ENTREVISTA | La literatura cura muchas cosas: Carlos Wynter Melo

03/09/2015 - 12:04 am
Ahora Panamá tiene otros retos y, humildemente, desde mi trinchera, quiero asumir ese desafío y hacer que la literatura panameña se conozca en otros lugares, dice Carlos Wynter Melo. Fotografía: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Ahora Panamá tiene otros retos y, humildemente, desde mi trinchera, quiero asumir ese desafío y hacer que la literatura panameña se conozca en otros lugares, dice Carlos Wynter Melo. Fotografía: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Ciudad de México, 3 de septiembre (SinEmbargo).- El escritor panameño Carlos Wynter Melo, nacido en 1971, visitó la FIL Guadalajara en 2011, presentado entonces como uno de los secretos mejor guardados de la literatura latinoamericana.

Hoy es toda una realidad el continente y presenta su novela Las impuras, para narrar la historia de una mujer que acude todos los días a la estación de autobuses con el propósito de encontrarle algún sentido a su vida. Repentinamente, conoce a una mujer sin memoria que le pide que le reconstruya un pasado.

Así, los recuerdos llenan el mundo personal y dan testimonio de todo lo que se ha vivido. Por eso, cuando la memoria falla hasta el punto de quedar como una página en blanco, es en la palabra de los otros -no importa si estos resultan desconocidos-, donde puede recuperarse mucho de lo que se ha perdido.

Las impuras no relata sólo el drama de un ser humano, sino que también se vuelve un trampolín narrativo para un autor que busca siempre hablar de la historia contemporánea de Panamá.

La invasión de los Estados Unidos, la represión para acabar con la resistencia y los muertos que marcan de manera indeleble las vidas de los panameños, se dibujan con mano maestra en unas páginas evocadoras que exhortan a la reflexión.

“Aquello que se alejó son los detalles de quién eres. Tu nombre. Dónde vives. Tus amigos cercanos. Tu padre y tu madre. La persona con quien te acuestas y los espacios seguros de tus rutinas. No dejas de ser tú, pero ya no reconoces lo que te rodea”, dice la protagonista.

Carlos Wynter Melo cursó estudios literarios en Guadalajara, Jalisco, donde vivió durante siete años. Obtuvo el Premio Nacional de Cuento José María Sánchez, en 1998, y el tercer lugar en el Nacional de Cuento Ignacio Valdés (2005).

En 2007 fue elegido como uno de los 39 escritores jóvenes más importantes de América Latina. Fue editor de la revista Letras de Fuego. En 2013 publicó su primera novela Nostalgia de escuchar tu risa loca.

Las impuras es una novela sobre la escritura, eso de escribir sin saber por qué uno lo hace…

–Es una metaficción, una reflexión que tuve antes de comenzar a contar la historia. Todas estas experiencias que conservaba en mi memoria, también cierta información sobre las espías de Noriega, que eran jóvenes y novias de los soldados. A esa reflexión traté de darle un recipiente que la contuviera. Me funcionó bien la metaficción. Es un ejercicio metaficcional que tiene que ver con escribirse los unos a los otros. Como autor le doy ese peso a escribir, como un modo poderoso de reflexionar. Rosa Montero decía que la escritura viene de los sueños y los sueños son el inconsciente. Al escribir, suben al nivel de la conciencia los recuerdos, para poder curarse.

–¿Para ti un escritor debe cumplir una labor social?

–No creo que la literatura obedezca a algún objetivo específico o material, pero sí creo que la literatura tiene consecuencias, tanto del lado de la creación como del lado del que escribe. Uno no queda ileso de la literatura. Julio Cortázar, por ejemplo, se curó una patología mental escribiendo un cuento. El Quijote quita la depresión, la literatura cura muchas cosas. Esos son hechos. Eso no significa que yo diga que voy a cambiar el mundo, pero el mundo cambia al compartir ciertas ficciones y sobre todo si somos honestos al escribir.

El que dice lo que está en su corazón dice lo que está en el corazón de todos. Si dices las cosas con profundidad, te puedes conectar con otras personas e impactar en el otro, en el colectivo, en la gente. No hay que forzar esos cambios, pues de ese modo todo se vuelve panfletario y vacío.

–¿Las impuras es un ayuda memoria para los panameños desmemoriados?

–Creo que para el panameño que esté buscando eso, lo va a encontrar. Para el panameño que no, probablemente no significará nada. No sólo los panameños, sino todas las personas que busquen un ejercicio de reconciliación y memoria, principios  que considero esenciales. Para cualquier persona, el esfuerzo de recordar, de saber, qué eres, cómo eres, es irreemplazable. Es lo único que nos hace seres humanos. Lo demás es un truco momentáneo, que tiene su fecha de nacimiento y su fin. Los griegos decían que para los seres humanos lo más importante es entenderse uno mismo.

–Los nuevos narradores panameños tienen de todos modos cierto peso traducido en la historia reciente del país

–Creo que los nuevos narradores tienen que hacer lo que tienen que hacer, sin pensar en cómo va a ser juzgado. Hay que ser lo suficientemente valiente para seguir su camino sin observar el qué dirán. La literatura es hacer las cosas sin pensar en complacer. Ahora nos ha dado por pensar en general que los autores deben recibir gloria inmediata, pero los escritores que son clásicos hoy, no pensaron en eso. Escribieron porque esa era su pasión, su única ganancia.

Las impuras, una novela sobre la memoria y sobre la escritura. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Las impuras, una novela sobre la memoria y sobre la escritura. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

–¿Qué es Panamá?

–Un país muy joven como República, pero también si uno se va para atrás también es una nación muy antigua. De hecho, fue el primer asentamiento en tierra firme para los españoles conquistadores. Entonces, hay que buscar las raíces de lo que somos en el pasado más antiguo. Me gusta estar en México, que es un país que ha recuperado su pasado, todos esos elementos tan valiosos de la cultura indígena. Hay un componente panameño que tiene que ser muy actual, pero sin olvidar las raíces. Es una nación que creció súbitamente en circunstancias geográficas muy determinantes.

–¿Qué son “las impuras”?

–Personajes impuros desde varios puntos de vista. Son impuras porque son mestizas e impuras porque no siguen los parámetros morales de la época y porque están tristes, no se creen vencedoras. Los personajes al final me ganaron como autor, me dieron o me provocaron un cariño que va más allá de la ficción.

–Arnulfo Arias, que llegó tres veces a la Presidencia de Panamá, es también una figura importante en tu novela

–Fue un personaje muy carismático en la historia política de Panamá, cuyo poder fue diezmado por los Golpes de Estado. Lo veo como un paradigma de enfrentamiento al Dictador Omar Torrijos, quien enarboló –al estilo del argentino Juan Domingo Perón- banderas más sociales  y tal vez –sin saberlo Torrijos-, estandartes vasconcelianos, ese sueño de la patria cósmica latinoamericana. Cuando veo a Torrijos y Arias juntos, me parecen dos figuras tan significativas. Nací en el marco del torrijismo y mis padres se formaron en el marco del proceso revolucionario impulsado por el PRD de Panamá. Buscaba un país más plural, con oportunidades para todos. Torrijos me parece un personaje que ha dejado mucha huella en Panamá, al igual que Arias, que tiene incluso un partido político, que es el que está en el poder en la actualidad.

–¿Hay lo que podríamos llamar una tradición literaria panameña?

–Yo mismo me hago esa pregunta a menudo y llegué a la conclusión de que nuestra literatura del siglo XX, aun con autores entrañables como Pedro Ribera y Joaquín Beleño, fue escrita en defensa propia. Éramos un país ocupado por los estadounidenses y los creadores se cuestionaban cosas como la panameñidad, lo que hizo que nuestra palabra fuera endogámica y careciera de resonancia universal.

–Ya no hay que hablar sólo del Canal de Panamá, lo que fue llamado la “literatura canalera”

–Ahora Panamá tiene otros retos y, humildemente, desde mi trinchera, quiero asumir ese desafío y hacer que la literatura panameña se conozca en otros lugares. El Canal de Panamá tuvo la ventaja de que reunió a la gente alrededor de un tema común y creo que el escritor actual está resolviendo en mi país cuestiones más metafísicas, cosas que tienen que ver más con su identidad personal que con su identidad nacional

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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