Ciudad de México, 4 de junio (SinEmbargo).- El único Mundial donde participó Jamaica fue en Francia 98. Los Reggae Boyz sucumbieron en primera ronda regresando a casa vía Gabriel Omar Batistuta. Tres ciclos mundialistas han pasado sin que el equipo del Caribe pueda acceder a la fase final de un torneo mundialista. El pasado 6 de febrero se metieron en el estadio Azteca con el mote de víctimas en el inicio del hexagonal final para Brasil 2014.
Con mucha confianza mezclada con agallas, los dirigentes que acompañaron al equipo de futbol, expresaron abiertamente su pronóstico bravío de poder sacar un buen resultado en el coloso de Sata Úrsula. Fiel a la tradición, la prensa mexicana hizo menos a la confianza jamaicana, concentrando toda publicación en el número de goles que la selección de José Manuel “Chepo” de la Torre anotaría.
En el interno del seleccionado nacional, tampoco hubo la seriedad debida para enfrentar un partido eliminatorio. Sin importar las numerosas respuestas de cajón que demostraban seriedad y compromiso, el partido comenzó con México estrenando un uniforme blanco que determinaría el destino final del cotejo. El enfrentamiento dejó muy mal parado al equipo nacional. Sin ideas claras, y sin el compromiso claro de estar jugando un partido internacional, al igual que el uniforme, el resultado final fue blanco.
Un 0-0 que fue celebrado en el lado visitante. Jamaica mostró ese orden que según nuestros “analistas” de lujo en la prensa nacional, ningún equipo del Caribe tiene porque su idiosincracia no les permite la concentración. Los Reggae Boyz tuvieron las jugadas más peligrosas aquella noche y fue debido a falta de determinación a la hora de definir que al día siguiente no hubo titulares escandalosos contra Chepo de la Torre.
Esa noche de futbol, el Azteca coreó “Oles” al equipo visitante y el nuevo uniforme tuvo la peor campaña publicitaria en la historia. El paupérrimo juego de un grupo de jugadores que representaron al balompié mexicano, provocó análisis de pesadilla mientras todos los comentarios de inferioridad que se habían hecho en torno al equipo visitante había que digerirlos poco a poco.
Cuando todo lo malo parecía haberse acabado con el pitazo final, Francisco “Maza” Rodríguez hizo una señal obscena a un aficionado que le recriminó desde la grada cuando el jugador se dirigía hacia el túnel. El defensa americanista no se percató de la presencia de una camará que transmitió en cadena nacional la grosería y el mal gesto del capitán de la selección mexicana de futbol. El pretexto sin sentido del dedo roto provocó que la cacería hacia el defensa central continuara hasta que el capitán pidió unas forzadas disculpas y todo quedó en el olvido.
El partido frente a Jamaica fue el inicio de un suplicio eliminatorio que ha dejado tres empates consecutivos con sólo un buen lapso de futbol en San Pedro Sula frente a Honduras. De 270 minutos de juego, sólo 70 han sido aprobatorios para la selección mexicana. Un porcentaje bajísimo para un equipo que quiere codearse con la élite de este deporte. México es quinto en el hexagonal final.
Hoy por la noche, el representativo nacional se mete a territorio hostil. La ciudad de Kingston y la selección jamaicana esperan a un México adormecido que quiere despertar pero que no encuentra los goles ni el buen funcionamiento. Ante los mismos fantasmas a los que se enfrentó en el Azteca, el equipo nacional intentará retomar el buen andar que se veía en las escuadras mexicanas y que desde la medalla olímpica, no ha vuelto a aparecer. La tarea es compleja en una semana definitoria rumbo al Mundial: Ganar y recuperar la confianza frente al equipo que se las pudo quitar.
