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Jorge Zepeda Patterson

04/02/2018 - 12:00 am

El Arca de Noé de AMLO

El cuadro de asociados, colaboradores y nuevos amigos de Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en una arca de Noé inmensa que da abrigo a todo aquél que busca refugio. Sin distinción de especie, pasado o familia política a la que se haya pertenecido, el Peje acoge a todo a lo que van tirando […]

López Obrador está convencido de que perdió la presidencia en 2006 debido a las violaciones que sufrieron miles de casillas que la izquierda fue incapaz de vigilar. No quiere que vuelva sucederle y para ello requiere de un enorme ejército de campo a todo lo largo del territorio nacional. Foto:Cuartoscuro.

El cuadro de asociados, colaboradores y nuevos amigos de Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en una arca de Noé inmensa que da abrigo a todo aquél que busca refugio. Sin distinción de especie, pasado o familia política a la que se haya pertenecido, el Peje acoge a todo a lo que van tirando los otros partidos políticos. Algunas nuevas adquisiciones han levantado revuelo, como la de la panista Gabriela Cuevas quien puso dinero público y exigió el desafuero del tabasqueño hace doce años o Greg Sánchez, el ex alcalde de Cancún que pasó un tiempo en la cárcel acusado de tráfico de inmigrantes y lavado de dinero. Pero Andrés Manuel suma y sigue sumando, no hay pecado que no pueda borrarse gracias al milagro de la conversión.

Más allá del morbo que deja el cruce de algunos tránsfugas célebres y el golpe de imagen que eso provoca, a Morena le interesa todo tipo de alianza porque sabe que va a necesitarlas durante la campaña y el día de la jornada electoral. López Obrador está convencido de que perdió la presidencia en 2006 debido a las violaciones que sufrieron miles de casillas que la izquierda fue incapaz de vigilar. No quiere que vuelva sucederle y para ello requiere de un enorme ejército de campo a todo lo largo del territorio nacional. Este, el despliegue logístico para estar presentes en todos los distritos y casillas, es un tema obsesivo en la mente del candidato.

Se ha dicho que la polémica alianza con el PES, el partido vinculado a organizaciones evangélicas, fue tomada en atención a la enorme ayuda que la red de ministros y congregaciones pueden ofrecer en la vigilancia del voto y el cuidado en el traslado de urnas. Algunos grupos de la comunidad gay, líderes feministas y organizaciones civiles en pro de los llamados nuevos derechos humanos, cuestionaron duramente que el presunto candidato de la izquierda pactara con organizaciones conservadoras, contrarias a las nuevas banderas en materia de género, vida intrafamiliar y derechos de la mujer. Pero AMLO sacrificó imagen por eficacia. La penetración que las distintas corrientes protestantes han logrado en amplios sectores del mundo rural y en los cinturones urbanos, compensa cualquier desdoro o desfiguro ideológico. No hay peor derrota que la que se padece por el abuso.

Morena sabe que aun caerán muchos frutos en su regazo gracias a la sacudida que representa la selección de candidaturas por parte del PRI y del PAN en las regiones. Líderes populares que no logran una posición en la rebatinga de su partido y que súbitamente descubren las virtudes de López Obrador. Al final, es también un tema de números: muy seguramente Morena ganará más distritos que el PRI en las próximas elecciones y tiene mucho menos tiradores en las listas de “suspirantes”. Súbitamente se ha convertido en una opción atractiva para cuadros políticos empeñados en mantenerse en la pasarela a cualquier costo.

Se dice, y con razón, que Ricardo Anaya, el candidato del Frente, acecha el desplome del priista José Antonio Meade para ir pedir el voto útil de los priistas. Entiende que la única manera de ganarle al número uno (AMLO) es sumando la fuerza del número dos y el tres (Anaya y Meade, respectivamente).

Pero Anaya no es el único que está en espera de la desbandada priista, en caso de que, en efecto, la campaña de Meade no levante. También López Obrador ha pensado que un refuerzo procedente del número tres podría ser de harto provecho. En muchas regiones del centro y del sur, Morena está más cerca de los usos y costumbres del PRI de lo que puedan estarlo los cuadros blanquiazules. El propio Andrés Manuel se formó en las estructuras regionales del tricolor. Muchos militantes de base del partido oficial podrían asumir que a falta de un candidato propio competitivo, les queda más cerca el tabasqueño que Anaya, el milenial del PAN.

López Obrador está convencido de que los meses que viene sufrirá golpes de todo tipo en la campaña negativa que habrá de desatarse. Y en previsión del diluvio que viene sigue trepando a todo tipo de fauna en su gran arca esperando que eso le alcance para monitorear y acotar los abusos en las próximas elecciones. Esperemos que en el proceso el arca no se hunda o termine en una rebelión de la granja entre las especies tóxicas que comienzan a convivir bajo su techo.

@jorgezepedap

www.jorgezepeda.net

Jorge Zepeda Patterson
Es periodista y escritor.

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