México cierra campañas del 2015 con cerca de 20 muertos, movilizaciones y boicots

03/06/2015 - 8:08 pm
Manifestantes quemaron propaganda este martes durante el cierre de la autopista de Palo Blanco en Guerrero. Foto: EFE.
Manifestantes quemaron propaganda este martes durante el cierre de la autopista de Palo Blanco en Guerrero. Foto: EFE.

Por Paula Escalada Medrano y Natalia Ramos 

Ciudad de México/Iguala/Morelia, 3 jun (EFE/dpa).-  México cerró hoy el periodo de campaña para las elecciones del próximo domingo con cerca de una veintena de muertos y acciones de boicot por parte de los sindicatos de maestros y de los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos.

Dos meses después de iniciar las campañas, los candidatos para los mil 996 cargos en disputa, incluidos 500 diputados federales y gobernadores de nueve estados, cerraron hoy sus actos de proselitismo en los que llamaron a votar a los más de 83 millones de mexicanos habilitados para ello.

Pese a las palabras de tranquilidad del titular del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, las acciones de boicot continuaron produciéndose hoy, especialmente en los estados de Chiapas, Oaxaca y Guerrero.

En la presentación de la sala de prensa habilitada para el seguimiento de las elecciones, el titular del órgano electoral dijo que esa institución está preparada para los comicios a pesar de las condiciones extremas.

Diversos medios de comunicación locales publicaron hoy listas que hablan de que en los últimos meses han muerto una veintena de personas, entre precandidatos, candidatos y miembros de los equipos de campaña.

¿MÉXICO EN LLAMAS?

Enfrentamiento entre normalistas y federales en Tixtla, Guerrero. Foto: Cuartoscuro
Enfrentamiento entre normalistas y federales en Tixtla, Guerrero. Foto: Cuartoscuro

Sin importar las siglas de su partido, los candidatos a las elecciones del próximo domingo 7 de junio llevan semanas sufriendo ataques y asesinatos, en unos comicios amenazados de boicot por parte de los sindicatos de maestros y los familiares de los 43 estudiantes desaparecidos en Guerrero.

El último hecho violento que empañó la contienda electoral ocurrió durante la tarde del martes en Valle de Chalco, en el Estado de México. En este municipio fue asesinado a balazos Miguel Ángel Luna Munguía, candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) a Diputado federal.

No obstante, los mensajes del Gobierno mexicano buscan reflejar normalidad, como cuando el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, negó hace unos días que el Gobierno se haya visto rebasado por la violencia y aseguró que el país “no está en llamas”. Aún así los ataques han hecho saltar las alarmas.

El propio Secretario reconoció que al menos veinte candidatos están recibiendo protección por parte de las autoridades y admitió la imposibilidad de otorgarla a los miles de candidatos que se presentan a los 1 mil 996 cargos, incluidos 500 diputados federales y los gobernadores de 9 estados.

Según los expertos, se ha registrado un incremento significativo de la violencia en relación con los procesos de 2012 y 2009, cuando ya se produjeron algunos asesinatos de candidatos.

Pese a que son cuatro los estados donde más violencia se ha registrado en los últimos meses por la lucha entre cárteles del narcotráfico (Guerrero, Tamaulipas, Michoacán y Jalisco), los eventos trágicos contra candidatos o sus equipos han sucedido en los distintos estados de la República.

Ya en la precampaña, a comienzos de marzo, la precandidata del PRD a la alcaldía del municipio guerrerense de Ahuacuotzingo, Aidé Nava, fue secuestrada y decapitada.

Promo-maestros

Solo unos días después, la candidata a Diputada federal del Partido Acción Nacional (PAN), Gabriela Pérez Cano, y su asistente sufrieron una agresión en el estado de Morelos, cuando fueron encañonados.

En abril el candidato a la alcaldía del Partido Social Demócrata (PSD), Mauricio Lara, del estado de Morelos fue atacado a balazos y el candidato a Gobernador del partido Movimiento Ciudadano en el estado de Guerrero, Luis Walton, fue encañonado junto con su equipo de campaña en el municipio de Chilapa.

El candidato a la alcaldía del Partido Revolucionario Institucional (PRI) de este municipio, Ulises Fabián, fue asesinado el 1 de mayo por un grupo armado.

El 14 de mayo, Enrique Hernández, candidato a la alcaldía de Yurécuaro en Michoacán por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) también fue asesinado y, un día después, mataron a otro candidato del PRI a regidor en el municipio de Huimanguillo, en el estado de Tabasco, Héctor López Cruz.

La pasada semana fueron dos los fallecidos. En Puebla, José Salvador Méndez, asesor de campaña del candidato priísta a Diputado federal, Lorenzo Rivera Sosa. Y en la Ciudad de México Israel Hernández, coordinador de la candidata a diputada local del PRI, Aida Beltrán, moría en un tiroteo frente a la casa de la aspirante.

El aluvión de asesinatos es visto por los especialistas como una advertencia para mejorar los protocolos de seguridad con que cuentan los candidatos, que a su vez debería reflejar con más transparencia los riesgos, conflictos de interés o eventuales presiones del crimen organizado.

En este tiempo han sido muchos los que no han aguantado y se han tenido que retirar de la campaña por amenazas, como el candidato a Diputado federal del Movimiento Ciudadano en el estado de Sinaloa, Gerardo Brambilla, o la candidata a la alcaldía de un municipio de Guerrero de Morena, Valentina Rosendo.

Pero no son solo las actuaciones del narco lo que está tensando el proceso electoral.

El llamamiento al boicot por parte de sindicatos de maestros y de los padres de los 43 jóvenes desaparecidos el pasado 26 de septiembre en la ciudad de Iguala hace temer que la violencia contra los lugares electorales se incremente en los últimos días.

Especialmente en el estado de Guerrero, donde los padres exigieron que no se celebraran los comicios por la inexistencia de condiciones, debido a la alta violencia, una opción desechada por el Instituto Nacional Electoral (INE).

Otro de los estados más candentes es el sureño Oaxaca, donde miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) han anunciado que planean tomar instalaciones del INE a partir del 1 de junio para evitar la celebración de comicios.

Pese a que el INE asegura que el país entero está listo para las elecciones, los distintos focos de tensión o de violencia mantienen despierta la posibilidad de que en algunas zonas no puedan celebrarse en su totalidad.

La colonia Génesis de la Ciudad de Iguala en Guerrero. Foto: Cuartoscuro.
La colonia Génesis de la Ciudad de Iguala en Guerrero. Foto: Cuartoscuro.

IGUALA Y LA DESCONFIANZA

Ocho meses después de ser expuesta ante el mundo como un estandarte de la violencia en México, los ciudadanos de Iguala se enfrentan a las elecciones con el escepticismo sobre sus candidatos, que quieren pasar página sobre la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

Los candidatos han realizado sus campañas sin conflictos, prometiendo un futuro de paz y prosperidad en las canciones populares compuestas para las elecciones que suenan estos días por las calles del municipio, aún recorridas por gendarmes.

“Quieren dar la imagen de que todo está tranquilo, de que aquí no pasa nada”, cuenta a Efe Carmen, una maestra del municipio, bajo la carpa instalada en la plaza del Ayuntamiento de Iguala que lucha contra el olvido de un caso que conmocionó al mundo.

La noche del 26 de septiembre, un grupo de estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa fue atacado por órdenes del entonces alcalde, José Luis Abarca, del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Seis personas murieron y 43 desaparecieron después de que los policías se los entregaran a un grupo de delincuentes del cártel de Guerreros Unidos, quienes presuntamente los asesinaron e incineraron.

“Cómo votar si faltan 43”, se lee en una pintada sobre la fachada del ayuntamiento, que recuerda una de las principales peticiones de los padres, que no haya elecciones el próximo domingo, pues el estado no cuenta con las condiciones de seguridad necesarias.

“Pintan de blanco la pared, pero luego las pintadas siempre aparecen otra vez”, señala Carmen, quien integra el contingente de maestros que se turna para estar bajo esa carpa informativa, dispuestos a que este caso no se olvide.

Pero los candidatos a la presidencia municipal quieren lo contrario, que se pase página al dolor para que el municipio vuelva a resurgir de la crisis: ausencia de visitantes y cierre de decenas de establecimientos.

“Aquí en Iguala lo que más desea la gente por la situación que hemos pasado es orden y paz”, explica a Efe el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Esteban Albarrán, en el receso de una de sus reuniones de campaña.

Eso es lo que los ciudadanos le han transmitido estos días, que necesitan sentirse seguros tras este caso con el que “se abrieron otras cloacas”, pues en la búsqueda de los jóvenes se encontraron decenas de fosas con cuerpos, aún por identificar.

Eran muchos en Iguala los que susurraban lo que pasaba, pero pocos los que se atrevían a hablar alto. “No se sabía a ciencia cierta, había rumores, indicios, pero nadie tenía pruebas o algo que pudiera decir ‘mira, aquí está esto'”, asegura Albarrán.

Tras la desaparición de los jóvenes cayó el Alcalde y más de cien personas, entre policías y narcotraficantes, fueron detenidas, descubriéndose una trama de corrupción entre las autoridades y los delincuentes.

“Lo que no queremos es que se vuelva a repetir. Le hemos pedido a la gente que tenga mucho cuidado a la hora de elegir a sus gobernantes, que no se vaya con la finta de recibir regalo o dádiva porque eso nos ha salido muy caro”, añade el candidato.

En opinión de Óscar Díaz, candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD), los igualtecos “sí se equivocaron” la otra vez, cuando eligieron a Abarca en los comicios de hace tres años. “Que esta vez no se equivoquen y elijan a alguien que quiera a su pueblo”, apunta.

Antes de aquellos comicios, él luchó contra Abarca por ser el candidato, pero desde la dirección del partido no lo eligieron. Díaz cuenta que incluso denunció entonces los vínculos de Abarca con el narco y se lo hizo saber a Andrés Manuel López Obrador, pero no fue escuchado.

A Abarca lo eligieron candidato a la Alcaldía y a Díaz a Diputado local. Los dos resultaron vencedores. Hoy asegura que no tuvo “ninguna relación” con el ex Alcalde y que la aceptación de entonces “era un tema de partido”.

“Salimos en una candidatura, pero él por un lado y yo por otro, cada quien hizo su campaña y los dos ganamos. Fue un apoyo de partido, porque moral no se lo di”, afirma.

Juvenal, quien trabaja en una plaza de Iguala limpiando zapatos, recibió en la anterior campaña a Abarca en su casa y le dio su apoyo en las urnas.

“Me fue a ver a mi domicilio, dijo que iba a ser diferente, que iba a hacer un cambio y que venía a poner las cosas bien”, cuenta, arrepentido de su decisión.

Hoy tiene dudas sobre los candidatos. “Parecen buenas propuestas, pero ojalá que las cumplan y que haya un cambio”, dice este hombre que lleva más de dos décadas viviendo en este municipio.

Cuando llegó, asegura, Iguala era tranquilo, pero en los últimos años la gente tiene “miedo de salir de noche” o pasar por el Periférico que rodea a la urbe, donde se han encontrado “muertos” o “descabezados”, relata.

Y es que a pesar de la presencia de la Gendarmería, agrega Carmen, “sigue habiendo balaceras y muertos”. “La gente que vive aquí sabe mucho, pero poco a poco se han ido abriendo. Los muchachos hicieron que esto se abriera. Todos sabíamos de alguna manera y nos quedábamos callados”.

Ciudad cuna de la bandera mexicana, “ahora nos conocen como Iguala de las fosas”, apunta esta maestra, y es “una pena y una vergüenza”, añade.

Hipólito Mora ha hecho campaña para Diputado federal con chaleco antibalas. Foto: Cuartoscuro.
Hipólito Mora ha hecho campaña para Diputado federal con chaleco antibalas. Foto: Cuartoscuro.

CANDIDATOS DE MICHOACÁN ENTRE BALAS

Hipólito Mora ha hecho campaña para Diputado federal con chaleco antibalas, escolta y una camioneta blindada rumbo a las elecciones legislativas y regionales del domingo.

“El crimen organizado tiene mucho tiempo queriéndome asesinar, pero afortunadamente aquí estoy y me trae sin cuidado”, dice el ex jefe de la milicia civil de autodefensa de La Ruana, de 59 años.

En Michoacán, un estado del oeste del país sacudido por la violencia de los cárteles en los últimos años, la inseguridad ha marcado la campaña electoral.

El domingo, en los comicios de mitad de mandato del Presidente Enrique Peña Nieto, se renovarán diputados federales, así como autoridades locales en 16 estados, incluido un nuevo Gobernador y alcaldes de esta región.

Mora va por una diputación federal por el distrito de Apatzingán con el partido Movimiento Ciudadano. En su campaña, a pie y de casa en casa, tomó algunas precauciones como anunciar en Facebook con poca anticipación los lugares donde estaría o evitar ciertas comunidades.

Los partidos han subrayado la necesidad de garantizar la seguridad para que la competencia se desarrolle “lejos de las amenazas, el chantaje y la extorsión de la que son víctimas los candidatos y las candidatas de todos los partidos políticos”, según manifestó Adrián López Solís, representante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) ante el órgano electoral.

Algunas zonas son consideradas “focos rojos” como la región de Tierra Caliente o los límites con el estado de Jalisco.

La sombra del crimen no ha dejado de estar presente. Tuvo su máxima expresión con el asesinato el 14 de mayo en Yurécuaro del candidato a Alcalde Enrique Hernández, de Morena.

El también ex líder de autodefensas en la zona agrícola de Michoacán recibió desde un vehículo varios disparos que le ocasionaron la muerte mientras celebraba un mitin.

Más tarde, el 23 de mayo, en Tanhuato otro suceso sacudió a Michoacán con la muerte de 42 presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación y un policía durante un operativo por la invasión de un rancho por parte de personas armadas.

A partir de 2013 en la región de Tierra Caliente se constituyeron los grupos de autodefensa, integrados por ciudadanos dispuestos a suplir la falta de seguridad por parte de las autoridades con sus propias armas.

Pero algunos de sus miembros han sido acusados de estar vinculados al crimen organizado o de estar involucrados en enfrentamientos que dejaron varios muertos. El propio Mora estuvo preso dos veces por esta última causa y fue liberado por falta de elementos.

El Gobierno federal intervino con la policía federal, el Ejército y la Marina en los municipios más conflictivos. Además de la violencia, un factor generalizado es la crisis de credibilidad en los políticos. En Michoacán la esfera política ha vivido una gran inestabilidad en los últimos años.

En 2012 asumió como Gobernador Fausto Vallejo, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero tuvo que dejar el cargo por motivos de salud.

Su suplente fue encarcelado después por supuesta colaboración con el cártel de Los Caballeros Templarios. También uno de los hijos de Vallejo está bajo investigación. Ahora gobierna Salvador Jara, un académico sin partido.

Los principales candidatos a Gobernador son Ascención Orihuela, del PRI y el Verde Ecologista, y Silvano Aureoles del PRD. Les sigue Luisa María Calderón, hermana del ex presidente Felipe Calderón (2006-2012), del Partido Acción Nacional (PAN, conservador).

Andrés Medina, profesor de derecho y ciencias sociales de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, dijo a dpa que la campaña se ha caracterizado por la “guerra sucia” entre candidatos, la falta de propuestas y la violencia.

“El incremento en Michoacán de la violencia del crimen organizado se debe a factores económicos y especialmente a la crisis que afecta al estado”, consideró.

Para Medina la suma de estos elementos es la causa de la alta abstención en Michoacán, con una media en los últimos años de más de la mitad de la población dando la espalda a las urnas.

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