Economía Hoy

La recesión de Brasil “golpea” a las empresas América Móvil, Bimbo, Femsa y Elektra

03/09/2015 - 8:11 pm
Foto: EFE.
Crece el pesimismo de expertos sobre Brasil. Foto: EFE.

Por Mayra Martínez Medina

Ciudad de México, 3 de septiembre (SinEmbargo/EconomíaHoy).– Hace unos meses, América Móvil, Fomento Económico Mexicano (Femsa) y Bimbo empezaron a bailar al ritmo de samba brasileña marcada por la recesión económica. La caída del consumo, el descenso del precio del petróleo y la menor inversión y producción se han traducido en la contracción del Producto Interno Bruto (PIB) durante dos trimestres seguidos y han puesto al Gobierno de Dilma Rousseff, salpicado por la corrupción, en la tesitura de tener que aumentar el gasto público (el presupuesto de 2016 contempla un déficit por primera vez) y de frenar el alza de las tasas (precio del dinero) para tratar de impulsar la economía. Ante este panorama, que hablan de sus problemas financieros, Fitch ha puesto al país al borde de perder su grado de inversión soberana.

La creciente dificultad económica de Brasil, que ya se reflejó en el desempleo de 7.3 por ciento, en su débil actividad manufacturera (reportó una contracción durante siete meses consecutivos de 0.3 por ciento) y en el descenso del consumo de las familias, que retrocedió un 2.7 por ciento en el segundo trimestre, ha alcanzado a los resultados de las empresas mexicanas que dirigen Daniel Hajj, Carlos Salazar Lomelín y Daniel Sertvije y pone en peligro los más de 4 mil millones de dólares de las exportaciones aztecas al país carioca, puesto que la actividad industrial sufrió un descenso del 5.2 por ciento.

En concreto, y según los datos de la Secretaría de Economía, México exporta a Brasil insumos y componentes para la industria automotriz, informática y aeroespacial que son las que más dañadas se han visto en el último trimestre. Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), la industria de transformación brasileña, la que se encarga de la producción de máquinas y equipamientos, la de productos electrónicos y equipamientos informáticos, y la automotriz de productos derivados de petróleo se ha contraído un 8.3 por ciento en el segundo trimestre.

Pese a que Brasil acaba de entrar oficialmente en recesión arrastrada, en parte, por la desaceleración China, el principal consumidor de materias primas junto con EU, los problemas de la economía más grande de América Latina ya se vislumbraban desde el año pasado, cuando los brasileños salieron a las calles en plena Copa del Mundo para evidenciar la problemática social y la corrupción en la cúpula del gobierno de ese país y el gobierno de Dilma Rousseff decidió retrasar la gran obra del trem-bala.

No en vano, ante los problemas de la economía carioca y la dificultad de conseguir recobrar los préstamos, Elektra decidió cerrar las tiendas que tenía ahí y así abandona el negocio en el país.

Este junio, casi un año después de las movilizaciones del Mundial de Fútbol, América Móvil reconoció los desafíos que enfrenta la compañía del magnate Carlos Slim en América Latina, pero puso énfasis en el deterioro de la economía de Brasil que “cada vez cae más en territorio negativo”; sin embargo la empresa ha reportado números positivos en sus ingresos al explicar que si bien “son sólidos” la compañía los están generando en un contexto de “decreciente expansión”.

EFECTO EN LAS EMPRESAS 

En medio de la crisis brasileña las mentes financieras de América Móvil trabajan por mantener a flote se segundo mercado más importante en el continente americano y es que en México y Brasil está la mitad de los suscriptores -30 millones de un total de 60.7 millones-: “estamos haciendo esfuerzos importantes por proporcionar servicios de calidad a precios competitivos y adaptarnos al deterioro de las condiciones macroeconómicas”.

Grupo Bimbo, de Daniel Servitje aunque es más mesurado en sus comentarios respecto a los problemas de operación en los mercados de Latinoamérica resintió una contracción en la demanda de sus productos: “como resultado de condiciones económicas adversas y un deterioro en el consumo, los volúmenes en algunos países se vieron afectados; sin embargo, Brasil, Colombia, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Panamá mostraron buenos resultados en moneda local”.

Fomento Económico Mexicano (Femsa) es otra de las empresas mexicanas que resintió la caída en el consumo del mercado brasileño, la empresa con sede en Monterrey expuso al mercado de valores que los resultados entre abril y junio de este año “estuvieron negativamente impactados por la devaluación del real brasileño y el peso colombiano” además de una menor demanda de sus productos que forman parte del portafolio de refrescos. En lo que va del año el real brasileño acumula una devaluación frente al dólar de 20 por ciento.

El menor gasto de los brasileños pegó en el número de ventas de Femsa ya que en el primer semestre del año, la categoría de refrescos registró una caída del 0.1 por ciento, influenciada principalmente por una caída del 5.3 por ciento en Brasil, la cual fue parcialmente compensada por el crecimiento en Argentina y Colombia. Al tener un menor consumo en Brasil, Femsa observó una caída en sus ingresos totales de la región pues captó 3.8 por menos respecto al mismo trimestre de 2014, así sus números fueron negativos por un menor consumo y la devaluación del real.

Elektra, empresa filial de Grupo Salinas a diferencia de Femsa, Bimbo y América Móvil no se esperó a averiguar hasta dónde llegaban los efectos de la crisis brasileña y decidió cerrar operaciones comerciales en 2014, misma que le acarreó una pérdida por 315 millones de pesos, según reportó en sus estados financieros.

En medio de la desaceleración brasileña de la cual dio cuenta el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas desde el año pasado, seguramente además de estas empresas mexicanas, la Secretaría de Economía se previene con un plan para apoyar, en caso de ser necesario, a las manufacturas de exportación que al cierre de 2014 promediaron unos 4 mil 739 millones de dólares y que pueden estar en riesgo por la caída del consumo. Las manufacturas de exportación a Brasil son componentes para ensamblar pantallas y otros componentes para la industria aeroespacial y automotriz.

Adolfo Laborde, profesor de Negocios y Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey dijo a Economíahoy.mx que las empresas mexicanas en Brasil están a la expectativa de las decisiones que tome el gobierno de Rousseff para mantener a flote el consumo y es que desde la perspectiva del especialista la presidenta de esa nación tiene dos opciones: endeudarse para inyectarle liquidez al mercado y así reactivar el consumo, o bien devaluar el real.

Aunque la balanza comercial entre México y Brasil al finalizar 2014 reportó un superávit a favor de la economía azteca con 266 millones de dólares; el valor de las exportaciones un año antes cayó 13 por ciento, en sus estadísticas la Secretaría de Economía reporta que entre 2013 y 2014 el valor de las exportaciones descendió 647 millones de dólares al pasar de 5 mil 386 millones de dólares a 4 mil 739 millones.

PODRÍA PERDER SU REINADO  

Brasil ha sido el rey indiscutible de los mercados bursátiles latinoamericanos en las dos últimas décadas. Hace tan sólo unos años, su mercado había crecido tanto que era casi cuatro veces más grande que el de México, su rival más cercano. De hecho, se habría podido sumar el valor del mercado bursátil de todos los países y no habría alcanzado los 1.7 billones de dólares de Brasil.

Ahora, sin embargo, mientras la recesión y la crisis política del país se incrementan y su moneda se desploma, el dominio de Brasil en el puesto máximo, de golpe, se debilita. La capitalización bursátil carioca se ha contraído un 34por ciento este año, hasta los 531 mil millones. La brecha por encima de México, que en un momento alcanzó 1.1 billones de dólares, ha bajado hasta apenas a 133 mil millones. Y si bien los gurús bursátiles no predicen necesariamente que esta ventaja desaparecerá totalmente, un análisis de las caídas registradas en los últimos tiempos indica que podría ocurrir en los próximos 13 meses.

No es que el mercado de México y su economía estén funcionando perfectamente. Igual que Brasil, el país se vio afectado por el derrumbe de los precios de las materias primas: en México, es el petróleo; en Brasil, es todo, desde la soja hasta el mineral de hierro. Pero el mercado de valores de México está menos atado a los productos básicos que el de Brasil, y además, la desaceleración económica no ha sido tan pronunciada.

El Producto Interno Bruto de Brasil se ha contraído un 2.6 por ciento en el segundo trimestre, parte de una caída que, según predicen los economistas, marcará la recesión más abrupta en 25 años. El real se ha desplomado un 29 por ciento este año, teniendo el peor desempeño frente al dólar entre las grandes monedas. Las caídas se vieron pronunciadas también por un escándalo de corrupción que se inició hace 18 meses en la compañía petrolera estatal, Petrobras, y ahora impulsa las peticiones de juicio político para la Presidenta Dilma Rousseff.

Asimismo, hay que añadir que la principal economía de América Latina está a un paso de convertirse en ‘bono basura’, después de que Moody’s rebajara la calificación de su deuda a ‘Baa3’.

Gregory Lesko, gerente de cartera en Deltec Asset Management, también explica la brecha más angosta señalando las diferencias en la política gubernamental: Rousseff ha venido incrementando el rol del Estado en la economía mientras que su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, ha abierto industrias esenciales como el petróleo a una mayor inversión privada y ha impulsado la competencia en las telecomunicaciones.

“Necesitamos ver un cambio en la política de gobierno antes de ver algún interés amplio en el mercado brasileño”, ha afirmado Lesko en una entrevista desde Nueva York.

Como ya hemos apuntado, la capitalización de mercado de Brasil se ha desplomado un 34 por ciento este año, hasta los 531 mil millones de dólares, en tanto que la de México ha cedido un 11 por ciento, hasta los 397 mil millones. Esto ha dejado la capitalización bursátil brasileña en 1.3 veces la de México, por debajo de las 3.8 veces registrada en mayo de 2011.

Desde ese momento, el real perdió más de la mitad de su valor mientras que el Ibovespa se desplomó un 28 por ciento en moneda local. En ese mismo lapso, el peso mexicano se debilitó un 32 por ciento y su índice bursátil de referencia avanzó un 20 por ciento.

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