataques al corazón, al menos una vez antes.

Con el fin de evitar los episodios de cardiopatía disparados por una intensa ira, Buckley y Tofler sugirieron que las personas que fuman, tienen la presión arterial elevada o colesterol alto, elaboren estrategias para controlar sus emociones. Estas estrategias pueden incluir el listado de temas que pueden desencadenar la ira, tomar conciencia de las señales de advertencia de las exhibiciones corporales manifestadas con el enojo, y aprender técnicas de manejo de la ira como distracción y relajación.

Los científicos también observaron en su estudio que otras investigaciones han demostrado que el consumo de drogas betabloqueantes o aspirina después de un episodio de este tipo han demostrado reducir el riesgo de ataques al corazón también.

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2. Ansiedad aguda

En el mismo estudio, Buckley y Tofler también encontraron que un episodio de ansiedad aguda estaba asociado con un riesgo 9.5 veces más alto de tener un ataque cardiaco dos horas después.

“El aumento del riesgo tras una intensa ira o la ansiedad es muy probablemente debido a una elevación de la frecuencia cardíaca, la presión arterial, el endurecimiento de los vasos sanguíneos y el aumento de la coagulación, todos asociados como desencadenantes de los ataques al corazón”, explica Buckley en un comunicado sobre su estudio.

Los investigadores recomendaron que las personas con mayor riesgo de infarto eviten actividades que desencadenan la ansiedad y la ira, así como entrenarse en la reducción del estrés para limitar respuestas de ira y ansiedad.

“Antes, durante y después, date un ‘tiempo fuera’, usa la distracción, usa la relajación, desarrolla habilidades de asertividad, conoce lo que te está haciendo enojar”, escribió Tofler en un mail dirigido al Huff Post. “Controla tu pensamiento y trata de evitar exagerar el episodio”.

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3. Actividad física inusual

Cada invierno en Estados Unidos, miles de personas se lastiman al usar la pala para retirar la nieve, y las lesiones más series están relacionadas con la salud del corazón. Hay en promedio 11 mil 500 lesiones anuales, desde 1990 al 2006, que se vinculan con palear la nieve, de acuerdo con un estudio de los departamentos de emergencia en EU.

Sólo siete por ciento de estas lesiones son cardiacas, pero son responsables del 100 por ciento de las muertes reportadas en dicho estudio.

El aire frío, la vaso-constricción y el esfuerzo físico extenuante puede ser una combinación mortal para quienes tienen corazones ya debilitados. Los investigadores han encontrado que las personas que han tenido un ataque previo al corazón o enfermedad cardiaca conocida, así como las personas con presión arterial y colesterol alto, los fumadores y los que llevan estilos de vida sedentarios en su mayoría están en mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón mientras limpian la nieve.

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4. Una sesión “entre las sábanas”

Del mismo modo, una sesión de sexo tórrido también puede desencadenar eventos cardíacos en ciertos individuos en situación de riesgo. Un meta-análisis de cuatro estudios que analizan su mayoría hombres de entre 50 y 60 años encontró que el sexo se relacionó con un aumento del riesgo relativo de 2.7 de un ataque al corazón en comparación con los periodos en los que los participantes no estaban teniendo sexo.

Afortunadamente, los investigadores describen el número absoluto de los ataques al corazón relacionados con el sexo como “minúsculo”, o menos de uno por ciento de todos los infartos. En parte, esto se debe a que el sexo por lo general tiene una duración corta de tiempo, y la parte más peligrosa para las personas con enfermedad de la arteria coronaria preexistente – cuando tasas de presión en la sangre y el corazón aumentan significativamente durante un orgasmo – sólo dura entre 10 a 15 segundos.

La actividad sexual es una parte importante de la salud mental y física, y se debe tratar de preservar en lo posible, incluso para las personas con corazones debilitados. Para minimizar el riesgo, los expertos de la Asociación Americana del Corazón recomendaron que la gente acuda al médicos para estabilizar la salud de su corazón antes de tener sexo. El aumento de ejercicio regular también puede ayudar a la gente a prepararse para esta actividad.

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5. Abuso de sustancias

Los ataques al corazón también pueden desencadenarse por el abuso de drogas o alcohol.

A pesar del efecto protector que a menudo se promociona del vino tinto en los corazones, la Asociación Americana del Corazón reconoce que demasiado alcohol puede elevar los niveles de triglicéridos y la presión arterial, así como provocar que la gente coma en exceso. Estos factores de riesgo pueden conducir a la enfermedades del corazón y muerte súbita cardíaca.

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6. Comidas pesadas inusuales

Hablando de comer demasiado, incluso sentarse a tener una gran cena puede estar lleno de peligros, si ya se está en riesgo de sufrir un evento cardíaco. Un informe del Departamento de Asuntos de Veteranos  de Estados Unidos encontró en el año 2000 que las personas en situación de riesgo de enfermedad cardíaca tenían cuatro veces más probabilidades de tener un ataque al corazón dos horas después de una comida abundante.

El estudio preguntó a mil 986 pacientes sobre sus comidas en los días previos a su ataque al corazón. De ellos, 158 habían comido una “comida inusualmente pesada” dentro de las 26 horas previas, y 25 de ellos habían tenido una comida grande dos horas antes de su ataque.

El simple acto de comer alimentos aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial, de acuerdo con Science Daily. Otras teorías implican a los ácidos grasos de los alimentos que entra en el torrente sanguíneo, o al aumento de los tipos de insulina que podrían constreñir las arterias coronarias.

Tal vez los casos de ataque al corazón más notorios y de alto perfil después de una comida pesada se han producido en el Heart Attack Grill de Las Vegas, un restaurante famoso por servir comidas como la “Cuádruple Bypass Burger”, de 10 mil calorías.

Un puñado de personas han sufrido un ataque en medio o después de una comida en el restaurante, incluyendo dos portavoces (uno oficial, uno no oficial) del negocio.