Ciudad de México, 4 de noviembre (SinEmbargo).– Ante la falta de ayuda de las autoridades, un grupo de académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) de Tlapa, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) de Cuajimalpa, la Comisión de Derechos Humanos de la Montaña de Guerrero, Tlachinollan, y del Distrito Federal (CDHDF), se las ingenian para apoyar a las comunidades de la Montaña de Guerrero que resultaron afectadas por las inundaciones y deslaves que provocaron las fuertes lluvias que originaron la tormenta “Manuel” y el huracán “Ingrid”.
El Gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero negó que la región de la Montaña no haya recibido ayuda y apoyo gubernamental después de la contingencia que provocó la tormenta tropical “Manuel”, pero los habitantes insisten en que los gobiernos federal y estatal mantienen en total abandono a las localidades marginadas de la entidad, lo cual ha sido considerado como un acto de discriminación.
El lunes pasado, Aguirre Rivero aceptó que aún hay problema de comunicación en la Montaña Alta de Guerrero, pero que ya se estaba trabajando en ello, además aseguró que no se ha dejado de abastecer víveres, alimentos y ayuda a todas las localidades de la región afectadas e incomunicadas por las lluvias del pasado mes de septiembre.
“Tenemos más de 400 maquinas trabajando solamente para la Montaña, entre la Secretaría de Comuncaciones y Transportes (SCT) y el gobierno del estado estamos haciendo un trabajo intenso por solucionar el problema, nadie ha dicho que ya está resuelta la comunicación en la Montaña Alta, de eso a decir que no se ha llevado apoyos de víveres dista mucho”, dijo.
Sin embargo, en los hechos es distinto. El grupo de voluntarios organizó un sistema para ayudar a la gente de la comunidad. Primero, la CDHDF y el Seminario Sociedad del Conocimiento y Diversidad Cultural de la UNAM realizan el acopio en diversas instituciones educativas públicas y privadas del Distrito Federal, posteriormente uno de los pobladores de Tlapa, de nombre Jesús Romero, traslada los viáticos al municipio guerrerense, en donde alrededor de 500 alumnos que estudian la licenciatura de desarrollo comunitario en la UPN de Tlapa, coordinan, controlan y reparten las despensas a las comunidades afectadas de la Montaña.
El acopio es organizado por los investigadores del Seminario Sociedad del Conocimiento y Diversidad Cultural de la UNAM, quienes han trabajado directamente con las comunidades de la Montaña: “Hemos recibido mucha información de lo que ellos hacen, teníamos el compromiso de regresar un poco de lo que nos habían dado”, dijo la maestra en filosofía de la ciencia de la UNAM, Xenia Rueda, quien ha realizado trabajos de investigación sobre diversidad cultural en la región, además ha dado clase a jóvenes de secundaria en Tlapa.
La CDHDF y el Seminario de la UNAM que coordina el doctor León Olivé Morett, del Instituto de Investigaciones Filosóficas, han enviado cerca de 40 toneladas que incluyen alimento, principalmente granos, maíz, frijol y lenteja; ropa, chamarras usadas en buen estado, cobijas, zapatos; y artículos de higiene. Sin embargo, como muchos pobladores se quedaron sin techo debido a los derrumbes, también demandan lonas, plásticos o casas de campaña.
Xenia Rueda indicó que el camión en el que se trasladan las despensas pertenece al señor Jesús Romero, uno de los pobladores de Tlapa, “su hijo estudia en la UPN de esa ciudad y así fue como lo contactamos. El señor Jesús Romero lleva las despensas a las instalaciones de la universidad y junto con Tlachinollan distribuyen los víveres en la Montaña”.
CONCENTRADOS EN ACAPULCO
La región de la Montaña de Guerrero, una de las más pobres del país, quedó devastada por las fuertes lluvias que provocaron los ciclones en las costas del Océano Pacífico. Ha pasado más de un mes y la crisis humanitaria parece no tener fin, a pesar de que las autoridades estatales y federales han afirmado que se envió ayuda a las 50 comunidades que fueron afectadas por las inundaciones y los deslaves.
El miércoles 21 de octubre, los representantes del Consejo de Comunidades Damnificadas de la Montaña de Guerrero, dieron una conferencia de prensa en la que denunciaron la indiferencia de los tres órdenes de gobierno y señalaron a funcionarios del los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD) que repartieron las despensas de acuerdo a sus intereses políticos y personales.
Como ejemplo citaron al Presidente Municipal de Acatepec, el perredista Juan Paulino Neri, quien decomisó dos mil despensas en un auditorio durante tres semanas, hasta que los damnificados se cansaron de esperar y sacaron el alimento por la fuerza.
Además de la corrupción y el abuso de las autoridades, los habitantes de la Montaña enfrentan el problema de exclusión, ya que el Presidente Enrique Peña Nieto no ha recorrido la zona afectada y la ayuda de diversas organizaciones se centra en la región de Acapulco y Chilpancingo.
“Muchos de los pobladores nos han dicho que se sienten olvidados, la ayuda sólo ha llegado a Chilpancingo y a Acapulco, como si Guerrero fuera sólo esas dos entidades”, comentó Xenia Rueda.
El 26 de septiembre, la titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), Rosario Robles Berlanga, recorrió la ciudad de Tlapa con su equipo y el Gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero; sin embargo, no se adentraron en la Montaña. En uno de los recorridos, el subsecretario de Participación Social y Desarrollo Comunitario de la Sedesol, Javier Guerrero García, dijo a los pobladores que “no estaban solos”.
No obstante, desde el 15 de septiembre las comunidades indígenas me’phaa de la Montaña de Guerrero permanecen incomunicadas porque se colapsaron las carreteras, quedaron bloqueadas por el cascajo producto de inundaciones y deslaves de los cerros. Xenia Rueda dijo a SinEmbargo que los únicos que han podido acceder son los mismos pobladores, muchos de ellos estaban en Tlapa el día en que las lluvias azotaron la región.
En la conferencia de prensa, los representantes de las comunidades pidieron a Enrique Peña Nieto y a Rosario Robles que visiten personalmente el corazón de la Montaña de Guerrero; además denunciaron a las autoridades locales por afirmar que no hay daños en la zona por las lluvias que ocasionó el huracán “Raymond”, cuando ni siquiera han podido acceder al lugar.
LOS HABITANTES COLABORAN
Tlachinollan informó en un comunicado que varios grupos de pobladores ya se han desplazado hacia las ciudades debido a la crisis alimenticia, de salud y vivienda, pues las autoridades no han solucionado sus problemas y los derrumbes continúan a causa de los remanentes de los fenómenos meteorológicos.
Algunos de los damnificados que no están en albergues o no se desplazaron, duermen en campamentos a la intemperie. No hay médicos ni recursos para atender las enfermedades.
“Manuel” arrasó con todo, con las poblaciones y los campos, el alimento básico de los habitantes de las comunidades afectadas en la región es el maíz, cuyo precio aumentó por la escasez: si el costal costaba normalmente 215 pesos, ahora lo venden en 500 pesos.
Xenia comenta que son los mismos pobladores quienes se han organizado para distribuir lo que en el Distrito Federal han recolectado en distintas organizaciones que se sumaron al acopio que organizó el Seminario Sociedad del Conocimiento y Diversidad Cultural; entre las que se encuentran varias facultades de la UNAM, como la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, la FES Aragón, la Facultad de Ingeniería, la Facultad de Química, Universum, la UAM Cuajimalpa, El Club Alemán, el Instituto Asunción de México, entre otras.
El acopio continúa en el Distrito Federal en las instalaciones del Seminario en Cerro del Agua número 120, Colonia Romero de Terreros, en la Delegación Coyoacán; y también en la CDHDF ubicada en Av. Universidad número 1449, colonia Florida, pueblo de Axotla, en la Delegación Álvaro Obregón. Xenia sostiene que se han juntado toneladas de víveres y dinero, el cual se utilizará para proveer a los pobladores de granos de maíz para que puedan mantener sus prácticas alimenticias como están acostumbrados, sin volverlos dependientes a una determinada marca.
“Consultamos con Abel Barrera, director de Tlachinollan, qué hacer con el dinero, y nos recomendó llevar granos de maíz para apoyar a las comunidades para que continúen con su forma de vida. No queremos que se rompan sus tradiciones y se desplacen a las ciudades. Podemos apoyarlos con el dinero recaudado para que puedan satisfacer sus necesidades alimenticias en lo que reconstruyen sus hogares”, concluyó Xenia Rueda.
