El final de la guerra en Croacia hace 20 años enfrenta a Zagreb y Belgrado

03/08/2015 - 7:10 am

Vesna Bernardic

Zagreb, 3 ago (EFE).- Mientras que Croacia celebra esta semana la ofensiva militar que acabó hace 20 años con la guerra en su territorio, Serbia ve esta fecha como un recordatorio de crímenes impunes cometidos contra civiles.

La denominada Operación Tormenta comenzó el 4 de agosto de 1995 y fue la mayor ofensiva terrestre en Europa desde la II Guerra Mundial. La campaña relámpago dio la victoria a Croacia en 84 horas, pero desató también venganzas que acabaron con la vida de cientos de serbios y empujaron a huir a más de 200.000.

Así, el modo de ver aquellos acontecimientos es diametralmente opuesto entre croatas y serbios. Ambas visiones sólo comparten la falta de autocrítica ante los propios excesos.

La conquista en aquella operación de la autodenominada República Serbia de Krajina, una entidad formada por serbios locales y el Ejército yugoslavo, que se extendía sobre un tercio de Croacia, es para los croatas una gran victoria que supuso el fin de la guerra y del proyecto de la “Gran Serbia”.

En la ofensiva cayó también la capital serbia rebelde, Knin, situada entre Zagreb y Split, a unos 50 kilómetros del Adriático.

El único enclave rebelde que quedó, la Eslavonia oriental, se reintegró pacíficamente en Croacia entre 1996 y 1998.

Mañana un gran desfile militar en Zagreb recordará el inicio de la operación, y el miércoles en Knin se organizará un programa de conmemoraciones, festejos y actos solemnes.

Serbia y la República Serbia de Bosnia-Herzegovina han declarado el 5 de agosto como día de duelo nacional.

“Para nosotros, ese día es desde hoy y para siempre un día de duelo, proclamado por los gobiernos de Serbia y la República Serbia en su sesión conjunta. Para nosotros no hay día más triste en la historia serbia”, declaró recientemente el primer ministro de Serbia, Aleksandar Vucic.

Se considera que unos 600 serbios murieron en la ofensiva, muchos de ellos ancianos de más de 60 años que no pudieron huir, mientras que unos 200.000 abandonaron sus hogares.

Vucic acentuó que la participación de otros países en el desfile militar croata será tomado por su país como una ofensa.

El ministro serbio de Exteriores, Ivica Dacic, advirtió de que su país “mirará bien quién asistirá al desfile” y que los países que envíen a sus representantes serán considerados “antiserbios”.

No faltó una respuesta del Gobierno croata, cuyo ministro de Defensa, Ante Kotromanovic, recordó las limpiezas étnicas cometidas en Croacia por serbios y que el mismo Vucic combatió en Croacia en 1991 como miembro de unidades paramilitares del ultranacionalista Vojislav Seselj, hoy juzgado en La Haya por crímenes de guerra.

Y alegó también que en la ofensiva croata se liberó el cerco sobre el enclave bosniomusulmán de Bihac, cuyos civiles estaban al borde de una matanza similar a la cometida en Srebrenica por los serbobosnios en 1995.

“Los comentarios de una persona que en los años 90, con el fusil en las manos, incitaba a todo lo peor y llamaba al asesinato y al odio, no son fidedignos en absoluto”, respondió Kotromanovic.

El primer ministro croata, el socialdemócrata Zoran Milanovic, reiteró ayer que el desfile militar es una conmemoración histórica que “no está dirigida contra nadie”,

Debido a las propias divisiones internas en Croacia Milanovic no pronunciará un discurso en la ceremonia central de Knin, por miedo, según coinciden los analistas, a ser abucheado por los simpatizantes de la oposición nacionalista, que tachan al Gobierno socialdemócrata de “anticroata”.

Los conservadores y ultranacionalistas preparan en Knin un festejo popular que subraya el triunfo militar, y al que no asistirá el líder de los serbios de Croacia, Milorad Pupovac.

El representante serbio adujo: “Cuando verdaderamente celebremos la paz, la paz para todos los ciudadanos de Croacia”, acudirá.

En el atmósfera general de júbilo nacional, pocos han manifestado sensibilidad y solidaridad con los sufrimientos padecidos por los entonces adversarios.

El director de teatro Oliver Frljic, que ya ha sido tachado en algunos medios como “anticroata”, ofrece este miércoles en el Teatro Nacional de Rijeka una representación en forma de testimonios de cinco mujeres de diferentes nacionalidades -incluidas serbias y croatas- que en la guerra fueron obligadas a abandonar sus hogares.

La ONG “Documenta” y el Consejo Nacional Serbio de Croacia ofrecen en una página web una presentación interactiva en inglés sobre el trasfondo de la operación militar y los daños perpetrados contra los civiles.

En 2012, la Sala de Apelación del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) revocó la pena de 24 años de cárcel dictada contra el ex general croata Ante Gotovina por crímenes de guerra y lesa humanidad contra civiles serbios.

Ante Gotovina, que dirigió la operación, es considerado un héroe en Croacia.

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