ENTREVISTA | Reforma en Telecom no quita peso político a Televisa: Mony de Swaan

03/08/2015 - 12:03 am
MONY DE SWAAN 2
Las telecomunicaciones en México se dividen en triunfos y pendientes: Mony de Swaan Addati, ex Comisionado Presidente de la extinta Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel). Foto: Luis Barrón, SinEmbargo

Ciudad de México, 3 de agosto (SinEmbargo).– Las telecomunicaciones y la radiodifusión en México son un tema lleno de claroscuros. Se trata de un sector que hasta hace dos años era legislado por un documento de 1960 que se desarrolló –y aún lo hace– bajo la sombra de monopolios dominados por grandes intereses políticos y en el que los consumidores de contenidos y de servicios, tienen un papel secundario.

La aprobación de la reforma en materia de telecomunicaciones y de sus leyes secundarias –hace dos y un año, respectivamente– modificó los mercados en mayor o en menor medida; sin embargo, los operadores centrales han encontrado huecos para seguir funcionando como lo venían haciendo y cuentan con una población que los acepta y los consume, pero que al mismo tiempo, experimenta o comienza a explorar, nuevas tecnologías que están modificando las formas tradicionales de comunicación.

El tema está segmentado: triunfos y retos pendientes. Por un lado, la telefonía hoy en día cuenta con un mercado más amplio y más competido, en el que se lograron reactivar las inversiones que el Estado dejó de hacer.

El reto es la preponderancia de Televisa. La empresa, a pesar de sus números rojos al Primer Trimestre de 2015, aún conserva el peso político que la caracteriza, y además mantiene dos apuestas fuertes: el mercado internacional con Univisión y la televisión por cable.

Para Mony de Swaan Addati, ex Comisionado Presidente de la extinta Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel, ahora Instituto Federal de Telecomunicaciones, IFT), hasta la fecha la reforma no ha tocado a Televisa e incluso, le ha dado más poder –constitucionalmente–, como es el caso de su dominancia económica en la televisión privada.

Entrevistado por SinEmbargo, en una especie de balance, De Swaan Addati considera que la última legislación tuvo como principal problema no tomar en cuenta a las audiencias. Esto, derivado de quienes integran el IFT, de intereses políticos de algunos sectores, del juego legal que la empresa ha sabido hacer, y al mismo tiempo, de una sociedad que “parece contenta” con los contenidos que hoy le ofrece la televisión abierta.

Con base en esto, señala que la muerte de la televisión aún es algo muy lejano, ya que el único servicio que puede desplazarla es el Internet, y en el país desde hace años, no se ha alcanzado la cobertura fija y móvil, que está en manos de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) que ha encontrado en las políticas públicas y telecomunicaciones y radiodifusión, herramientas políticas y electorales. El mejor ejemplo de esto es la repartición de televisiones para cumplir con la Transición Digital Terrestre.

El ex funcionario negó que esta sociedad tenga arraigada una cultura monopólica. Desde su perspectiva, la situación obedece a que la gente creció en una lógica de ausencia de opciones, por lo que no están acostumbrados a evaluar o de saltar de una a otra. En el caso de la telefonía, llegó AT&T con una inversión de 3 mil millones de dólares por delante, pero aún falta presenciar el desarrollo. Por el momento, la reforma logró desagregar a las grandes empresas de Carlos Slim, Telmex y Telcel. A raíz de esto, las opciones para los consumidores han crecido.

El IFT, en los siguientes años, tiene la tarea de demostrar que en radiodifusión pasará lo mismo que en las telecomunicaciones, y en caso de no ser así, Mony de Swaan apunta: será evidente que la reforma fue hecha para no tocar los intereses de Televisa.

LA LLEGADA DE AT&T, UN PARTEAGUAS

–¿Cuál sería un balance general de los resultados de la Reforma en Telecomunicaciones y Radiodifusión?

–Muchos de los sectores son de estructuras muy pesadas, intensivos en capital, y por eso los cambios difícilmente ocurren de la noche a la mañana. Son cambios paulatinos, pero creo que se han establecido las bases para que lleguen poco en los distintos segmentos que componen al sector de telecomunicaciones. No al mismo ritmo, ni con la misma profundidad y no en todos. Eso tiene que ver con la Ley Secundaria, donde varios analistas del sector fuimos muy críticos del documento final, sobre todo en lo que se refiere a televisión abierta y de cable, se hizo un trabajo muy pobre con derecho de audiencias, con propiedad cruzada, multiprogramación, la definición de preponderancias de sector o por servicio. Las consecuencias de haber elegido la ruta del sector, están claramente reflejadas en el mercado, donde la acumulación por parte de Televisa, que tiene una concentración más grande en televisión de paga que es más que evidente.

Mientras que todos los mercados se han vuelto más competitivos a raíz de la reforma, el segmento de televisión de paga se ha vuelto más concentrado 50 por ciento aproximadamente cuando se aprueba la reforma a más de 60 por ciento en manos de un solo actor. Claramente, la televisión de paga ha seguido un sentido contrario al del resto de los segmentos, en buena medida por lo que se estableció en el texto constitucional. No es casual que las áreas olvidadas sean las que más influencia política tienen en la vida cotidiana y en las aspiraciones de los políticos de este país.

Foto: Luis Barrón, SinEmbargo
Para Mony de Swaan, la llegada de AT&T es el gran acierto de la Reforma en Telecomunicaciones. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo

Para De Swaan, la llegada de AT&T, es el gran acierto de la reforma, “el establecer mejores facultades en materia económica provocó que actores como AT&T, tengan una oportunidad de negocio en este país”. Comentó que durante su administración en Cofetel, se buscó la llegada de nuevos inversionistas, pero que nunca aceptaron invertir en México y argumentaban tres razones, “no me interesa México porque las tarifas de interconexión son prohibitivas; porque tienen un regulador débil, y por Carlos Slim”.

–¿Cómo fue el comportamiento del resto de las empresas tras la llegada de un nuevo competidor?

–Las dos empresas que fueron señaladas como preponderantes, tanto América Móvil en Telecomunicaciones, como Televisa en Radiodifusión, recurrieron a determinados procesos legales. América Móvil se amparó ante el Poder Judicial y otros órganos especializados para exigir que fuera el regulador quien determinara la tarifa y no el legislador. Es muy difícil que los actores cambien de un día para otro. Desde los tiempos de Cofetel, se enfrentaban mil litigios al año. Todas las empresas en este país se acostumbraron a competir más en el plano judicial que en el mercado propio, y eso sólo puede cambiar paulatinamente. Debo decir que también han sido bastante responsables en varias cosas y me refiero a América Móvil. Públicamente han sido muy cuidadosos en su discurso; no han salido a decir que este país les roba, que el regulador está comprado. Cualquier compañía tiene el derecho de defender sus intereses por la vía judicial.

La actitud de AT&T también es para celebrarse. La empresa llegó a México con la cartera por delante, no con la boca, y eso es lo que se debe hacer. Llegó, compró Iusacell, Nextel, hizo su chamba regulatoria ante las autoridades, obtuvo sus autorizaciones con cierta condiciones. En México entendieron que la chamba es invertir, invertir, invertir. Esa es una forma distinta de hacer negocios; la empresa viene de Canadá y Estados Unidos, donde no se andan con bromas y la competencia se da en el mercado, no en la mesa del regulador ni en el Congreso.

–Ha habido algunas críticas sobre qué tan cerca o tan lejos está el IFT como regulador con los consumidores. Hay quienes dicen que está completamente alejado, ocupándose sólo de los operadores.

–Cuando llegué a Cofetel me estaban agarrando a golpes por todos lados. Decían que violaba la autonomía del regulador. Cuando me senté y vi cómo funcionaban las cosas en Cofetel, me di cuenta que la única autonomía que existía era con el consumidor. Todas las demás como el Presidente, el Secretario de Comunicaciones y Transportes, los operadores, el Congreso, estaban más que metidos en la Cofetel con presiones, amenazas, comparecencias, a través de la contraloría, con periodicazos o por las buenas. Si Cofetel tenía una autonomía probada era frente al consumidor, lo que era una desgracia. También, las instituciones no dejan de responder a los perfiles de la gente que las ocupa, hay un problema conceptual  y de cómo se enfrenta el trabajo. Esos son los grandes problemas del IFT actualmente. Le hace falta acercarse al consumidor y encontrar en esa figura su punto de apoyo, para que el día de mañana que haya un embate legislativo, judicial, en contra del Instituto, que sean los consumidores capaces de defenderlo, eso es lo que se tiene que lograr. Sé por experiencia que ni Televisa ni Tv Azteca, ni América Móvil te van a terminar defendiendo el día de mañana. El IFT tiene que encontrar en la gente su sustento, buscar permanentemente premiar a través de sus políticas públicas, no a las empresas, sino a los consumidores.

El ex Comisionado de Cofetel dice que El IFT tiene que encontrar en la gente su sustento, buscar permanentemente premiar a través de sus políticas públicas, no a las empresas, sino a los consumidores. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo
El ex Comisionado de Cofetel dice que el IFT tiene que encontrar en la gente su sustento, buscar permanentemente premiar a través de sus políticas públicas a los consumidores. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo

–¿Es tarde para eso?

–Nunca es tarde. El consumidor siempre estará ahí y las políticas públicas siempre se pueden generar. Pero eso siempre se debe generar desde la cabeza de la Institución, es decir, desde Gabriel Contreras Saldívar, hasta el pleno mismo. Pero, hay algunos comisionados del IFT que en su vida se han sentado con un consumidor, pero se sientan todos los días con los operadores. ¿Cómo se rompe esta dinámica y te acercas al consumidor? Para esto hay que fomentar reuniones con grupos de consumidores, establecer herramientas que les sirvan, consultas públicas, estudios académicos. Nunca es tarde. La dinámica de atender a los regulados, de estar siempre sentados con ellos, es una dinámica propia del país. Todo el debate es quién gana y quién pierde, Televisa o Telmex. Todo el debate parlamentario de la Reforma se concentró en eso. Lo que le había pasado al consumidor era, para casi todos, la menor de las preocupaciones, cuanto tiene que ser la de mayor importancia.

–Para la gente del IFT, ¿qué tan difícil sería llevar toda esa teoría a la práctica? ¿O cree que haya disposición de hacerlo?

–No en todos, pero no considero que tampoco sea un problema de disposición, sino de entendimiento y de cómo conceptualmente están entendiendo su trabajo, es decir, hay un comisionado que ha trabajado toda su vida en compañías de telecomunicaciones, en el regulador, y nunca ha tenido que atender al consumidor. También es un problema del mismo consumidor, que deben ser más activos y presionar para que los escuchen. El problema puede no ser de voluntad, sino que no saben cómo hacerlo, porque ni siquiera lo entienden. Por eso siempre están más atentos a la reacción de la prensa, de cómo los van a golpear o de si el Congreso los va a llamar a comparecer. El regulador en este país ha sido hostigado durante mucho tiempo, entonces le corresponde al pleno cambiar un poco el chip de toda la institución y volcarse al consumidor de manera decidida.

–¿Cómo ven los mexicanos o cómo entienden el mercado de las telecomunicaciones y la radiodifusión?

–Básicamente hay tres variables que le preocupan al consumidor en términos de telecomunicaciones: el acceso a tecnologías de la información del conocimiento. El problema aquí es que hay gente que no las conoce y ni siquiera las imagina. Otro es el precio, traducido en la cantidad que se va a destinar del bolsillo para un celular y un plan de pago, las llamadas, acceso a internet. En tercer lugar, la calidad. Hoy en día, para el consumidor son una herramienta fundamental en su vida cotidiana. La toma de decisiones desde el punto de vista del consumidor  depende de qué tan útil o que tan inútil le es determinado producto. Pero, lo que deben entender es que hoy en día, sin acceso a las tecnologías de la información, uno está fuera de la jugada. Por eso este acceso ya es considerado un derecho humano, porque ya son herramientas fundamentales en la vida cotidiana para todo.

–Por las características de estos mercados, ¿cree que exista en México una especie de cultura del monopolio?

–Se verá próximamente. El público mexicano es muy conservador, no sé si sea pro monopolio, pero sí muy conservador. Hay lugares en los que todos los servicios son de Telmex, tengo mi Prodigy, mi teléfono fijo y mi Telcel. Gente que no ha evaluado otras opciones y que se dice contenta con lo que tiene. Somos conservadores en la toma de decisiones. Hemos crecido en la lógica de ausencia de opciones, no estamos acostumbrados a tenerlas, evaluarlas y saltar de una a otra. Todo eso nos cuesta trabajo.

­–El reto se está superando sólo en telefonía…

–Está en proceso. La reforma tenía tres objetivos grandes: un regulador distinto, con facultades, presupuesto y autonomía suficientes, y ya está; facultades, derechos y atribuciones en ley como la preponderancia, el derecho universal, la cobertura, falta trabajar en multiprogramación y propiedad cruzada, pero se avanzó. El tercer objetivo son las políticas públicas mandatadas desde la Constitución y de la Ley Secundaria. Sabíamos que las inversiones, en este periodo, comenzarían a disminuir, porque es algo normal de un marco jurídico que se modifica, entonces, la primera reacción es: no invertir. Es normal, la incertidumbre no promueve las inversiones. Se desconoce cómo se acomodará el mercado, sin saber quiénes serán los reguladores, cómo se van a comportar, etcétera.

También sabíamos que México tenía los índices más bajos de inversión privada per cápita en telecomunicaciones, pero también pública. El Estado dejó de invertir en las telecomunicaciones de este país y la forma en que se encontró fue establecer proyectos de infraestructura muy ambiciosos: la Transición Digital Terrestre (TDT), la Red Troncal y la Red Compartida. El objetivo de ejecución de políticas públicas en el que vamos muy mal. Creo que se ha fallado muchísimo, porque toda esta parte de ejecución de políticas públicas se trasladó a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes  (SCT). Extrañamente, toda esa parte que es donde peor vamos, es la que le corresponde a la Secretaría.

–Entonces, ¿la SCT no es la indicada?

–Sabe hacerlo, pero no deja de ser una agencia política y ahí está la importancia del regulador, que no está pensando en la elección de 2018, sino en el consumidor de ese año. No tiene porqué preguntarse ni quién gana ni quién pierde, ni en el mercado ni en las elecciones. La SCT vive de ganar elecciones. Es ahí donde está el enorme contraste entre alguien que debe pensar en las repercusiones técnicas y el otro que todos los días hace cálculos políticos desde que se levanta hasta que se acuesta. Ahí hay una deuda importante. La Red Compartida debió operar desde 2014, hace dos años; la Red Troncal debió haber duplicado su tamaño y no se ha aumentado ni un kilómetro adicional desde la reforma; en cuanto a la TDT, Mónica [Aspe Bernal, Subsecretaria de la SCT] dice que se cumplirá el plazo, pero heredó una situación que no ha avanzado en los primeros dos años como se debía. Veremos si cumplen el 31 de diciembre; extrañamente encontraron la veta política que fue repartir televisiones en época electoral. Es una tragedia de las agencias con corte político encargadas de políticas públicas, pero es una tragedia que vivimos siempre.

–¿Y es real la autonomía del IFT?

–La autonomía del órgano recae de manera especial en el Presidente, [Gabriel Contreras Saldívar]. Sin embargo, Gabriel no deja de ser Gabriel, un funcionario público de toda la vida, profundamente cercano a la Presidencia de la República, y que salió y fue promovido por la Consejería Jurídica. Es muy difícil romper con todo vínculo. Habría que hacer un repaso de las decisiones que han tomado para saber qué tan independientes han sido de los poder fácticos. Lo que pase en televisión de paga y la cuestión del Poder Sustancial de Mercado, veremos realmente de qué esta hecho el Instituto. Si sale con una resolución tibia, laxa, timorata, diremos que no se logró la autonomía frente a Televisa.

A Televisa Les interesa el dinero, les interesa la capacidad de influir en políticas públicas como sucedió con la Ley Secundaria de la Reforma. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo
A Televisa le interesa el dinero y la capacidad de influir en políticas públicas como sucedió con la Ley Secundaria de la Reforma. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo

EL PODER Y LOS PROBLEMAS DE LA TELEVISIÓN

Mony de Swaan considera que a diferencia de la telefonía, el tema televisivo sigue manteniendo altos grados de complejidad, por una legislación que aún no rinde frutos y por consumidores sumisos frente a los contenidos que se les ofrecen.

“Parece que el consumidor mexicano está contento con lo que se le da, o al menos una parte muy importante. Televisa y Tv Azteca siguen tendiendo los ratings más altos de la televisión, y los seguirán teniendo”, comentó.

–¿Cree que a estas alturas, la fuerza de las televisoras siga siendo la misma?

–Sí. Los puntos porcentuales de los mercados pueden variar +/- 5, pero la influencia de las televisoras en los políticos de este país sigue siendo muy importante. Cualquiera que tenga algún tipo de aspiración política sabe que tiene que pasar por la televisión. También sabe que es un mercado profundamente concentrado, tanto nacional como localmente. Buena parte de los contenidos que se ven en las provincias, buena parte de los periódicos que se leen en el país, pertenecen a los mismos grupos económicos. Así que todo el acceso a la información vive una concentración preocupante. Ante eso, los políticos saben que para poder darse a conocer, tienen que recurrir a un grupo económico determinado, por lo que cobran mucha importancia. Hay un desbalance importante entre los desbalances que estamos viendo en telefonía móvil.

–¿Cómo ha sido la reacción de Televisa a partir de la aprobación de la Reforma?

–Muy mala. El único crecimiento que Televisa ha tenido desde la reforma ha sido blindado por la ley. Vino regalado por la ley. Su crecimiento ha sido a base de comprar empresas en un sector donde ya era dominante y ahora es preponderante [en televisión por cable]. Televisa no ha sabido reaccionar de manera correcta. Me extraña verlos fuera de la telefonía móvil y tan en contra de la Red Compartida. Yo nunca logré entender qué quería Televisa y creo que ellos tampoco.

–¿A Televisa le sigue interesando la televisión abierta?

–Claro. Aunque el mercado nacional esté disminuyendo, los ingresos siguen siendo muy importantes; a pesar de que han perdido su participación, el volumen de publicidad se mantiene estable; por la influencia política que tiene, que le permite sentarse con gobernadores, presidentes y legisladores; por la posibilidad de tener una telebancada a través del Partido Verde y a la que impulsa de manera casi enfermiza y obscena… por supuesto que le interesa. Se debe entender que el mercado de televisión abierta ya no es sólo local, ya que es transfronterizo y Televisa tiene Univisión (Estados Unidos) y el consumo de televidentes latinos será cada vez más importante.

– Son ya varios años en que Televisa ha sido el blanco de consignas políticas que llaman a ya no ver más sus canales, ¿cree que esto ha llegado a afectarle de manera directa?

–No le afectan porque son insensibles, tienen piel de elefante; nunca han cambiado y no tienen el ADN para convertirse en una empresa distinta. Le afecta en la parte de legitimidad, pero vivimos en un país donde los niveles educativos no son los mejores y ellos viven de ese tipo de población. Los perfiles sociodemográficos de quién ve Televisa se cruzan casi de manera perfecta por los que votan por el PRI o el Partido Verde, y eso con base en las encuestas que revelan el nivel educativo, de ingreso, y el público y los votantes se parecen. Esto tiene que ver más con lo que ocurra con la educación y la banda ancha móvil, porque con acceso a eso la gente dejará de ver Televisa, así tenga el nivel de primaria. Televisa no cambiará por sí misma. Ya son muchos mensajes e la población, de grupos organizados, intelectuales, pero Televisa no tiene los instrumentos para cambiar.

–Mencionó que por parte de la clase política hay mucho interés por mantener buenas relaciones con Televisa. ¿Cuál es el interés de Televisa en los políticos?

–El dinero que puede haber a través de campañas políticas, en la renta de telenovelas; hay mucho dinero que viaja de los políticos de nuestros impuestos federales y locales, administrados por políticos que tienen una ambición en su región. Les interesa el dinero, les interesa la capacidad de influir en políticas públicas como sucedió con la Ley Secundaria de la Reforma, en la que muchos legisladores defendieron posiciones históricas de Televisa de una manera obscena. Y digo congresistas de centro, izquierda y derecha. Lo que era común era ver a Armando Ríos Peter defendiendo a Televisa, a José Luis Preciado, a Miguel Barbosa; los diferenciaba el partido, pero su común denominador era la aspiración a un puesto.

–Entonces la clave está en el acceso a la banda ancha móvil y fija.

–Ese es el futuro del país y se debe apostar en esos dos temas. Por eso es importante una política pública espectral clara, y no la tenemos. Es fundamental que el IFT ordene sus ideas y que haga pública su política espectral.

–¿Qué evaluación tiene México con la puesta en marcha de nuevas políticas y proyectos, en comparación con el resto del mundo?

–En todo está atrasado. Nos quedamos estancados porque así convenía a los actores dominantes porque así convino coyunturalmente a algunos tomadores de decisión; nos quedamos estancados en muchísimos temas, ¡hasta hace dos años nos regulábamos con una ley de los 60! Hasta hace dos años, las telecomunicaciones se regulaban con una ley de 1996. Los países han logrado actualizar constantemente sus legislaciones conforme ocurre el cambio tecnológico que ha sido monstruoso. Discutimos interconexión desde el día uno, hasta hace dos años, cuando en otros países eso dejó de ser un tema que ya ni se menciona, pero nosotros seguimos necios. Eso generó una rezago estructural en un sector que no cambia de la noche a la mañana.

Nosotros estamos batallando aún con el acceso a Internet que va en 50 por ciento, incluyendo espacios públicos, lo que significa que no todos tienen acceso en su casa. La penetración de banda ancha fija está totalmente estancada, una banda ancha móvil que crece a ritmos importantes, pero que no será suficiente si no se impulsa la red compartida. Creo que están las bases para poder alcanzar y recuperar buena parte del terreno perdido, pero tomará muchos años y mucho esfuerzo, pero sobretodo, voluntad por parte de los reguladores y de la SCT. Es una vergüenza que este país haya puesto en la Constitución que licitaría televisión, porque nadie se atrevió. Eso habla de los grados de influencia de la televisión, que sólo constitucionalmente, se pudo licitar una nueva cadena, lo malo es que para eso ya es muy tarde.

Daniela Barragán
Es periodista por la UNAM, con especialidad en política por la Carlos Septién. Los últimos años los ha dedicado al periodismo de datos, con énfasis en temas de pobreza, desigualdad, transparencia y género.
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