Ciudad de México, 31 de mayo (SinEmbargo).-Ingresó al Partido Acción Nacional (PAN) a los 43 años. Se subió a la ola panista en plena efervescencia foxista; fue invitado para contender por la gubernatura de Guanajuato y ganó. Al concluir su mandato (2000-2006) fue funcionario en el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, y actualmente es Senador.

Se trata de Juan Carlos Romero Hicks, quien ahora tiene otra aspiración: ser el próximo dirigente del PAN.

Ha expresado su interés por sustituir a Gustavo Madero Muñoz al frente del partido. Dice que aunque el actual dirigente es una buena persona, ha incumplido las expectativas de los panistas.

“Es un hombre de buena fe, aunque en el camino las cosas se van contaminando”, dice.

Ve un aspecto negativo en uno de los logros más promovidos por Madero: el Pacto por México. Critica que sea un instrumento metaparlamentario que no existe legalmente y que toma atribuciones legislativas que deberían corresponder al Congreso de la Unión.

Romero Hicks también considera que la reciente remoción de Ernesto Cordero Arroyo al frente de la bancada panista en el Senado, decidida por Madero y que sumió al partido en una profunda división entre calderonistas y maderistas, fue hecha de manera imprudente y que él la hubiera hecho con principios de “respeto a las personas”.

La firma de Romero Hicks estuvo incluida en la carta que 24 senadores enviaron a Madero, primero de apoyo a Ernesto Cordero antes de que fuera removido, y luego para avisarle al dirigente panista que lo desairaban a la reunión que este había convocado en la sede nacional del PAN para hablar sobre el tema.

Aunque el ex Gobernador guanajuatense había dicho en la misiva que no asistiría, sí estuvo presente e incluso su nombre fue mencionado como uno de los candidatos para sustituir a Cordero.

Apenas el 28 de mayo, Romero Hicks volvió a expresar su interés por dirigir al partido –ya lo había manifestado en marzo– y dijo: “el PAN no tiene dueño”.

Cuestionado sobre las pugnas entre calderonistas y maderistas, dice que los liderazgos son temporales y nadie dura toda la vida. Descarta que lo que algunos llaman “la onda grupera panista” haga daño al partido porque dicha caracterización es “sobresimplificar” al PAN.

El Senador ofrece, en caso de alcanzar la dirigencia, regresar a los principios, retorno a la ciudadanización y revisión de los gobiernos panistas.

“Lo que tenemos que buscar es un partido unido congruente, incluyente y que diga mejores y más cosas para México”, sintetiza.

PIDE HUMILDAD Y AUTOCRÍTICA

–¿De qué tamaño es la crisis panista?

El PAN no tiene exclusividad en crisis de partidos. En Acción Nacional, entramos en un periodo de reflexión, autocrítica, de diálogo para revisar desde el origen qué es el partido. El partido no se hizo para ganar elecciones, si uno revisa el Estatuto en el artículo segundo establece el objeto del partido y hasta el número 7 señala que es ganar elecciones. No es el objetivo preponderante.

Quién ve al PAN solamente por contender en elecciones hace un criterio sesgado de evaluación, necesita ver el marco más completo. El PAN se hizo para ser escuela de democracia y fortalecer los procesos ciudadanos del país. Por supuesto un punto, un indicador muy importante es el resultado electoral y frente a los del año pasado hay que hacer un ejercicio de humildad autocrítica para ver quiénes somos, de dónde venimos, en este momento qué le decimos a México y cuál es la agenda del partido para los próximos años.

–¿Por qué aspira a dirigir al PAN en esta situación compleja y luego de los resultados electorales del año pasado y con la división de grupos calderonistas y maderistas?

El PAN no tiene dueño y puede haber afinidad en torno a ciertos liderazgos. Esta clasificación estereotipada de tal grupo y tal grupo no la comparto. Hay puntos de coincidencia donde esto se puede dar y donde no necesariamente se da. Te puedo comentar que en las elecciones internas sí hay libertad, las personas que en Guanajuato tenemos tres elecciones locales, Ayuntamiento, Congreso local y para Gobernador, y tres federales, Presidente, Senado y diputados y había entre los aspirantes afines a ciertos candidatos, por ejemplo a la Presidencia de la República o al Gobernador (personajes) cruzados, uno coincidía con alguien. Eso es muy normal en el PAN, la línea es no dar línea y el que crea que todo mundo va cruzando afinidades de ciertos grupos generalmente equivoca el pronóstico.

¿Por qué entré al PAN? Porque a mí en política me preguntan ‘¿quién eres?’ y les respondo: ‘Soy Juan Carlos Romero Hicks, nací mexicano y guanajuatense, a los 18 años me convertí en ciudadano y 25 años después entré a un partido político, primero ciudadano y luego ingresé al PAN’, dice.

Necesitamos fortalecer tres aspectos, continúa.

1.- La fuerza de los principios, la doctrina la congruencia del pensar decir sentir y actuar.
2.- Regresar a la gran mirada de la fuerza política del PAN, que no son los militantes sino los ciudadanos, y preguntarles qué le dice el PAN a México en este momento, dónde hay debilidades, donde hay éxito y dónde hacer un conjunto de correcciones.
3.- Revisar dónde hemos sido gobierno y cómo lo hemos hecho para tener gobiernos más innovadores, más cercanos a la ciudadanía y más sensibles y sobre todo de resultados a los ciudadanos.

A mí me entusiasma que haya competencia porque hay diferentes perfiles dentro de Acción Nacional donde no es el “dedazo”, el Gran Tlatoani el que decide y hay este debate interno en Acción Nacional, es donde tenemos que debatir, no reñir y discrepar no es reprimir porque estamos acostumbrados a este diálogo y lo estamos haciendo en una esfera de cristal y por eso llama la atención cuando hay ajustes internos, se le dan una serie de interpretaciones diferentes. Lo que tenemos que buscar es un partido unido congruente, incluyente que diga mejores y más cosas para México, explica.

–¿No percibe que esta presencia de las ondas gruperas haga daño al PAN?

Sin duda existe, pero es sobresimplificar. Hay personas que pueden coincidir en tal tema con un grupo y en otro grupo con otro tema. Además, hablando de un espejo tan grande como el país hay que ver la realidad de cada municipio, cada entidad y además lo nacional. Lo que señalo es que no son alineamientos exclusivos o incondicionales perfectos y se dan en la vida todos los días. El común de los panistas es un ciudadano libre y eso no hay que perderlo de perspectiva, que puede o no coincidir con algunos liderazgos, son liderazgos temporales, nadie dura toda la vida. Si hubiésemos platicado de esto hace algunos años ni siquiera se hubieran caracterizado estos grupos con estas denominaciones y ni siquiera dentro de cinco años probablemente tampoco.

–Una de las críticas hechas al partido es que no se ha castigado la corrupción de algunos militantes y recientemente se han reactivado casos, como los del ex dirigente César Nava, el de los ex gobernadores de Guanajuato y Aguascalientes, Juan Manuel Oliva y Armando Reynoso Femat, respectivamente. ¿Debió el partido fijar una postura más fuerte?

El PAN ha sido muy estricto y sin prejuzgar casos individuales hay que respetar si es que llegan a presentarse en tribunales en cualquier caso, que debe ser como cualquier ciudadano. El PAN si algo ha hecho es fortalecer la transparencia, hemos hecho un fortalecimiento del tema de acceso a la información, se promovió en la Presidencia de un panista, Vicente Fox; el de la separación de poderes, acabamos de ver como el ex Presidente Felipe Calderón haciendo uso de su iniciativa turnó la Ley de Contabilidad Gubernamental que va a modificar la contabilidad de los 2 mil 448 municipios y las entidades federativas. Entonces si eventualmente un ciudadano se encuentra en falta, sea del partido que sea debe responder por sus actos y en su caso por sus omisiones. El PAN ha demostrado con toda claridad varios principios: federalismo, transparencia, separación de poderes, la legalidad y el estado de derecho. El PAN no tiene absolutamente nada que temer en este sentido.

EL PACTO Y EL PRI

–¿En un desplegado firmado por usted y otros panistas en agosto del año pasado decían que el partido vivía su momento más crítico, sigue ese momento o ya hay avances para dejarlo atrás?

Estamos en ruta de una reflexión, además no termina, es una reflexión continua y permanente y prueba de ello es la reforma estatutaria que aunque no ha culminado, falta la segunda parte que será firme hacia el 10 de agosto. Hay un proceso de revisión de muchos temas: la membresía y sus derechos de ingreso y permanencia; los órganos colegiados y personales que gobiernan; la alianza y vinculación ciudadana, la relación entre los partidos, Acción Nacional y el gobierno, ni es nuevo ni va a terminar pronto y además es deseable y natural que ocurra en todos los partidos políticos, la diferencia es que nosotros lo hacemos en esfera de cristal.

Somos el único partido que tiene un padrón público, que en la elección pasada desahogó competencias internas en esfera de cristal cuando todos los demás lo hicieron por “dedazo” o designación. Somos el único partido cuyos dirigentes internos se eligen de manera visible cuando prácticamente en otros llega el grupo que manda o le llega la línea del Gran Tlatoani o “dedazo”. Nosotros no y todo eso y tiene sus costos, que somos humanos y en el camino tiene sus raspones. Yo nunca he visto una competencia con algodones o tersura absoluta, es parte de la competencia. Quien aspira a un cargo interno del partido o a representarlo en cargo de elección popular entra en una competencia.

–Respecto a los procesos electorales, ¿cómo prevé los resultados? Algunos senadores pronosticaban que serían afectados por la remoción de Cordero…

Quien paga manda y quien manda es el elector. Es cierto es que el ciudadano lo que quiere son resultados y más resultados y quiere una interlocución inteligente, propositiva, de buena fe, eficaz, con principios y valores de parte de sus autoridades, sea un ayuntamiento, un estado, el gobierno federal, el Congreso local o el de la Unión y eso obliga a los actores políticos a ser más humildes, prudentes y congruentes.

–¿Cuál es su postura sobre el Pacto por México? ¿Si ha sido Madero demasiado entregado al PRI?

Lo positivo del Pacto primeramente. Ha sido un instrumento que ubicó originalmente a 95 compromisos que ahora se han ampliado y prácticamente hay un consenso de que esos compromisos son necesarios, eso en cuanto al contenido. La limitante y críticas que se pueden hacer al Pacto por México son el proceso, porque es un proceso metaparlamentario, no existe legalmente, entonces es importante tender más redes que ya en el camino se empiezan a hacer que no existían en el proceso original.

Creer que porque tres presidentes de partido y el Ejecutivo pactan algo, no necesariamente está totalmente autorizado porque falta la decisión del Congreso de la Unión. Ha faltado mayor acercamiento del Pacto en general con ambas cámaras parlamentarias; sería deseable tener una mayor participación de los gobernadores, lo mismo de los Congresos locales en torno al debate de los grandes temas y lo más importante, que no es que opinamos nosotros sobre el Pacto sino qué le dice el Pacto de resultados a México y ahí es donde la sociedad debe tener mayor participación. En la parte de contenido, es algo muy válido para el país, sin embargo la forma como se han venido procesando las iniciativas hay áreas perfectibles.

–¿Cómo evalúa a Gustavo Madero, a quien le tocó gestionar la derrota del 2012 y la polémica e inconclusa Asamblea de la revisión de Estatutos?

El Presidente Madero entró después de una competencia interna muy disputada, llegó con una gran expectativa que en el camino se ha venido perdiendo, no necesariamente se va cumpliendo. Es un hombre de buena fe aunque en el camino las cosas se van contaminando. Su participación en el Pacto ha sido importante en la transición para que el PAN sea una fuerza constructiva para México.

Yo no creo en los partidos de oposición, los partidos de oposición no existen, en mi cabeza lo que existe son partidos propositivos y la madurez le dice a la democracia de este país ‘si yo no encabezo este gobierno a quien encabeza este gobierno le digo en donde coincido te acompaño, en esto no coincido y propongo alternativas y en lo que no coincido contigo no te acompaño’.

Este elemento donde las fuerzas políticas se ven como oposición no lo hay, y ese ha sido el camino del Pacto por México y una oportunidad para que los partidos seamos una fuerza constructiva para el país, que sepamos entender que es lo que se puede. Lo que une hay que caminar juntos y lo que separa buscar alternativas de solución, por supuesto que la valoración final la harán los panistas en su momento. El Presidente Madero tiene derecho a presentarse nuevamente como competidor, es prematuro ya que el periodo termina el 5 de diciembre, la convocatoria ni siquiera está expedida. Lo que estamos haciendo es responder a los intereses de la prensa. Hay que respetar al Presidente actual, al Comité Ejecutivo Nacional, al Consejo nacional y a los órganos colegiados del partido.

–¿Le gustó la forma como se dio la remoción de Ernesto Cordero al frente de la bancada panista en el Senado?

El Presidente Madero está en su atribución de tomar decisiones, el proceso fue inesperado, y no se condujo con prudencia.

–¿Usted cómo lo hubiera resuelto?

Atendiendo a principios de respeto por la persona y de prudencia interna, en dialogo fraterno con las personas involucradas.

–¿Sintió que Madero exhibió a Cordero?

El proceso no fue prudente.

–Volviendo a su intención de competir por la dirigencia panista, ¿cuáles son sus principales propuestas para el PAN? ¿Qué le ofrece a los panistas, cuál sería su sello?

El regreso a los principios, la alianza con la ciudadanía y los gobiernos más innovadores.

–¿La relación con el PRI cómo debe ser?

Debe ser de colaboración donde coincidamos, de contrapropuesta en cuanto no tengamos coincidencia y de relación respetuosa como instituto político y también muy exigente y muy crítica, igual que con los demás partidos políticos.

–¿Tiene fecha de caducidad el Pacto en septiembre, como dicen algunos y de ahí la prisa de Madero por remover a Cordero?

En la medida que sea un instrumento que produzca sus frutos para el país será bienvenido. Hay que ver su contenido a detalle y cómo se perfecciona.

–¿Cómo evalúa a la administración de Enrique Peña Nieto?

Llevamos seis meses y los ciudadanos darán su valoración, yo prefiero en este momento esperar a que hable la ciudadanía, había gran expectativa, hay cosas que se han venido cumpliendo, otras que no existen. En seguridad no hay una estrategia novedosa, innovación no hay. El tema de la Cruzada contra el Hambre el foco y el diseño del programa admite agendas electorales que no son apropiadas, pero también debo comentar que el éxito del PAN no debe estar en función de los éxitos o fracasos de Enrique Peña. México merece que le vaya bien a todos y eso pasa por tener un buen Presidente; estas descalificaciones hacia un presidente o gobernador no las comparto porque hay que tener más bases.

–Regresando al PAN, cuéntenos, ¿por qué ingresó, por qué eligió al partido?

Era Rector de la universidad, recibí la invitación a entrar al PAN para buscar posibilidad de ser candidato a la gubernatura.

–¿Qué le gustó?

Su doctrina, la riqueza más grande del partido es su doctrina, es el mayor valor moral que tenemos frente a los demás partidos. Lo otro que me gustó es su apertura ante la ciudadanía y el hecho de que estaba ya gobernando Guanajuato y habían hecho gobiernos muy eficientes.

–¿De hecho es lo que se dice, que ha habido un alejamiento de la doctrina?

Necesitamos tenerla más cerca del alma y del corazón y las conductas.

QUIÉN ES

Juan Carlos Romero Hicks es licenciado en Relaciones Industriales por la Universidad de Guanajuato, institución de la que fue rector. Ingesó al PAN en 1999 y en 2000 fue su candidato a la gubernatura de Guanajuato, elección que ganó. En 2006 fue designado director del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), cargo que dejó en 2011. Durante su desempeño al frente de Conacyt fue criticado por su ineficiencia, por parte del científico Rene Drucker Colín. Romero Hicks en 2012 fue electo Senador por su estado. Actualmente en el Senado preside la Comisión de Educación.