Si Peña vive en otro México, no podrá rescatar el de todos: analistas, políticos, activistas

03/09/2015 - 12:04 am

Por Shaila Rosagel, Mayela Sánchez, Sandra Rodríguez, Daniela Barragán, David Martínez y Sergio Rincón

Foto: Luis Barrón, SinEmbargo.
Defensores de derechos humanos, analistas políticos y económicos, y miembros de partidos de oposición criticaron la falta de reconocimiento del Presidente a los grandes problemas nacionales y a la crisis del Estado de Derecho. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo.

Ciudad de México, 3 de septiembre.– Politólogos, activistas y políticos de oposición criticaron el mensaje que ayer emitió el Presidente Enrique Peña Nieto con motivo de su Tercer Informe de Gobierno, al considerar que no reconoce y –por tanto– no establece estrategias para superar la crisis de Estado de Derecho en la que está sumido el país, comenzando por la violencia y la violación constante a los derechos humanos y terminando por la corrupción y la impunidad que priva en todas las instituciones y que encabeza la propia Presidencia de la República.

Ayer, el Jefe del Ejecutivo federal reconoció que su Gobierno vive una crisis de credibilidad y que, por distintos eventos –entre ellos los cuestionamientos por corrupción o conflicto de interés–, hay indignación y molestia social.

“El último año ha sido difícil para México. Nuestro país se vio profundamente lastimado por una serie de casos y sucesos lamentables. Los hechos ocurridos en Iguala o la fuga de un penal de alta seguridad nos recuerdan situaciones de violencia, crimen o debilidad del Estado de Derecho. Señalamientos de conflictos de interés que incluso involucraron al titular del Ejecutivo así como denuncias de corrupción en los órdenes municipal, estatal y federal y en algunos casos en el ámbito privado han generado molestia e indignación en la sociedad mexicana”.

Aunque el Presidente Peña Nieto recurrió nuevamente a la fórmula de un decálogo de objetivos para “Mover a México”, no dijo cómo resolverá los casos de abusos que han indignado a la sociedad mexicana, ni mucho menos si el propio Gobierno federal se someterá a cambios para transparentar los diversos señalamientos de opacidad y conflicto de interés en los que se ha visto envuelto.

También ayer, el American Enterprise Institute for Public Policy Research (AEI) dijo en un estudio que el plan del Presidente mexicano para dar prioridad a una agenda social y económica por encima de los problemas de seguridad nunca fue realista. La delincuencia en todo el país demuestra que su política contra la violencia está fallando, aseguró. Dijo que Peña Nieto desconoce su sistema de justicia y esto no es bueno en un México urgido de una agenda de enormes proporciones para poder alcanzar su pleno potencial económico en este Siglo XXI, con un Estado moderno que pueda proteger a las personas y sus bienes, agregó.

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El poeta y escritor Javier Sicilia Zardain dijo que Peña Nieto olvidó en su decálogo a los 50 mil muertos que van en el país por la inseguridad durante sus tres años de gobierno y la violación de los derechos humanos que acusan al Estado.

“Su silencio los entierra junto con los criminales en las fosas comunes. Sus medidas si no hay paz ni seguridad, ese decálogo se viene abajo, es maquillaje puro, retórica barata”, afirmó el líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.

Sicilia Zardain destacó que el olvido de Peña Nieto de casos como Tlatlaya, Tanhuato y Ayotzinapa significa que en México no hay un gobierno rector de la vida ciudadana y del Estado.

“Los ciudadanos estamos en un estado de indefención. No ha habiado un gramo de justicia, es un Presidente que no hace nada ante la tragedia. Es un hombre que no tiene corazón, es el discurso de un hombre sin corazón y sin inteligencia”, afirmó el luchador social.

El director de Amnistía Internacional en México, Perseo Quiroz, consideró a su vez que el reconocimiento de la violencia “se queda corto” para la situación que vive el país, pues no se trata sólo de la debilidad del Estado de Derecho, sino de una crisis del estado de derecho y de los derechos humanos.

Quiroz vio con preocupación la percepción del Gobierno federal de que el Estado de Derecho se construye sólo a partir de leyes, cuando su esencia recae, más bien, en la implementación y cumplimiento de esas leyes, que garantizan que no haya impunidad en las violaciones a derechos humanos.

Lo anterior en relación a uno de los puntos del decálogo anunciado por el Presidente, que planteó con ambigüedad el “impulso a leyes indispensables para fortalecer el Estado de Derecho”. Otra medida que propuso fue un Acuerdo Nacional para la Justicia Cotidiana.

“El tema aquí son los ‘cómos’”, dijo Quiroz al respecto. Y agregó que no se puede ver el problema de los derechos humanos como un asunto disociado de los demás problemas del país, dado que los temas de desarrollo, Estado de Derecho y derechos humanos están intrínsecamente relacionados.

Sobre la ambigüedad de las propuestas en el decálogo presentado por el Presidente, señaló que refleja que “no hay idea de cómo contrarrestar esta crisis de Estado de Derecho”. Asimismo, dijo, es preocupante que no haya un viraje definitivo de la política pública de seguridad, caracterizada por la confrontación directa y la “mano dura” de los agentes del Estado, y que ha traído como consecuencia un amplio incremento en el número de diversas violaciones a derechos humanos.

“Mientras eso no se cambie, mientras eso no mejore, creo que todas las acciones van a quedarse cortas”, expresó.

DATOS CONTRADICEN EL DISCURSO: ANALISTAS

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El Presidente también presumió en su Tercer Informe de Gobierno el “Pacto por México” firmado en el segundo día de su mandato y que permitió, dijo, “instrumentar el mayor proceso reformador de varias décadas”.

Pero estas medidas, de acuerdo con el fundador de la organización Poder, Benjamin Cokelet, son similares a las aplicadas desde los años 80 y 90, en los gobiernos de Miguel de la Madrid y de Carlos Salinas y que condujeron, explicó, a la privatización de gran parte de la industria mexicana y al “atraso” económico que vive el país.

“En este sexenio se están retomando los pactos de los años ochenta y noventa, y Peña Nieto los introduce como algo nuevo, pero sólo es un esquema de privatización al estilo de 1988”, dice Cokelet, fundador de Poder (siglas en inglés de Organización, Desarrollo, Educación e Investigación).

El también académico de la Universidad de Nueva York (NYU) fue consultado después de que Peña Nieto aludiera a la aprobación de las reformas Constitucionales –en materia laboral, educativa, fiscal, de telecomunicaciones y energética, aprobadas en los dos primeros años del actual sexenio– como solución a los problemas del país.

“Frente al complejo entorno global, México seguirá distinguiéndose por su compromiso inquebrantable con la estabilidad macroeconómica y la disciplina en las finanzas públicas. Vamos a seguir moviendo a México, implementando las reformas transformadoras. Vamos a refrendarle al mundo, que somos un país responsable, en el que se puede confiar, creer y crecer. Vamos a seguir siendo un país atractivo para las inversiones y así poder generar más empleo”, dijo Peña Nieto en su mensaje desde Palacio Nacional.

Para Cokelet, que desde Poder ha analizado el impacto que la “apertura económica” ha tenido en la creación de millonarios y en la desigualdad económica de México, la expectativa ofrecida por Peña Nieto contrasta con los resultados que ha dejado esta receta “privatizadora” en las últimas tres décadas.

“Es la misma receta, y los salarios reales no han aumentado. Era más fácil como trabajador pagar la casa, comprar la despensa y mandar a los hijos en los años 70 en México que en 2015; esto es lo que preocupa, porque si no estás creando una clase media con capacidad adquisitiva, si no conviertes los empleos de manufactura a empleos mejor calificados, estamos creando un México de personas endeudadas”, agregó.

“En México ha habido un retroceso, y no puede negarse que el misma Coneval (Consejo Nacional de la Evaluación de la Política de Desarrollo Social) ha reportado un aumento en términos de pobreza”, dijo.

Desde 2013, Cokelet publicó una investigación sobre la influencia política del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios (CMHN) y advirtió cómo la economía mexicana sigue estando limitada por la exclusión, la informalidad y la inequidad.

“La población mexicana actualmente es de 115 millones, de los cuales aproximadamente 50 millones son trabajadores activos y otros 10 a 15 millones trabajan en los Estados Unidos. De quienes trabajan en México, dos terceras partes trabajan en la economía informal, en la que ni pagan impuestos regularmente ni reciben beneficios del Estado. México tiene cientos de miles de pequeños negocios, de los cuales 90 por ciento tienen menos de cinco empleados. No obstante, hasta 2009, un puñado de hombres de negocios con dinero –48, para ser exactos- y sus familias ejercían influencia sobre aproximadamente 27 por ciento del Producto Interno Bruto”, dice el reporte “Consejo Mexicano de Hombres de Negocios: política de negocios, élites y toma de decisiones en México”.

En entrevista, el también profesor de Administración Pública en la Universidad de Nueva York calificó de “preocupante” el mensaje que Peña Nieto dedicó a cuestionar el “populismo” en México. Esto, explicó Cokelet, porque “si está hablando de derechos humanos, sería muy preocupante que atribuyera el resentimiento de la sociedad ante los abusos que ha habido, como en Ayotzinapa, al ‘populismo”. Con ese mensaje, agrega, Peña Nieto trató de minimizar las preocupaciones de la sociedad.

El investigador José Fernández Santillán, catedrático del Tecnológico de Monterrey campus Ciudad de México y profesor residente de la Universidad de Baltimore, opinó que Enrique Peña Nieto se quedó corto al anunciar un decálogo enfocado en materia económica, donde impera más la parte de los números y la tecnocracia en lugar de la política, lo cual calificó como “peligroso”.

“Los diez puntos que dio son el perfeccionamiento o un ajuste del camino sobre todo de la política económica. Entonces se podría tomar como una señal de apoyo a Luis Videgaray, lo que me parece que es delicado, pues para el segundo periodo del Presidente Peña lo que debe ponerse en el puesto de mando no es la tecnocracia, sino la política. Sobre todo pensando que hoy la gobernabilidad democrática debe ser compartida, debe existir corresponsabilidad, lograr acuerdos que se logran por la vía política”, dijo el investigador.

Con respeto al mensaje, Fernández Santillán explicó que faltaron respuestas y propuestas sobre cómo se resolverá la crisis que el propio Jefe del Ejecutivo federal aceptó. Además, consideró el politólogo, sobraron aplausos a los tecnócratas, y celebró la creación de una Secretaría de Cultura.

Para el doctor Ricardo Espinoza Toledo, investigador del Departamento de Sociología, del a Universidad Autónoma Metropolitana (UAM)-Unidad Iztapalapa, el Presidente Peña Nieto retrató un país que va en una buena dirección y que registra avances significativos y se sustentó en algunas de las reformas estructurales; sin embargo, “los datos oficiales contradicen el discurso”, consideró.

“El propósito del Presidente fue dar una imagen positiva de lo que se está haciendo. Dijo que ha cumplido con los compromisos que fue asumiendo.  Pero yo observo un discurso muy autoelogioso. Y veo que hubo elogio porque la percepción y los datos oficiales contradicen en esencia el discurso presidencial. Este país no tiene  menos pobres, tiene más pobres, esas es la realidad”, comentó el experto.

El doctor de la UAM aseveró que existen asignaturas pendientes en materia educativa, energética, en telecomunicaciones, y eso está relacionado con la falta de responsabilidad del Jefe del Ejecutivo federal al no atender la instrumentación de reformas y dejar el peso sólo al Poder Legislativo.

“Las reformas de gran calado no se pueden traducir inmediatamente en beneficios para la gente, pero el discurso oficial, desde antes de las reformas, como se dice vendió la idea que la pura aprobación de las reformas cambiaría al país y crearía beneficios. Entonces, se aprobaron, y hoy en términos sociales, civiles y económicos el país incluso está peor que antes”.

Respecto al decálogo de Peña, el doctor Espinoza Toledo consideró que, fuera de la propuesta cultural, lo demás son cosas que ya se habían mencionado e incluso ya se han ido trabajando en el Congreso.

“Está recuperando cosas que ya se habían presentado, o que están en curso o que no se concretaron. En ese sentido, el tono del Presidente sigue siendo el ‘ahora sí’, el ‘ahora sí va enserio, no va a quedar sólo en promesas’. Hay demasiado discurso y hay muy poca efectividad en lo que se hace”, refirió Ricardo Espinoza Toledo.

En tanto, el doctor Luis Foncerrada Pascal, director del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), consideró que el descontento social y la desconfianza del sector empresarial se derivan de una ausencia de Estado de Derecho, y hasta de una ausencia de gobierno.

Aunado a esto, agregó, otro factor negativo es que hasta la fecha no hay un diagnóstico claro de lo que debe ser una Reforma Fiscal y una Reforma Económica.

“México no va bien y el descontento es justo. Doce millones de personas desempleadas, ¿qué comen?, ¿qué comen sus familias? Se tiene que modificar la Reforma Fiscal, retomarla. Enfocar los subsidios a los grupos de menores ingresos, reducir el Impuesto Sobre la Renta (ISR) y ser más imaginativos en otros impuestos que pueden incluso sustituir a otros. No es posible que el gasto en infraestructura esté cayendo mes con mes; el asunto es cambiar la estructura del gasto y generar inversión”, comentó.

En cuanto al factor institucional abordó el tema de la Ley Anticorrupción que, considera, no se le ven señales de una buena implementación por la modificación previa de 22 leyes secundarias.

“¿Qué se puede hacer ahora contra la corrupción? Nada, hasta que se terminen las 22 leyes, entonces seguimos igual y es preocupante […] la modificación difícilmente se hará en el siguiente periodo, o en el siguiente, o en el siguiente”, expuso.

FUE UN MONÓLOGO TRIUNFALISTA: OPOSICIÓN

Foto: Luis Barrón, SinEmbargo.
Para políticos de oposición, el discurso del Presidente en su Tercer Informe de Gobierno no fue congruente entre las palabras y los hechos. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo.

“¿Dijiste media verdad? Dirán que mientes dos veces si dices la otra mitad” escribió el poeta español Antonio Machado. Integrantes de la oposición consideraron que el Presidente Enrique Peña Nieto abusó de verdades a medias en el mensaje a la Nación con motivo de su tercer informe de gobierno, el que marca la mitad de su sexenio.

El Senador Francisco Búrquez Valenzuela, del Partido Acción Nacional (PAN), calificó el mensaje de Peña Nieto como “una serie de mentiras a las que ya nos tiene acostumbrado el Gobierno”. Afirmó que el mensaje no es congruente entre los resultados y los hechos.

“El Presidente anunció un presupuesto base cero y se comprometió a apretarse el cinturón, y gastó más de 10 mil 800 millones de pesos en publicidad y la deuda se disparó al grado de que hoy cada mexicano que nace debe 70 mil pesos”, destacó el vicecoordinador de Política Económica de la bancada panista en el Senado.

“Eso sin contar los ajustes a la baja que constantemente se hacen al crecimiento del PIB”, añadió.

El Senador panista criticó además que aunque el Presidente anunció no subir más impuestos en el año 2015 y se comprometió a no imponer la tase del IVA a alimentos y medicinas, “este año impuso IVA a diferentes alimentos sin siquiera pasar por el Congreso”, dijo Búrquez.

“El Presidente también anunció como prioridad la creación de las Zonas Económicas Especiales y se comprometió a enviar una iniciativa”, recordó el legislador, “pero nada de ello está mencionado en el Informe que entregó el Secretario Osorio Chong”.

Por su parte, Ricardo Anaya, presidente nacional del PAN, calificó el discurso de Peña como “un monólogo francamente triunfalista”, que está lejos del pensar de la inmensa mayoría de los mexicanos, que están profundamente inconformes con los pobres y mediocres resultados del Gobierno.

“Mediocres y pobres resultados en economía, en seguridad, en combate a la pobreza y en combate a la corrupción”, dijo el líder panista.

En su mensaje el Presidente Peña habló de avances en materia de seguridad y justicia. La reducción de los índices de homicidios dolosos y secuestros, recalcó los progresos en la implementación del sistema de justicia penal acusatorio.

Anaya reviró que según las cifras oficiales del Sistema Nacional de Seguridad Pública, se registraron 17 mil 598 extorsiones en los primeros años del sexenio de Peña, es decir la extorsión ha aumentado 13 por ciento.

Lo mismo en el caso del secuestro, ya que se han registrado tres mil 848 de la durante la actual administración, los cuales contrastan con los tres mil 638, casos registrados durante los dos últimos años del sexenio del ex Presidente Felipe Calderón.

Para el Senador de izquierda Alejandro Encinas Rodríguez el mensaje de Peña Nieto más que un informe de labores parecía un discurso de campaña de cara al inicio del cuarto año de gobierno.

El legislador destacó diferentes contradicciones en el mensaje presidencial en Palacio Nacional. Expuso que el Presidente Peña dijo que hay un proceso de recuperación del poder adquisitivo de los salarios, justo cuando se incrementan los precios de la canasta básica y cuando el peso ha caído drásticamente frente al dólar.

Encinas recalcó que Peña adelantó que habrá una política de austeridad y por otro lado aumentará el costo de la burocracia del Gobierno con la creación de la nueva Secretaría de Cultura sin deshacer la de la Función Pública, como había anunciado al inicio del sexenio.

En el apartado económico Encinas destacó que Peña dijo que “ha aumentado el empleo cuando todas las cifras indican efectivamente el crecimiento de la informalidad, no necesariamente los empleos formales”.

En materia de seguridad pública, el Senador de izquierda recalcó que el mensaje presidencial informó sobre la reducción en homicidios dolosos, “cuando de diciembre de 2012 a la fecha se han cometido más de 45 mil homicidios en el país”.

Además sugirió que con la advertencia de Peña en contra del populismo sólo demostró que le “sigue quitando el sueño” la figura de Andrés Manuel López Obrador.

Por su parte, el Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (PRD) emitió una declaración conjunta para definir su postura en torno al tercer informe de gobierno, la cual calificaron de decepcionante para los mexicanos.

La bancada liderada por el Senador Miguel Barbosa Huerta criticó que en su mensaje, el Presidente Peña sólo realizó un tímido reconocimiento respecto a los lamentables hechos de Iguala de hace un año o de la fuga de Joaquín Guzmán Loera de hace casi 100 días.

En tanto que no mencionó una sola palabra, de los hechos de corrupción y de impunidad en los cuales se vio envuelta su administración.

En su texto, los senadores perredistas plantearon que el mensaje del Presidente de la República está desligado de la realidad, careció de los temas relevantes y expresa los “mismos temores y fobias” del mandatario.

Destacaron que el Presidente insiste en sus mismas propuestas legislativas que prácticamente han sido desechadas en el Congreso.

“No propone  una sola solución, ni una ruta para superar la difícil situación por la que atraviesa nuestro país.  Se percibe un gobierno ausente y autocomplaciente de su gestión”, advirtió en el texto.

Respecto a la legislación secundaria del Sistema Nacional Anticorrupción, la bancada del PRD sostiene que se trata de la agenda que en el Senado se ha venido discutiendo y trabajando en los meses recientes.

Sobre un Acuerdo Nacional para la Justicia Cotidiana, se trata de un tema vinculado al Estado de Derecho, que sólo tendría verdadera importancia si se pone un alto real a la corrupción y a la impunidad.

Respecto al impulso al desarrollo de las regiones con mayor rezago, para combatir la pobreza y la desigualdad y la Iniciativa de Ley Federal de Zonas Económicas Especiales, indicaron que las propuestas no bastan si no se reorienta de manera fundamental el modelo económico con el objetivo de redistribuir el ingreso.

Los perredistas expusieron que México no está en paz, ni seguro. “La sensación de inseguridad  y de insatisfacción prevalece en la sociedad”, sostuvieron los perredistas en el Senado.

Por su parte, Carlos Navarrete Ruíz, presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática, afirmó que a tres años del Gobierno de Enrique Peña Nieto al frente del país, no ha dado resultados concretos, no es aceptado por las y los mexicanos, es un gobierno desgastado por el descrédito.

“El gobierno está reprobado y tiene que reconocerlo. No reconocerlo es pensar que van bien y que por lo tanto seguir el rumbo por el que van, llevará a buen puerto al país y esto sería una grave equivocación”, destacó en conferencia de prensa.

Navarrete Ruíz reprochó al Gobierno federal que los 5 ejes rectores anunciados en el 2012 no han dado resultados ni en materia económica, ni en seguridad, ni mucho menos en generación de empleos.

“Le decimos al gobierno que reconozca que está pasmado, que es un gobierno con serías incapacidades, con resultados muy por debajo de la expectativas, con poca iniciativa política y es un gobierno que pese a los esfuerzos, se encuentra en una grave situación de conducción del país”, expuso.

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