México

Padres de Anthony están en EU; lo dejaron aquí tras separación; “les sorprende” fuera torturado

04/07/2017 - 11:10 am

El pasado 27 de junio por la noche, Anthony fue encontrado por autoridades desnudo, con cinta canela alrededor del cuello y encadenado por los pies a una banca dentro de una casa ubicada en la colonia Gabriel Hernández, en la delegación Gustavo A. Madero de la Ciudad de México.

Juan Carlos Loaeza y Olivia Castro, de 33 y 32 años de edad, respectivamente, tíos del menor, fueron detenidos es mismo día y días después la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México informó que ya estaban vinculados a proceso.

Medios de comunicación localizaron y entrevistaron a los padres del menor, quienes viven por separado en Estados Unidos.

Ciudad de México, 4 de julio (SinEmbargo).- Los padres de Anthony, el niño de cuatro años que era encadenado y torturado por familiares en la delegación Gustavo A. Madero de la capital mexicana, fueron localizados y entrevistados por medios de comunicación.

Pascual Castro, originario de Guerrero y residente de los Estados Unidos, dijo en una entrevista con el periodista Luis Cárdenas de Noticias MVS que no entendía por qué su hijo se encontraba en esas condiciones, ya que su hermana cuidaba del pequeño.

“Mi intención era que Anthony aprendiera inglés en México para que después lo pudiera meter a la escuela en Estados Unidos”, precisó Castro, quien además de Anthony tiene otro hijo de 3 años que también se encuentra en este país y es cuidado por su abuela.

Al enterarse de la noticia sobre su hijo, Pascual Castro quien se encuentra separado de la madre de Anthony, solicitó la ayuda de autoridades mexicanas, pero fue la labor de políticos de Estados Unidos por lo que “en dos semanas mi hijo estaría en San Diego, de acuerdo a lo que me dijo un congresista”.

Dawn Sanders, de origen estadounidense y madre de Anthony también fue localizada en el país vecino. Vive en San Diego, California, informó Denise Maerker en el Noticiero 10 en Punto.

De acuerdo con la información de Noticieros Televisa, fue un reportero de la cadena Univisión quien busco a Sanders y mostró las fotografías del estado en el que fue encontrado su hijo. La mujer no pudo contener las lágrimas.

“Yo sé que no fui una esposa muy bien, pero una mamá mal no fui, nunca, y lo siento por no ser una esposa bien, mis hijos no deben pagar por eso”, declaró.

El pasado 27 de junio por la noche, Anthony fue encontrado por autoridades de la delegación Gustavo A. Madero y de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ-CdMx) desnudo, con cinta canela alrededor del cuello y encadenado por los pies a una banca dentro de una casa ubicada en la colonia Gabriel Hernández de la CdMx.

Además, el niño presentaba daños severos de desnutrición, golpes en la cabeza y quemaduras de cigarro en la espalda.

Juan Carlos Loaeza y Olivia Castro, de 33 y 32 años de edad, respectivamente, tíos del menor, fueron detenidos ese mismo día y el 30 de junio la PGJ-CdMx informó que ya estaban vinculados a proceso.

Actualmente, Anthony se recupera de los daños físicos y psicológicos y su custodia está a cargo de autoridades de la Ciudad de México.

La Red por los Derechos de la Infancia en México emitió un comunicado en donde lamento la situación en la que se encontraba el menor. “Este caso refleja una de las más graves expresiones de violencia contra la infancia en nuestro país”, señaló.

Además, calificó de “pésimo” el manejo del caso que realizaron las autoridades locales quienes, “sin asumir autocríticamente sus omisiones para permitir que por años el pequeño Anthony viviera en cautiverio en su jurisdicción, ahora se presenten como ’salvadores’ del niño”, así como el uso mediático del caso, por lo que hicieron un llamado “a las autoridades competentes a investigar y sancionar a quienes hicieron públicos los nombres, imágenes y el expediente médico. Así como resguardar la evidencia que de volverse pública pueda vulnerar el derecho a la privacidad y la integridad de la víctima”.

Pidieron a los medios de comunicación “evitar ser parte de la revictimización de niñas, niños y adolescentes víctimas; y a considerar como base de su información el respeto a la privacidad, no publicando sus fotografías, descubriendo otras formas de contextualizar e informar al público sobre estos crímenes”.

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