Ciudad de México, 3 de junio (SinEmbargo).– Ni las felicitaciones del Premier Ministro ruso Vladimir Putin, quien ve en el juicio estadounidense por presunta corrupción en la FIFA una maniobra destinada a atacar a Rusia por la obtención del Mundial 2018, pudieron contra lo inevitable: en la víspera, el cuestionado mandamás de la organización, el suizo Joseph Blatter, anunció su renuncia a la dirección del organismo.
Como bien decía el escritor Juan Villoro en la entrevista que le hiciéramos a principios de la semana pasada, en el sentido de que si Blatter ganaba la elección realizada el viernes, luego de que el FBI irrumpiera en el lujoso hotel de Zürich donde se llevaba a cabo la reunión del máximo organismo del balompié mundial –y ganó– de todos modos iba a quedar muy comprometido, la declinación no hace más que confirmar lo que podría considerarse crónica de un adiós anunciado.
No es Estados Unidos. Es la UEFA, el ente rector del futbol en Europa, comandado por el ex crack francés Michel Platini, lo que torció la balanza a favor de un cambio dirigencial en la FIFA, lo que no necesariamente implica una transformación sustancial en la institución.
Al contrario, la ida de Blatter vuelve a poner las cosas en punto cero. Primero, porque la denuncia llevada a cabo por la fiscal implacable Loretta Lynch llevará tiempo y segundo porque quedan Asia y África como grandes contrapesos en un sistema que puede verse como una verdadera guerra de poder, donde ni los unos ni los otros son moneditas de oro en un juego perverso y millonario.
En el marco de una sorpresiva conferencia de prensa llevada a cabo en la capital suiza, Joseph Blatter, de 79 años, renunció al quinto mandato a que le daba derecho la elección llevada a cabo el viernes pasado y de la que se retiró –también sorpresivamente– su máximo rival, el príncipe jordano Ali Bin- Hussein, de 39 años, presidente de la Asociación de Fútbol de Jordania, timonel de la Federación de Asia Occidental y vicepresidente de la FIFA.
Precisamente, el cargo que ocupa el tercer hijo del fallecido rey Hussein en el máximo organismo del deporte mundial no lo hace precisamente un niño de pecho frente a los hechos que son de dominio público y que armaron el escándalo que culminó en la víspera con la renuncia del presidente desde 1998.
La investigación pretende esclarecer un entramado de corrupción que incluye sobornos desde 1991, a cambio de ceder entre otras cosas derechos televisivos –que la FIFA negocia directamente con las empresas del ramo–, vender los derechos publicitarios en los torneos mundiales y determinar las sedes donde se jugarán los distintos torneos internacionales a cargo de la veterana institución.
Si esto es cierto, estamos hablando de coimas verdaderamente millonarias, de las que no pudieron estar ajenos los máximos dirigentes de la institución, entre ellos el propio Hussein, quien cuenta con el apoyo del nombrado Platini, del portugués Luis Figo y del argentino Diego Maradona, un verdadero cruzado desde hace muchos años contra lo que considera un sistema corrupto que gobierna los destinos del balompié planetario.
Esa es la historia oficial. Aunque también se teje detrás de las denuncias un intento de Estados Unidos e Inglaterra por quitarle a Rusia la organización del Mundial 2018, que quedaría para Gran Bretaña y el de Qaatar, de 2022, que quiere organizar el país de Barack Obama.
“Claro que Inglaterra y los Estados Unidos perdieron los mundiales porque pusieron menos dinero que Rusia y Qaatar. Claro que es un despropósito hacer un torneo en Qaatar, de hecho está planeado para noviembre en lugar de julio, la fecha clásica, porque en ese mes hace como 800 grados de temperatura y tendrían que poner aire acondicionado hasta en las camisetas”, dice a SinEmbargo, Juan Roberto Presta, periodista deportivo y ex presidente del Círculo de los periodistas de AFA.
“Pero también es claro que si hubieran ganado Inglaterra y los Estados Unidos hubiera sido por el viejo sistema de coimas que es un secreto a voces en la designación de sedes por parte de la FIFA”, agrega el experto.
Para él, como para muchos otros especialistas, no ha sido sólo el poder del futbol europeo lo que saca a Blatter del sillón presidencial, sino las amenazas de Coca Cola, Adidas y McDonalds, que prometieron sacar sus patrocinios millonarios si no se aclara pronto la denuncia por corrupción que ensucia al organismo que dirige el suizo.
El dinero manda, de un lado y del otro. Blatter, en el medio, intentó con todas las herramientas a su alcance, navegar sin perder pie. No lo ha logrado.
¿LA FIFA QUEDA ACÉFALA?
A sólo cuatro días de haber sido reelegido por quinta vez al frente de la FIFA, Joseph Blatter anunció su retiro de la entidad y convocó a un congreso extraordinario en cuyo marco se designará un sucesor.
Eso no significa que, como dijo el ex futbolista brasileño Romario de Souza, uno de los acérrimos enemigos del veterano dirigente suizo, “inicia una nueva era en el futbol mundial”.
Por el contrario, la FIFA no está acéfala y Blatter seguirá comandando los destinos del balompié durante por lo menos seis meses más, un tiempo suficiente para que las aguas se aquieten y las negociaciones de una punta a otra del planeta que darán inicio hoy y que se sostendrán sin prisa ni pausa, se encaminen hacia otro status quo que conforme a todas las partes involucradas.
Esto es, que Ali Hussein –que sólo obtuvo 73 votos contra 133 de Blatter en la elección del viernes– alcance su sueño dorado de ocupar el trono presidencial de la FIFA y las cosas continúen más o menos como antes, en lo que se prevé un cambio de cara pero no de alma ni corazón en el organismo.
Aunque conviene decir en este punto que los eufóricos titulares de los principales medios europeos dando cuenta de la renuncia de Blatter y considerando con ello que se trata de una buena nueva para el deporte mundial, hacen prever que entre Michael Van Praag –presidente de la Federación Holandesa de Futbol–, el ex jugador portugués Luis Figo y su par francés Michel Platini se encuentre el nombre del sucesor del suizo.
“A pesar de haber sido apoyado en elecciones, ese apoyo no lo comparten todos. Por eso pongo mi renuncia a disposición. Tomo esta decisión de renunciar para limpiar la imagen de la FIFA. La FIFA necesita una profunda reestructuración”, admitió Blatter en una conferencia de prensa.
Mientras tanto, en Argentina, donde nacieron tres de los dirigentes y empresarios detenidos por el FBI en Zürich que además están prófugos con pedido de captura por parte de la justicia internacional, la AFIP (máximo órgano rector impositivo en dicho país sudamericano) ofreció una conferencia de prensa en la voz de su titular, Ricardo Echegaray, para anunciar una investigación paralela derivada del escándalo-FIFA.
Según distintas informaciones, varias de las sociedades que operaron en esta presunta maniobra de evasión impositiva, entre ellos algunas compañías relacionadas con fondos buitre, tendrían acciones en DirecTV y Torneos y Competencias, las empresas que regentan los acusados por la fiscal estadounidense Loretta Lynch.
Arde el futbol, pero el fuego está controlado. La guerra recién empieza y no hay vencedores ni vencidos. Todavía.
