El cambio climático daña a casi 60 millones en 1,385 municipios, alerta reporte de académicos

03/12/2015 - 12:05 am

El libro II de el Reporte Mexicano de Cambio Climático señala que 46.2 por ciento de la población, que habita en mil 385 municipios, ya enfrenta de alguna u otra manera los efectos de este fenómeno.

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Ciudad de México, 3 de noviembre (SinEmbargo).– Más de la mitad de los municipios de México y el 46.2 por ciento de los mexicanos ya padecen los efectos del cambio climático, alerta el Reporte Mexicano de Cambio Climático, que corresponde al grupo de impactos, vulnerabilidad y adaptación, en el que participaron más de un centenar de académicos de 60 universidades del país.

De acuerdo con el documento, fechado el 20 de noviembre de este año, mil 385 de los dos mil 457 municipios mexicanos son vulnerables a distintos eventos climáticos como inundaciones, deslaves, sequías agrícolas, disminución de rendimientos en la producción de alimentos, disminución de la temperatura, ondas de calor y transmisión de enfermedades.

El reporte agrega que el 46.2 por ciento de los 120 millones de mexicanos se encuentra expuesto a los efectos del cambio climático en las zonas costeras y áreas aledañas; un agravante de la situación es la concentración de población en los centros urbanos y la dispersión y aislamiento de la población rural. Asimismo, la gestión de la costa se centra en 169 municipios bajo la coordinación de 17 estados costeros de México. En la zona costera hay 16 zonas metropolitanas vulnerables entre las que destacan las de Tijuana, Mérida, Mexicali, Tampico, Acapulco, Veracruz, Villahermosa y Cancún.

Entre las zonas que recibirán el mayor impacto, de acuerdo con el documento, están las áreas costeras, las de manglares y las zonas urbanas cercanas a las costas.

LAS COSTAS EN RIESGO

En la zona costera del país viven actualmente 15.9 millones de personas, cuya mayor fuente de ingresos son el turismo, la extracción de hidrocarburos, minerales, la pesca, la acuacultura y la transportación marítima. Por otro lado, cuenta también con una importante biodiversidad que otorga a la población beneficios variados y ambientales.

“Sin embargo, la destrucción de los ecosistemas costeros y la planeación territorial desarticulada han generado una amplia vulnerabilidad de las costas mexicanas ante los diversos efectos del cambio climático (huracanes y tormentas tropicales, aumento del nivel del mar e inundaciones, cambios de salinidad e hipoxia, acidificación del océano, entre otros)”, expone el documento, coordinador por los investigadores Carlos Gay y García y José Clemente Rueda Abad, ambos investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Estos afectan tanto a los ecosistemas costeros, destrucción de los arrecifes coralinos y manglares, reducción de la biodiversidad, expansión de especies invasoras, erosión de las dunas y demás), como a las actividades de las poblaciones locales e inversionistas (disminución del turismo, menor rentabilidad de las pesquerías y de la acuicultura, entre otros)”, detalla.

Considera que el papel de las zonas costeras en el país es primordial, ya que permiten la realización de diversas actividades económicas que aportan la mayor fuente de ingreso al país, entre ellos la extracción de hidrocarburos y minerales, el turismo, la pesca, la acuicultura, y la transportación marítima. Diecisiete de los 32 estados de la República Mexicana cuentan con zona costera, la cual cubre una extensión de alrededor de 1 millón 100 mil km2. Cerca de 156 municipios costeros registran crecimientos anuales de 2.8 por ciento en promedio, en contra del 1.8 por ciento a nivel nacional –según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

En el caso de los manglares, alerta que los huracanes han modificado su estructura en varios sitios alrededor del Golfo de México vía el daño por viento, mareas de tormenta y deposición sedimentaria. Los efectos incluyen cambios en la frecuencia y distribución y abundancia de la densidad de las especies. Los bosques de manglar pueden absorber mucha de la energía de un ciclón promedio, pero los huracanes más severos pueden ser devastadores.

En el caso del mar, el calentamiento propicia el surgimiento y desarrollo de enfermedades emergentes en los corales. “En las últimas décadas, la incidencia de éstas se ha multiplicado en los ecosistemas arrecifes coralinos y su efecto directo e indirecto ha sido severo y como consecuencia de ello, la significativa reducción del tamaño poblacional de las especies clave más importantes. De las aproximadamente 60 especies de corales que colonizan los arrecifes del Gran Caribe, “más del 70 por ciento son afectadas por alguna enfermedad o síndrome”.

Sin embargo, de acuerdo con el documento, las actividades humanas (sobreexplotación de recursos marinos, contaminación, extensión de la mancha urbana, y demás) y la falta de medidas de mitigación de sus efectos han llevado a un deterioro ambiental, a lo cual se suman los efectos del cambio climático, como por ejemplo, la elevación del nivel del mar, el aumento de la frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, las corrientes, entre otros.

Advierte que, a corto plazo, estos fenómenos afectarán a los ecosistemas de manera profunda y durable, lo que hace urgente planear la adaptación al cambio climático en esas zonas, a través de la conservación y restauración de los ecosistemas costeros, así como de una mejor planeación territorial.

El mismo diagnóstico a escala municipal se encuentra en el Programa Especial de Cambio Climático (PECC) 2014-2018, que también identifica mil 358 municipios vulnerables a los efectos del clima.

¿QUÉ ES EL CAMBIO CLIMÁTICO?

Los productores de ganado registran pérdidas económicas a falta de un marco legal que regule el bienestar animal durante el proceso de producción. Foto: Cuartoscuro.
La producción agropecuaria es una de las primeras afectadas por el cambio climático. Foto: Cuartoscuro.

El reporte señala que uno de los problemas que le impiden a México enfrentar el cambio climático es la percepción que se ha generado entre la población, que “tiene que ver con que el hecho de que la información que le llega, en su mayoría, sólo es del sector gubernamental, razón entre otras, para que tenga más peso la información del ámbito científico. No obstante, para convertir en oportunidad este aspecto y para hacer eficaz una participación ciudadana más proactiva que reactiva en los problemas que representa el cambio climático, se requiere construir información veraz para la población, ello es imprescindible para que el ciudadano tenga conciencia sobre el tipo de vulnerabilidad en la que se encuentra expuesto”.

El Quinto Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) estableció que las consecuencias previsibles del aumento de la temperatura en 2 grados centígrados incluirá la probabilidad del “descenso de la productividad laboral, morbilidad (por ejemplo deshidratación, ataque de calor, y agotamiento por calor) y mortalidad a causa de la exposición a olas de calor. Los trabajadores de la agricultura y de la construcción, las personas en situación de calle, los adultos mayores y las mujeres que deben caminar largas horas para obtener agua se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad.” Del mismo modo, el cambio climático exacerbará el estrés hídrico y agravará el problema del acceso al agua saludable para el consumo, lo que a su vez pone en riesgo la seguridad alimentaria: el acceso a la alimentación, su utilización y la estabilidad de precios.

El cambio climático afectará más gravemente las vidas de quienes que ya están en mayor situación de vulnerabilidad y de afectación en el goce de sus derechos humanos, incluyendo las mujeres, los niños y niñas, las comunidades rurales, los adultos mayores y las personas en situación de pobreza. Asimismo, el cambio climático tiene un impacto especial sobre los pueblos indígenas, cuyas tierras, territorios y recursos naturales quedarán bajo riesgo directo. Algunas personas y comunidades se verán forzadas a migrar y aquellos que no tengan las oportunidades para lograrlo pueden resultar atrapados en situaciones de peligro ambiental.

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