México, 4 Mar (Notimex).- El Premio Nobel de Química 1995, Mario Molina Pasquel, destacó el posicionamiento de México a nivel internacional en materia de combate al cambio climático, en donde incluso muestra liderazgo con otros países en vías de desarrollo.
Tras dictar la Primera Cátedra Extraordinaria, el designado profesor extraordinario de la UNAM, señaló que México es vulnerable ante este problema mundial, ya que tiene muchas costas, por lo que “nos conviene resolver el problema”, apuntó.
En el evento realizado en la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), abundó que “hay noticias positivas”, ya que México avanza por buen camino y se debe “trabajar duro” en la materia.
En este sentido apuntó que la Reforma Energética enfrenta el cambio climático con visión de largo plazo, en donde se tiene la meta de llegar al 2050 a que el 35 por ciento de la toda la energía sea renovable.
Al respecto, mencionó que en el país existe energía eólica en muchos sitios y a costos muy favorables, aunque es necesario realizar más esfuerzos en materia de energía solar, por lo que se debe comenzar a tomar las medidas tipo ganar-ganar para mejorar la eficiencia y de esta manera mejorar la economía del país.
Aunque advirtió que aún “no podemos adelantarnos a reducir emisiones a un costo significativo para la economía, porque vivimos en un mundo competitivo, para eso nos tenemos que esperar a que haya un acuerdo internacional, pero podemos empezar a prepararnos”, expresó.
Molina Pasquel enfatizó, que esto es importante, ya que si bien resulta muy difícil predecir lo que pasará si continúan las emisiones de los gases de efecto invernadero, sí se pueden calcular probabilidades.
“Es como si estuviéramos en un juego de ruleta, si continuamos como estamos haciendo hoy en día, es como si fuera ruleta rusa, estamos jugando ruleta rusa con el único planeta que tenemos”, alertó.
El Premio Nobel de Química 1995 explicó que esto es así, porque si la temperatura llega a subir entre 5 y 6 grados, “eso sí tendría consecuencias catastróficas”, mismas en las que dijo, no se debe especular cuales serían.
Pero reconoció que si bien la humanidad no desaparecería, sí se transformaría la sociedad y la civilización como la conocemos.
