Investigación

Hoy Pemex está en los huesos, y los 5 estados con petróleo son fábricas de pobres

03/06/2016 - 12:05 am

Las altas cifras de producción petrolera y los precios ubicados por arriba de los 100 dólares por barril, no duraron para siempre. Eso se refleja en el país, pero también en los cinco estados petroleros de la República: Tamaulipas, Veracruz, Campeche, Chiapas y Tabasco, regiones de las que se ha obtenido durante casi 80 años una gran riqueza para generaciones de mexicanos, pero para las que esto no ha significado sino devastación ambiental, bajo crecimiento y mayor pobreza. Ahora, con un barril de petróleo que se cotiza en 40 dólares y la entrada de empresas privadas al mercado nacional, el reto será generar nuevas actividades productivas que ocupen a la gente de esos estados y le den lo que el Estado mexicano no pudo.

Los jubilados de Pemex "cuestan" 1.4 billones de pesos al Gobierno. Foto: Cuartoscuro
Los despidos de trabajadores petroleros en Tabasco y Campeche, principalmente, han agudizado la difícil situación económica de los habitantes de esas entidades, que dependen en gran parte de esa industria. Foto: Cuartoscuro

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Ciudad de México, 3 de junio (SinEmbargo).– La crisis financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Reforma Energética impulsada por Enrique Peña Nieto, que permite a las empresas privadas explorar y extraer crudo, evidencia que el país debe buscar en otra parte los generadores de crecimiento que el petróleo ya no brindará a manos llenas.

No sólo son los recursos económicos, el petróleo también supone la creación de empleos directos e indirectos, infraestructura, desarrollo tecnológico y crecimiento, sobre todo en los estados altamente dependientes de la actividad petrolera, que son Tamaulipas, Veracruz, Campeche, Chiapas y Tabasco.

Esos estados, además de ser economías primordialmente petroleras, guardan varias características en común: pobreza, una baja generación de empleo y el crecimiento más bajo en comparación con el resto del país. Todo esto, a pesar de los buenos años petroleros que se vivieron en las administraciones de Vicente Fox Quesada (2000-2006) y Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y de los apoyos a programas de transferencia de recursos del Gobierno federal a las entidades federativas, vía el Ramo 33, con el objetivo de que el dinero se gastara en proyectos de desarrollo.

De acuerdo con el reporte “México Actividad Económica Regional”, elaborado por Banamex, en 2014, cuatro de los cinco estados petroleros, fueron los que registraron el índice más bajo de crecimiento a nivel nacional; fueron superados por las regiones que se enfocaron al sector manufacturera y al mercado interno.

Esas regiones registraron variaciones a la baja en su Producto Interno Bruto (PIB), que incluso ya ronda en los números negativos. La causa fue la menor producción de petróleo.

Ante una caída pronunciada en los precios del petróleo desde mediados de 2014, los estados dependientes al sector están frenando su crecimiento económico y las empresas enfrentan faltas de pago, y se ven orilladas a despedir personal o cerrar.

Las entidades en las que la producción petrolera representa más de su producción total son Campeche (80.2 por ciento), Tabasco (58.8 por ciento) y Tamaulipas (8.4 por ciento).

De acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), los cinco estados registran altos niveles de pobreza.

Chiapas es el caso más alarmante; el 76.2 por ciento de sus habitantes viven en pobreza, de los cuales 1 millón 654 mil están catalogadas en pobreza extrema.

Le sigue Veracruz, con el 58 por ciento de pobreza en sus habitantes; Tabasco, 49.6 por ciento; Campeche, 43.6 por ciento; y Tamaulipas con el 37.9 por ciento.

En conjunto, guardan a casi 11 millones de mexicanos pobres.

Estos cinco estados dependen de la industria petrolera en sus empleos directos e indirectos, entonces, si ésta se encuentra “terriblemente deprimida”, desde la frutería hasta el trabajador de Petróleos Mexicanos (Pemex) que labora en alguna planta de refinación, exploración o servicios está sufriendo, expuso Miriam Grunstein, investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

“Las empresas afectadas deben recortar costos para poder seguir operando de la manera más eficiente, cancelar proyectos e iniciar procedimientos de negociación”, consideró.

De acuerdo con Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer, estas entidades están afectadas económicamente por el retraso de pagos de Pemex a las firmas proveedoras.

Cotemar es un ejemplo. Se trata de una empresa constructora y de servicios con sede en Campeche proveedora de Pemex y cliente de Prosafe. En marzo se dio a conocer que despidió a 2 mil 300 trabajadores como consecuencia del retiro de plataformas de la firma noruega ante los bajos precios del petróleo y por el recorte por 100 mil millones de pesos que atraviesa la petrolera.

México, ¿Cómo Vamos? advirtió que Campeche es el estado que lleva decreciendo más tiempo. Desde el segundo trimestre de 2014 muestra tasas negativas, sin embargo no es el único golpeado.

Pemex, como parte de su ajuste por 100 mil millones de pesos, cortará su producción petrolera de este año a 2.13 millones de barriles al día, 100 mil menos que en 2015, lo que representa un factor negativo para todos los estados del país, advirtió Moody’s en marzo pasado.

“Todos los gobiernos estatales y municipales serán afectados por el recorte”, sentenció, debido a su alta dependencia a las participaciones federales, que disminuyeron 3 por ciento a lo previsto en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) de 2016 dada una producción petrolera menor a la esperada, bajos precios del petróleo y una actividad económica inferior a la estimada.

El faltante en las participaciones federales a los estados y a los municipios, calculó, es por 21 mil 700 millones de pesos.

De acuerdo con la calificadora, las participaciones federales representan 35 por ciento de los ingresos estatales en promedio y son la fuente de pago para aproximadamente 90 por ciento de la deuda de los gobiernos estatales y municipales.

Campeche reportó a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) una deuda por mil 538 millones de pesos en 2015; Veracruz, 45 mil 879 millones de pesos; Chiapas, 18 mil 832 millones de pesos; Tamaulipas, 12 mil 925 millones de pesos, y Tabasco, 4 mil 343 millones de pesos.

Una buena parte de los recursos que tienen que ver con los ingresos fiscales que genera Pemex, son distribuidos a partir de lo que establece la Ley de Coordinación Fiscal referente a los Derechos de Hidrocarburos.

Para Alfredo Bravo Olivares, profesor de Economía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se trata de recursos, que desde el punto de vista presupuestal, pueden ser significativos para un municipio pero no representan un mecanismo para el desarrollo, ya que no se garantiza que ese dinero que se entrega, por ejemplo, por derechos de extracción de hidrocarburos, que se va a utilizar a favor del desarrollo del municipio.

“Los mecanismos de Ley que los obligan a presupuestar de manera racional, a tener un programa de desarrollo, no se aplican de manera estricta y les permite tener un manejo totalmente discrecional de los recursos públicos. Es fruto de una política desarticulada. Nada articula a los estados, a la federación y a los municipios y que establezca programas específicos basados en los recursos que se obtienen del petróleo. Los programas que hay son aislados, no tienen continuidad, no generan un impacto real”, expuso.

El 4 de mayo pasado, la Secretaría de Hacienda anunció el Programa de Reactivación Económica y Desarrollo Productivo de los Estados de Campeche y Tabasco, cuya economía se ha visto afectada por el declive en la producción petrolera y la fuerte caída de los precios internacionales del crudo.

El apoyo va dirigido a las empresas que atraviesan una falta de liquidez, por lo que no tendrán que pagar impuestos en abril, mayo y junio, y, además, recibirán incentivos.

“Es una falacia que el Estado lo pueda resolver todo. El problema está en la industria. No puede mejorar la crisis internacional de los precios del petróleo y una parte importante de los problemas de Pemex se debe a la situación internacional”, aseguró la investigadora Miriam Grunstein.

Y MENOS RECURSOS CON LA REFORMA

Peña Nieto indicó que hace apenas 30 años, México tenía una dependencia económica al petróleo y es por eso que, particularmente, Tabasco y Campeche sufren un impacto ante la situación volátil y de incertidumbre que se vive a nivel mundial. Foto: Presidencia
El 4 de mayo pasado, el Presidente Peña Nieto anunció un plan para apoyar la económía de Tabasco y Campeche, que sufren por la crisis de Pemex y la debilidad de los petroprecios a nivel mundial. Foto: Presidencia

Tras la aprobación de la Reforma Energética en 2014, las empresas privadas, tanto nacionales como extranjeras, están ahora capacitadas para la exploración y extracción de petróleo. Aunado a eso, la crisis financiera por la que atraviesa Pemex, aleja a la empresa de los proyectos productivos más redituables. Así, según Bravo Olivares, la posibilidad de que el desarrollo llegue a los estados petroleros está completamente frenada.

“Las empresas que vienen no llegan y ofrecen su capital para sacar al país de la pobreza; vienen para obtener ganancias y rendimientos a partir de los recursos nacionales. Vienen a obtener ganancias de un mercado de apertura reciente y tan no impacta que las zonas en las cuales se supondría tendría que haber un auge por la extracción, transmisión, transportación, suministro o refinación de petróleo, que los beneficios no se ven ahí. A las empresas no les interesa dejar ni una derrama económica más allá de lo puramente legal que tienen que hacer, que es pagar salarios y otros desembolsos por concepto de impuestos”, sostuvo.

Ante los bajos petroprecios, las empresas han comenzado a despedir parte de su personal. La tasa de desempleo en el primer trimestre de este año, entre los estados petroleros, la encabezó Tabasco con 7.2 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), con base en cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Le siguió Tamaulipas con 4.9 por ciento y Veracruz con 3.7 por ciento. En el caso de Campeche y Chiapas fue de 3.2 por ciento y 3.1 por ciento, respectivamente.

“En los buenos tiempos teníamos 32 empleados, ahora sólo quedan 12. Tuvimos que despedir al resto”, contó a la agencia <em>dpa</em> el empresario Mario Solache Rosiñol, dueño de la compañía de buques Hydra Marine.

“Pemex tarda de 90 a 180 días en pagar”, contó Solache. “A una empresa pequeña como la nuestra eso puede hundirla […]. A nosotros nos ayudaría no depender de un cliente único”.

En cuanto a la creación de nuevos puestos de trabajo, los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de abril revelaron que el empleo formal en Campeche decreció -12.4 por ciento anual; es decir, una pérdida de 18 mil 234 empleos formales. Al mes de referencia, este estado suma 19 meses con empleo a la baja.

Tabasco tuvo una tasa negativa de -8.4 por ciento en abril y Veracruz una cifra negativa de -2.5 por ciento.

El empleo formal en Chiapas, también un estado petrolero, creció sólo 0.7 por ciento en abril de 2016 frente al mismo mes del año pasado, y Tamaulipas registró una expansión de 1.3 por ciento anual.

Sin embargo, la llegada de empresas y la idea de que “por lo tanto” se generan empleos, no ha resultado como se planeó, debido a los esquemas mediante los cuales opera Pemex, que es a través de contratistas que trabajan bajo concesiones.

“Como todo es concesionado para Pemex, la contratación de personal se hace a través de empresas que se dedican a contratar personal y no lo hacen en la región, generalmente lo hacen en la Ciudad de México o en las grandes ciudades. Reclutan a personal de ahí y es el que se traslada a trabajar en las zonas de exploración”, explicó Bravo Olivares.

Puso de ejemplo a la Compañía Mexicana de Exploraciones (Comesa), una de las empresas privadas dedicada a exploración y que tiene sus oficinas en la Ciudad de México, “no en Villarhermosa ni en Coatzacoalcos”.

Este tipo de contrataciones, agregó, desde el punto de vista económico, no tienen ninguna implicación y anula la idea de que al generar un empleo directo surgen cinco indirectos.

“En la región generan un impacto muy parcial, que cuando la actividad sustancial termina, cuando se deja de explorar, por ejemplo, todos esos empleados regresan a la Ciudad de México. Los que consumían ahí, los que rentaban, se van, regresan a su zona de trabajo, o sea, donde los contrataron. Es un fracaso total la política, porque nunca tuvo ni pies ni cabeza. Nunca se trató de hacer que las regiones crecieran, que tuvieran un impacto económico sustancial”, agregó.

Ambos académicos coincidieron en que se debe trabajar en la diversificación de la economía de esos estados para que se deje de depender de la industria petrolera. Grunstein ve al turismo y el comercio marítimo como opción, mientras que Bravo prevé que la reestructuración ya planteada por el Gobierno federal, apostará por la colocación de plantas armadoras o maquilas.

“Cualquier respuesta que den en el contexto de esta depredación irracional de los recursos y las personas, nos llevará a lo mismo y a cosas cada vez peores. Eso es el resultado de sus políticas de rescate de las actividades económicas en los estados petroleros”, puntualizó.

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Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.
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