El fútbol, un “vehículo para trasmitir valores” a jóvenes refugiados birmanos

05/03/2015 - 2:30 am

Mae Sot (Tailandia), 5 mar (EFE).- Un proyecto con alma española emplea la práctica del fútbol como un “vehículo para trasmitir valores” a jóvenes birmanos en Mae Sot, en el este de Tailandia, morada para miles de refugiados que huyeron de los conflictos en la vecina Birmania.

Los curtidos pies descalzos de algunos niños no son problema para golpear el esférico mientras compiten, junto a compañeros y rivales con las botas calzadas, bajo el tórrido sol que azuza en esta población cercana a la frontera de ambos países.

“PlayOnside (como se denomina la organización) nació al ver la desigualdad que existía en formación, material, cultura futbolística y la posibilidad de desarrollar un deporte en condiciones óptimas. Además, crea un vínculo entre jóvenes tailandeses y birmanos”, señala a Efe Javier Almagro, cofundador y coordinador del proyecto.

Más de 100.000 refugiados birmanos, la mayoría de la etnia Karen, viven desde hace décadas en los campamentos que se asientan en los alrededores de Mae Sot.

“La mayoría de las organizaciones se centran en formación académica, de idiomas y proporcionar salud. No obstante, el deporte y las actividades extraescolares son escasas en la región. Por ello, nuestra idea es ofrecer una actividad física sana, que une a los estudiantes y lima los prejuicios respecto al sexo”, apunta el activista, quien además imparte clases en un colegio local.

Almagro, oriundo de Madrid, subraya la importancia del balompié para desarrollar en los chavales: disciplina, respeto, puntualidad o acatar las reglas.

“Jugar al fútbol es mi afición y además me ayuda a ser mejor y tener más energía cada día”, declara Samikin, integrante de uno de los equipos femeninos, al admitir que el fútbol ha cambiado su vida.

Más de 125 niños y niñas de dos colegios distintos y con edades comprendidas entre los 10 y los 18 años se benefician directamente de este plan.

Las escuelas nos cuentan “la ilusión y ánimos que tienen los niños en los días previos a un torneo o antes de los entrenamientos. El simple hecho de pertenencia a un grupo también es un valor positivo”, apunta el español y seguidor del Atlético de Madrid.

El pasado sábado, PlayOnside organizó la disputa de las finales del torneo de fin de temporada antes de los exámenes del término del curso académico y las vacaciones del periodo estival, un “éxito” que queda patente en la “evolución” de los chiquillos.

Con pequeñas donaciones privadas destinadas de manera integra al proyecto, ayuda de familiares, amigos y de las escuelas, PlayOnside vio la luz en junio de 2013 cuando Javier y su socio Daen Kajeechiwa, quien junto a su mujer donó el dinero de su boda, decidieron organizar un torneo lanzadera, la “Amore Cup”.

“Es un sueño hecho realidad. Trabajar con chavales y educarles a través del fútbol, una de mis grandes pasiones”, afirma Almagro al rememorar los recuerdos de su infancia, “esa tensión antes del partido que quiero trasmitir a los jóvenes y que ellos lo recuerden en el futuro”.

No obstante, la organización también ha tenido que afrontar problemas debido a la “inestabilidad en la zona”, ya que hay niños que viajan a Birmania para no volver o que dejan de acudir porque tienen que ayudar a sus padres “en el cuidado de sus hermanos”, logísticos y de agenda.

Para el futuro, PlayOnside se plantea como objetivo crear una liga local en la que compitan en las misma condiciones tanto equipos tailandeses como birmanos y, así, ayudar “a romper un poco esta barrera (entre ambas comunidades) que todavía existe en Mae Sot”.

El proyecto no descansa y además del trabajo diario ya organiza un campamento de verano, llamado “Esperança football Camp”, que durante tres días a mediados de abril entrenadores profesionales se ejercitarán con los niños, algunos de ellos huérfanos internos en centros educativos de la región.

“El fútbol es un idioma universal”, destaca la organización. EFE

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