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Boom: Con Fox había 500 grupos de narcomenudistas en CdMx; con EPN hay 20 mil puntos de venta

03/10/2017 - 4:00 pm

Entre 2010 y 2011, las organizaciones criminales advirtieron que en la calle había mayores ganancias por la venta de drogas. Menguados por la guerra y por los operativos federales, los narcotraficantes dieron los primeros pasos para agregar el consumo a su modelo de negocio de producción y tráfico que por décadas privó.

El narcomenudeo funciona en una red horizontal de células locales menos rígidas y más ágiles que los cárteles tradicionales del narcotráfico, cuya organización era de forma vertical. Sus liderazgos pelean puntos de venta, aunque el producto que distribuyen provenga del mismo mayorista. Aunque trabajen para la misma organización.

Con Vicente Fox había 500 pequeños grupos de narcomenudistas, hoy en la Ciudad de México se tienen reportados 20 mil puntos de venta de droga en las 16 delegaciones. La verticalidad local representa un serio riesgo para la seguridad de los estados porque cada uno va a tener sus propios grupos delictivos locales con el consiguiente difícil control de ellos, y por supuesto, su combate, advierten especialistas.

Por Francisco Cuamea

Sinaloa/Ciudad de México, 3 de octubre (Noroeste/SinEmbargo).– Los últimos días de la guerra del Cártel de Sinaloa contra los Beltrán Leyva y aliados corrían en 2010 y en los caños de la delincuencia organizada surgía una transformación en el negocio ilícito de las drogas.

Entre 2010 y 2011, las organizaciones criminales advirtieron que en la calle había mayores ganancias. Menguados por la guerra y por los operativos federales, los narcotraficantes dieron los primeros pasos para agregar el consumo a su modelo de negocio de producción y tráfico que por décadas privó.

Para el caso de Sinaloa, las detenciones por narcomenudeo aumentaron 4 veces más en sólo 2 años, al pasar de 388 detenidos en 2012, cuando se facultó a los estados a combatir este delito, a mil 647 en 2014.

Aunque después la cifra de detenidos por ese delito se fue en caída libre al descender en un 71 por ciento en 2016.

“Ahora las cosas han cambiado”, dice Daniel, un joven que desde los 15 años ha vendido droga, “pero antes ni el gobierno nos tentaba. Trabajábamos más a gusto”.

Noroeste entrevistó a cuatro fuentes del sector gubernamental especializadas en seguridad pública y también a vendedores de calle. Todos pidieron cuidar su identidad por considerarse en riesgo. Esto fue lo que explicaron.

“(El narcomenudeo) también cambió hace algunos años. El distribuidor de droga, el narcomenudista, el que vendía abajo, en las casitas, él compraba y él vendía, él obtenía una ganancia de esa venta”, explica uno de los especialistas en seguridad pública.

“Desde 2010, 2011, aproximadamente, el que vende en las casitas, el distribuidor directo, pasó a ser empleado, él ya obtiene un ingreso directo como un sueldo de la venta. Me vendes 40 mil pesos y te voy a dar 3 mil, te voy a dar mil 500, o te pongo un sueldo por semana de lo que me vendías, pero tienes que estarme vendiendo”.

El modelo de negocio tradicional respetaba las ganancias del vendedor al menudeo. Por ejemplo, podía comprar un kilo de mariguana al proveedor y quedarse con la utilidad de la venta de las dosis en que las que dividiera el “ladrillo”.

“Pero qué pasa”, describe otro especialista, “se dan cuenta de ese detalle, de que yo te estoy vendiendo a mil pesos el kilo y tú le sacas 7 mil, entonces les estaba yendo muy bien.

“¿Entonces qué hacen hoy? De 2010, de 2011, les ponen un sueldo y (les ordenan) ‘me vas a vender, vas a trabajar para mí, pero por un sueldo’. Ese es uno de los cambios que se dieron.

-Observaron que en la calle había más ganancia que estaban perdiendo…

Así es. Es mucho dinero que se mueve a ese nivel.

Hay otros, como Daniel, que aún pueden vender droga en la calle y quedarse con un porcentaje de la venta. A ellos se les permite por su productividad, es decir, por su alta eficiencia para generar ingresos.

“No te dejan ganar mucho, pero ganas”, explica Daniel. “El caso es que te den opción para que tú, si quieres jalar más, te sigas abriendo. Te dan protección y te mueves libremente”.

Pero su virtud es su condena, porque en algunos casos lo hacen bajo amenaza y presión. Son activos para la industria de la droga, por eso ya no les permiten salir.

Como fue el caso de Daniel, quien quiso dejarlo, pero lo obligaron a volver a base de presión.

“Me llegaron a la llaga y ya me tuve que doblar para poder seguir con ellos y empecé a vender (otra vez)”, lamenta.

LA RED DE CÉLULAS

El narcomenudeo funciona en una red horizontal de células locales menos rígidas y más ágiles que los cárteles tradicionales del narcotráfico, cuya organización era de forma vertical.
Sus liderazgos pelean puntos de venta, aunque el producto que distribuyen provenga del mismo mayorista. Aunque trabajen para la misma organización.

Bernardo Gómez del Campo, maestro en Ciencias Penales y Criminalística con 26 años de antigüedad en la carrera policial mexicana, explica la transformación de las estructuras organizativas de los grupos criminales.

“El narcomenudeo se hizo una estructura horizontal producto de la ruptura de estructuras verticales del narcotráfico. Y actualmente tiende de nueva cuenta a hacerse una estructura vertical, pero local”, describe.

“Es decir, de un trasiego de cuatro rutas para distribución para EU se rompe la verticalidad por la presión gubernamental; la falta de administración de delincuencia, la corrupción y la ineficiencia, genera el consumo local y entonces se ‘changarriza’ el narcotráfico”.

Las células del narcomenudeo se pelean los clientes con pistolas y fusiles. Foto: Cortesía de la Secretaría de Seguridad Pública de Culiacán. Foto: Noroeste.

El narcomenudeo tuvo un periodo de “pax narca”, cada uno tenía su “tiendita” y se “respetaban”.

“Actualmente, las estructuras verticales voltean a ver a los estados, y vuelven a crear una verticalidad ya no nacional sino local, por lo tanto, se tiende a crear y a multiplicar los grupos delictivos”, explica Gómez del Campo. “Con Fox había 500 pequeños grupos de narcomenudistas, hoy en la Ciudad de México se tienen reportados 20 mil puntos de venta de droga en las 16 delegaciones”.

La verticalidad local representa un serio riesgo para la seguridad de los estados porque cada uno va a tener sus propios grupos delictivos locales con el consiguiente difícil control de ellos, y por supuesto, su combate, advierte el especialista.

Actualmente, la estructura criminal del narcotráfico se ha fragmentado en células menos rígidas que los grupos delictivos tradicionales, lo que a su vez ha multiplicado el número de liderazgos.

LA DISTRIBUCIÓN Y ROLES DE TRABAJO

La mariguana que se produce en la sierra o la metanfetamina que se fabrica en laboratorios clandestinos se coloca después con centros de distribución en las ciudades y poblados. De ahí surten a quienes colocan los enervantes en las calles, por medio de una “fuerza de venta”, es decir, un equipo de “puchadores”, vigías y seguridad.

“Los de abajo somos los que mantenemos fuerte a los de arriba”, dice Daniel con cierto dejo de queja.

“Por decirlo, si yo en mi venta vendo una o 2 libras, pero cuántos más habemos. Al final del día cuánto (dinero) no llega a arriba”.

Los vendedores asalariados, como Franco, ven en esa cadena de narcomenudeo una oportunidad para ascender a un mejor ingreso.

-¿Hay oportunidad de ascender?, ¿de ser más chingón?

Sí. A veces, que te suben directo con ellos, o que te cargan monitoreando, así llevándole las pilas o cargadores a los “punteros” (vigías) o haciéndole mandados a ellos.

-¿Eso es más chingón que “tiradero”?

-Sí, porque le pagan más a uno y es más allegado a ellos. A ellos le dan 5 mil (pesos) a la quincena. A los punteros les pagan mil 500 a la semana.

-Y tu patrón, ¿era de los vendedores y también de los punteros? De todos los punteros.

-¿De todo el sector (de cuatro colonias)?

-Sí.

-¿Era joven o viejo?

-Joven. Si acaso 30 (años).

-A los vendedores de mota y crystal se les asigna protección con “patrullitas”, que son personas en automóviles con la tarea de cuidarlos, de acuerdo con las posibilidades económicas del “patrón”.

Cada distribuidor distingue su producto con una marca de ropa deportiva o de diseñador, como Chanel, Prada o Versace, a la vez que le estampa el precio de 50 pesos en pequeñas bolsas con 200 miligramos de crystal, por ejemplo. La mariguana se vende en bolsas de plástico de 5 gramos a 50 pesos o cigarros de un gramo a 10 pesos. Pero principalmente, la marca pirata es para delimitar territorio.

Y cuando un distribuidor siente que otro le invade terreno o un vendedor es “Chapulín”, es decir, que también vende droga de otro, responde con el asesinato.

A partir de entrevistas con “puchadores”, cuatro especialistas gubernamentales en seguridad y con el subsecretario de Seguridad Pública de Sinaloa, Cristóbal Castañeda Camarillo, se pudo determinar el funcionamiento del narcomenudeo.

La venta de droga al por menor inicia en un centro maestro que tiene diferentes puntos de venta, ya sea alguna casa, llamada usualmente “tiendita”, o vendedores colocados en la calle, describe Castañeda Camarillo.

“Es un centro de distribución más grande, tienen una red de distribución bastante amplia. Hay un lugar donde tiene que llegar la droga como tal, ahí la dividen en piececitas, y ya a cada quién le dan sus dosis”, explica.

Uno de los cuatro especialistas consultados, ejemplifica las redes de narcomenudeo como un árbol genealógico en las cuales se distingue un crimen poco organizado.

“Puede haber distribuidores de dos, tres, cuatro, cinco, en la ciudad y de ellos dependen muchos… ponen dos, tres, y de esos dependen otros tres… es una red de distribución”, detalla.

“Muchas veces entre ellos, unos y otros no se conocen, invades el campo de acción de uno, de otro, y hay veces que empiezan los problemas, ahí muchas veces es cuando los homicidios se pueden disparar”.

– ¿Aunque sean del mismo proveedor?

– Así es. Hay veces que no se conocen… muchas veces el homicidio tiene que ver con esto… mucho es por eso, que te metiste en territorio, no estás vendiendo la cantidad que te estoy dando, no estás vendiendo la mía, estás vendiendo la de otros, estás chapulineando (cuando te brincas el mando y te metes en otro territorio, estás vendiendo otro tipo de droga que no te estoy dando a ti, estás agarrándole a otro proveedor), todo eso los lleva a tener problemas ahí en el narcomenudeo, en la venta de menor escala.

Los vendedores de calle suelen desconocer la ubicación del centro de distribución. De acuerdo con otro especialista oficial, quien por seguridad también accedió a la entrevista a cambio del anonimato, esto es una medida de protección en caso de que llegue a ser detenido.

“Se cuidan mucho, al vendedor se la llevan al lugar donde está, para que el vendedor no sepa dónde está (el centro distribuidor), para cuando se le detiene no sepa nada”, dice.

– ¿Cuáles son las zonas más marcadas con venta de droga?

– Yo creo que no sólo en Culiacán, sino en todo el país, son las zonas más marginales. Hay muchos problemas sociales, su entorno no es el más adecuado.

Entonces, la droga es llevada en motocicleta al punto donde se colocan los “tiraderos”. En algunos casos son mochilas principalmente con mariguana y metanfetamina.

“Normalmente, el modus operandi que nosotros hemos notado, por los aseguramientos, es que no todos cargan la misma cantidad de dosis”, dice el subsecretario de Seguridad Pública, Cristóbal Castañeda.

“Casi todos traen más mariguana, y si hay algo, tiran la mariguana, pero la droga sintética se la llevan. La mariguana la traen en mochila y la droga sintética la traen en bolsas”.

Tan solo la SSP de Sinaloa, de enero a agosto de 2017, ha decomisado 12 mil 955 dosis de metanfetamina con valor de un millón 295 mil 500 pesos y 13 mil 676 dosis de mariguana valuadas en 683 mil 800 pesos.

Entre ambos aseguramientos suman un millón 979 mil 300 pesos, el equivalente al 76 por ciento del presupuesto de 2017 asignado a la Comisión Estatal de Prevención, Tratamiento y Control de las Adicciones.

El modo de venta varía. Va desde lugares fijos en la calle, las casas conocidas como “tienditas”, así como en bares y cantinas, hasta la modalidad de entrega a domicilio, la cual tiene la ventaja de trasladar las dosis que la Ley General de Salud permite para uso personal y evitar así cargos por narcomenudeo en caso de ser detenido.

En el caso de la mota se permiten hasta 5 gramos y hasta 200 miligramos de metanfetamina. Las medidas precisas que se venden en la calle.

DÓSIS AL MENUDEO, ALINEADAS CON LEY DE SALUD 

Las dosis promedio del narcomenudeo son las que permite el artículo 479 de la Ley General de Salud para consumo personal. Es decir, su portación está despenalizada.

Tampoco portan armas, con frecuencia, son otras personas quienes les brindan protección.

“Hay otras áreas de esas organizaciones en las que cuentan con seguridad, son las ‘patrullitas’, que son muy camufladas, no se distinguen, son cualquier carro”, explica uno de los especialistas en seguridad pública.

– ¿Culiacán, en cuántos sectores estaría dividido?

– Es muy fluctuante. Ahí es poder, qué tanto poder tiene uno más que otro.

Actualmente, la estructura criminal del narcotráfico se ha fragmentado en células menos rígidas que los grupos delictivos tradicionales, lo que a su vez ha multiplicado el número de liderazgos. Foto: Noroeste.

En cuanto a los homicidios, sí tiene que ver. Ha habido desmembramiento de cárteles, ha habido problemas de que quieren seguir vendiendo en el mismo territorio, y ya desmembrado el cártel con problemas entre ellos, empiezan a tumbar a los que le llaman ellos punteros, halconeo, inclusive en este año se vio hasta a los mismos consumidores, “no le vas a comprar a él, me compras a mí”.

El descontrol violento por la venta “canibalizada” al menudeo explica, en parte, porqué no disminuye el índice de homicidios, porqué a la mitad de 2017 la tasa de asesinatos en México se mantiene en los niveles de los años en que chocaron el Cártel de Sinaloa y el de Los Beltrán Leyva.

En 2010, la tasa de homicidios por cada cien mil habitantes en México fue de 18.10 casos. Luego, al año siguiente, subió a su punto más alto, 19.75 homicidios por cada cien mil habitantes, según la estadística del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Como si fuera un columpio, descendió hasta 12.96 casos en 2014, mismo año en el que la producción, venta y uso de mariguana en Colorado y Washington comenzó a operar legalmente y en el que Oregon, Distrito de Columbia y Alaska legalizaron la hierba.

De ahí en adelante, los homicidios en el país volvieron a tomar una tendencia ascendente, hasta cerrar 2016 con una tasa nacional de 16.80 asesinatos por cada cien mil habitantes. A la par, el consumo de mariguana se duplicó en México, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017.

Este año, 2017, podría cerrar con una tasa de 20.36 homicidios por cada cien mil habitantes, según arroja una proyección anualizada realizada por Noroeste con datos del SESNSP.

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