Las crisis económicas son la principal causa de deterioro de la estabilidad de las dictaduras, según estudio

04/09/2013 - 1:30 am
Foto: Cuartoscuro
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Ciudad de México, 4 de septiembre (SinEmbargo).– En teoría, las diferencias entre una dictadura y la democracia son fáciles de identificar, sin embargo también tienen similitudes, sobre todo en sus periodos de vigencia. Ahora, un estudio muestra que, al igual que las democracias, las dictaduras viven y mueren por la misma razón: la economía.

En el papel, en las dictaduras –a diferencia de los gobiernos democráticos– no hay elecciones que permitan cambiar un dictador por otro. Sin embargo, la sensación dictatorial no es exclusiva de uno u otro régimen. De esta manera, un estudio estadístico sobre 137 países, mostró que las crisis económicas son la principal causa de deterioro de la estabilidad de los regímenes autocráticos.

“Las privaciones económicas son sólo una de las razones por las que la gente se echa a las calles. Hay otras, como la corrupción, un fraude electoral masivo, la derrota en una guerra o las violaciones de derechos humanos. Pero una crisis económica se ha mostrado como el mejor predictor para el cambio de régimen”, dijo Christoph Stefes, experto del Centro de Investigación en Ciencias Sociales (WZB) de Berlín.

Fueron 160 regímenes autoritarios en 137 países durante los últimos 60 años los que se estudiaron estadísticamente por investigadores estadounidenses y alemanes, cuyos resultados preliminares indican que la economía es la clave tanto para el mantenimiento de determinado régimen, así como para su caída cuando las cosas vienen mal dadas.

Los especialistas colocaron en una misma matriz datos de la base política Global Political Regimes y la económica Penn World Tables para buscar una correlación entre la situación económica y social.

Existen ejemplos históricos como la caída de las dictaduras latinoamericanas de los años 70, el colapso del bloque soviético en los 80, la ola democratizadora en el sur de Asia en los 90 y los sucesos que actualmente se viven en la llamada “Primavera Árabe”; todos los cuales se produjeron en un contexto de profunda crisis económica interna o global.

Sin embargo, los datos muestran primero que la caída de una dictadura es algo inusual y no tan común como podría parecer, además de que “raramente resulta en una transición a la democracia”, publicó Contemporary Politics.

Foto: EFE
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Por otra parte, de acuerdo con los datos computados de cada país y los años que permaneció o dura un dictador al frente de una nación, se comprobó que sólo el 5% de las dictaduras falla. De hecho, apenas hay ejemplos de revueltas masivas contra un régimen dictatorial cuando la economía va bien, por lo que aunque aunque la represión pueda parecer el motivo que lleva a la caída de un régimen, la economía es lo más relevante.

No obstante, los investigadores afirman que incluso cuando la economía empieza a ir mal, los dictadores tienen aún sus armas para seguir, aunque la manera más efectiva para perpetuarse no es la represión.

Usando datos del proyecto CIRI Human Rights, se clasificaron a los distintos regímenes en una tabla del 0 al 8, calificando desde la ausencia de represión hasta la más agresiva, capaz de comprometer la seguridad y la vida de las personas.

Así comprobaron que mientras las limitaciones de las libertades políticas, la censura o la represión selectiva sirven para apuntalar el régimen, la represión extrema en forma de torturas o eliminación física de la oposición, predice en buena manera la caída de un régimen dictatorial.

Por otra parte, los especialistas comprobaron que la legitimación de origen o ejercicio, la cooptación y una represión suave funcionan mejor que sacar los tanques a la calle. Por otra parte, si son las tres combinadas, es más efectivo.

Debido a esto, los dictadores o regímenes más inteligentes optan por la cooptación. De esta manera, la integración en el régimen de la mayor representación posible de los distintos sectores sociales es una vacuna contra la movilización. Esto explicaría que el 75% de las dictaduras tengan un parlamento con más de un partido.

Sin embargo, la cooptación funciona mejor en las fases de bonanza económica que durante la crisis. Esto podría deberse a que se necesita tiempo para integrar en el sistema a los que están fuera de él, mientras que la economía no espera.

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