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Los 22,720 kilómetros cuadrados de “zona muerta” en el Golfo de México rompen récord histórico

03/08/2017 - 11:30 am

La contaminación de los fertilizantes que fluye por el río Mississippi, desde el corazón de Estados Unidos, es la causa de la zona muerta en el Golfo de México más grande registrada hasta la fecha, propagando algas tóxicas, las cuales crean franjas que privan de oxígeno a diversas especies.

Un informe medioambiental reveló que las toxinas que empresas como Tyson Foods vierten al mar están contaminando las aguas del Golfo, pero además, Servicios Geológicos de EU informó que alrededor de 1.15 millones de toneladas métricas de contaminación por nitrógeno fluían hacia el Golfo de México.

Ciudad de México, 2 de agosto (SinEmbargo) — El Golfo de México tiene un nuevo récord, pero no es uno que se quiera celebrar. La zona muerta del Golfo, un fenómeno causado por el ser humano en el que hay muy poco oxígeno para sostener la vida marina, se extiende este año por 22,720 kilómetros cuadrados, la cifra más grande hasta ahora registrada.

La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) informó que la zona muerta registrada hasta este día es 3 por ciento más grande que la registrada en 2002, el récord anterior.

“Nosotros predijimos que sería grande y es grande”, dijo Nancy Rabalais, una científica que ha estado midiendo la zona muerta desde 1985.

“Esta gran zona muerta muestra que la contaminación por nutrientes, principalmente de la agricultura y las aguas residuales en el río Mississippi, continúa afectando los recursos costeros del país y a sus habitantes en el golfo”, señaló la NOAA a través de un comunicado.

Esos nutrientes –nitrógeno y fósforo– provocan proliferación de plancton, que al morir se deposita en el fondo y consume oxígeno durante su putrefacción.

El año pasado, Servicios Geológicos de EU (USGS, por sus siglas en inglés) informó que alrededor de 1.15 millones de toneladas métricas de contaminación por nitrógeno fluían hacia el Golfo de México. Como comparación, el derrame de petróleo BP fue de 670 mil 800 toneladas métricas, y no es un evento anual.

Un nuevo informe publicado este miércoles por la organización estadounidense Mighty Earth, señala como responsable a la industria cárnica de atentar contra la vida marina del Golfo de México.

Mapas de la zona afectada por los nutrientes que fluyen por arroyos, ríos y océanos procedentes de la agricultura y de las aguas residuales. Foto: Mighty.

Las toxinas de estiércol y fertilizante que empresas alimenticias vierten en vías fluviales, están propagando enormes y dañinas cantidades de algas, las cuales crean franjas que privan de oxígeno a diversas especies del Golfo de México, los grandes lagos y la bahía de Chesapeake, ubicada al este de EU, explicó la ONG dirigida por el ex congresista Henry Waxman.

En el estudio, la compañía de carne más grande de Estados Unidos, Tyson Foods, destacó por su amplia presencia en todas las regiones que sufren los peores impactos de contaminación de la producción industrial de carne.

Tyson produce una de cada cinco libras de carne en Estados Unidos y posee marcas como Jimmy Dean, Hillshire Farm, Ball Park y Sara Lee, además de vender a minoristas de comida rápida como McDonalds.

La compañía está constantemente clasificada entre los principales contaminadores en América, aunque el nuevo CEO de Tyson ha declarado que un enfoque en la sostenibilidad estará en el centro de los planes futuros de la compañía.

Smithfield es otra de las empresas señaladas por Mighty Earth por tener la mayor concentración de instalaciones cárnicas en aquellas regiones del país con los niveles más altos de contaminación por nitratos.

La organización refirió que el gran apetito de los estadounidenses por la carne está impulsando esta contaminación “en nuestra agua y [destruyendo] nuestro paisaje” en el corazón del país.

“Este problema está empeorando y la regulación no está reduciendo el alcance de esta contaminación”, aseguró en dicho reporte Lucia von Reusner, directora de campaña del grupo. “Los estadounidenses no deberían tener que elegir entre producir alimentos y tener agua limpia y sana”, agregó.

Las toxinas procedentes del estiércol y de los fertilizantes provocan que proliferen de manera desmedida las algas y que los peces no tengan suficiente oxígeno. Foto: EFE

AGUA POTABLE TAMBIEN ESTÁ CONTAMINADA

Este tipo de polución también se ha relacionado con la contaminación de agua potable. La semana pasada, un informe de Environmental Working Group halló que en 2015 sistemas de abastecimiento de aguas que prestan servicios a siete millones de estadounidenses en 48 estados contenían altos niveles de nitratos. El consumo de nitratos ha sido vinculado al incremento del riesgo de padecer ciertos tipos de cánceres.

“Se están utilizando zonas inmensas de EU para cultivar maíz y soja para producir carne –explicó von Reusner– con muy poca regulación”. El informe insta a Tyson y a otras firmas a que utilicen su influencia en la cadena de producción para asegurar que productores de cereales como Cargill y Archer Daniels Midland empleen prácticas que reduzcan la contaminación que va a parar a las vías fluviales. Estas prácticas incluyen no dejar el suelo descubierto por culpa de los cultivos y ser más eficiente con el uso de los fertilizantes.

Estados Unidos es un enorme consumidor de carne. De media, cada americano masticó casi 96 kilos en 2015. En cualquier caso, un estudio publicado a principios de este año halló que el consumo de carne de vaca descendió en torno a una quinta parte desde 2005 hasta 2014, posiblemente debido a las preocupaciones de los consumidores por el medio ambiente. Ahora se espera que haya un nuevo aumento del consumo.

Según el Departamento de Estado de Agricultura de EU, se calcula que la producción de carne de cerdo y de vacuno crecerá significativamente en la próxima década, impulsada por la disminución del coste de los piensos y por la abundante demanda. En 2025 se prevé que la media de consumo de carne por cada americano sea de casi 100 kilos. Tan solo 3 por ciento de los estadounidenses es vegetariano o vegano.

Este apetito voraz por la carne ha provocado la pérdida de extensiones de bosques nativos y de praderas tanto en EU como en otros países, liberando gases que retienen el calor a través de la deforestación y las prácticas agrícolas. La agricultura liberó el 9 por ciento de las emisiones de gas invernadero en el año 2015, según la EPA.

–Con información de AP

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