ENTREVISTA | “El entusiasmo del Piojo Herrera no basta para pasar a la segunda ronda”, dice Juan Villoro

05/06/2014 - 12:00 am
Juan Villoro y su balón dividido. FOTO: MARÍA JOSÉ MARTÍNEZ /CUARTOSCURO.COM
Juan Villoro y su balón dividido. FOTO: MARÍA JOSÉ MARTÍNEZ /CUARTOSCURO.COM

Ciudad de México, 5 de junio (SinEmbargo).– Siempre es un placer escuchar hablar o leer a Juan Villoro. Se trata de uno de esos escritores cuya lucidez al analizar los diversos temas del mundo deslumbra, aunque no tanto como esa manera de decir y de expresar lo que piensa, muestra de un hombre que ama la palabra y –lo que es mejor- las palabras a él lo aman.

Dicho el piropo, conviene replantearlo: siempre es un gran placer leer o escuchar hablar de futbol a Juan Villoro, autor de la novela El testigo, del libro de cuentos ganador del Premio Xavier Villaurrutia La casa pierde y ahora Balón dividido, donde despunta uno de sus vicios más conocidos, el del balompié.

Los libros mencionados, claro, parte de una obra mucho más numerosa donde siempre cabe el futbol, considerado por muchos el deporte más bello del mundo y que, unido a la literatura, son para el escritor mexicano dos actividades importantes porque contienen la condición humana.

El escritor no olvida fácilmente que Lavolpe no llevó a Cuau al Mundial de Alemania 2206. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo
El escritor no olvida fácilmente que Lavolpe no llevó a Cuau al Mundial de Alemania 2206. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo

Así lo dejó ver en la charla “Cómo leer un partido de futbol”, llevada a cabo la semana pasada en la Biblioteca Vasconcelos, donde entre otras cosas dejó claro que el futbol requiere de palabras, no basta ver los partidos.

“Hay jugadas que en la cancha duran dos segundos y que nosotros podemos convertir en óperas de Wagner de tres horas de duración”, dice el autor de Balón dividido, libro editado por Planeta que reúne retratos y crónicas de las figuras recientes del balompié y sus conexiones con la literatura, la historia y la psicología.

–      Hay una canción del uruguayo Jaime Roos donde se confunden las luces del estadio con la luz del día…podría ser una canción escrita por Juan Carlos Onetti

–      Sí, me dio mucho gusto empezar Balón dividido con un texto sobre Onetti, evocándolo además en uno de sus primeros trabajos que fue el de vender billetes en el Estadio de Montevideo. Es algo que se me hace muy sugerente, porque se trata de un hombre que hizo toda la estética de la derrota y del fracaso, pero que en un momento de su vida vendió ilusiones, las de ver partidos de futbol. Así que la referencia vino bien para asociar futbol y literatura, dos pasiones, en la figura de un escritor como Onetti.

–      La literatura de Onetti es magistral, como bien mencionas en tu nuevo libro

–      Absolutamente. Es un hombre, además, que nunca hizo concesiones hacia lo que podría ser un gran público. A él le encantaba la novela negra, pero jamás pensó en hacer una novela con una trama nítida, claramente comprensible. Su literatura de atmósferas muchas veces agobiantes no me parece complicada, pero sí reclama un lector comprometido, afectivamente dispuesto a sobrellevar la angustia, la soledad, el encierro, los descalabros monumentales de Onetti.

–      Un hombre muy sedentario, además…

–      Sí, que en los últimos años de su vida vivió literalmente tumbado, sin abandonar su gran pasión por el whisky.

–      Tu pasión por el futbol es alcohólica

–      Irremediablemente alcohólica, porque creo que es muy difícil ser aficionado al futbol y no tener un grado de adicción un tanto enferma. Me gusta mucho la palabra italiana “tifoso” porque habla de la enfermedad del futbol; comienzas a organizar tu vida en función de los partidos, piensas todo el tiempo en ellos…

–      Lo que pasa es que esa pasión lleva muchas veces a la violencia, que es algo terrible en el deporte

–      Lo acabamos de ver en el estadio Jalisco, en escenas que son las más tremendas que vi en mi vida, las de los presuntos aficionados a las Chivas o de aficionados a las Chivas, lo mismo da, pateando a policías desarmados. Lo que pasa es que en sociedades descompuestas el futbol es un catalizador de cuestiones no resueltas. No creo que el futbol sea el generador de los conflictos sociales, pero sí es un espacio donde se dirimen.

El futbol para el mexicano es pretexto para la fiesta, opina Juan Villoro. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo
El futbol para el mexicano es pretexto para la fiesta, opina Juan Villoro. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo

–      Balón dividido es un libro filosófico, casi…como si dijeras: – soy el hijo de este. Un homenaje sin duda a Luis Villoro, que acaba de morir

–      Hay filosofía…de alguna manera. Mira, cuando Bruce Chatwin (1940-1989) hace sus crónicas de Australia, de pronto se le ocurre comparar a los aborígenes con Ovidio porque incorpora a sus crónicas sus conocimientos y lecturas. En mi caso, no puedo negar la cruz de mi parroquia, y mi visión sobre el futbol está contaminada con todo lo que he leído, efectivamente con mi padre que fue filósofo…Además, como cuento en el libro, comencé a ver el futbol gracias a él, porque él me llevaba a los estadios.

–      Una pérdida tremenda la de tu padre…

–      Es muy complicado decirlo, porque cuando me preguntan de qué enfermedad murió mi padre tengo que responder que de ninguna. En realidad no estaba enfermo de nada, aunque tenía varios achaques combinados. Se murió de calendario, tenía 91 años y murió en su cama, lo cual constituye una muerte tranquila y buena, siempre y cuando pensemos que una muerte puede ser buena. Tuvo una vida larga, pero desde que murió nos hace mucha falta…

–      También murió Emmanuel Carballo…

–      ¡Un gran conocedor de futbol!, que nació en Guadalajara, donde mejor se ve y se discute el futbol en México. Cuando llegó a la capital se encontró con un ambiente snob e hipócrita en el que los intelectuales no hablaban de futbol y era el momento del Mundial de Inglaterra, el país donde se inventó este deporte. Era 1966 y Emmanuel Carballo escribió un artículo donde se preguntaba cómo podía ser que los intelectuales mexicanos ignoraran el Mundial. O desconocen que el futbol es una de las grandes formas del espectáculo moderno o son hipócritas y snobs y no se atreven a hablar de futbol en público, decía. Las cosas han cambiado afortunadamente mucho desde entonces. Hay menos complejos respecto a la cultura popular y a formas de representación de la realidad que tienen que ver más con energía del pueblo que con una concepción de la alta cultura.

Su nuevo libro sobre futbol es un homenaje a su padre, recientemente fallecido. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo
Su nuevo libro sobre futbol es un homenaje a su padre, recientemente fallecido. Foto: Antonio Cruz, SinEmbargo

–      Tu discurso de la caballerosidad en el futbol, que tanto destacas en Balón dividido, es el argumento de los perdedores

–      Bueno, nosotros no podemos argumentar de otra manera. Lo que hace sugerente a la afición mexicana es que no involucra el resultado en sus emociones. Cuando Martín Caparrós se pregunta en el libro Boquita, por qué hay países que no tienen ninguna posibilidad de trascender en el Mundial y sin embargo se interesan en la contienda, apela a países como México. Sabemos que no triunfaremos, pero no por ello prescindimos de la fiesta. Para el mexicano lo más importante es tener un pretexto para la fiesta. Puede ser la Virgen de Guadalupe, puede ser la Independencia de México o la boda de personas que no conocemos. Una vez congregados, el espectáculo somos nosotros mismos. Estar juntos, pintarnos la cara, ligar, emborracharnos…en fin, todo lo que puede pasar en una fiesta es lo más importante. Nuestro sentido comunitario de reunión lo garantiza el futbol más allá del resultado. Si pensáramos que tenemos que ganar para reunirnos, el futbol mexicano sería un páramo.

–      El tema con México, a diferencia de otros países que viajan sin ninguna posibilidad a un Mundial, es que tiene los elementos como para dar vuelta su historia y vivir un proceso como el de España

–      Hombre, hay datos específicos que así lo indican, como que hayamos sido dos veces campeones mundiales en la categoría Sub17 y tengamos una medalla de oro en los pasados Juegos Olímpicos de Londres. Estos hechos señalan que los jóvenes conforman un futuro muy importante para nuestro futbol. La pregunta es qué sucede cuando estos jóvenes llegan a una estructura corrompida como la Femexfut…

El Piojo Herrera es carismático y motivador, dice. Foto: Cuartoscuro
El Piojo Herrera es carismático y motivador, dice. Foto: Cuartoscuro

–      Hay muchos cracks que no se descubren, que no pueden llegar a la primera división…

–      Ya no pueden seguir jugando en los mismos términos y tienen que pagar por jugar. Esto nos tendría que llevar a recapacitar de qué manera encauzamos este material humano que inutilizamos y no aprovechamos. En los Pumas de la UNAM los jóvenes tienen que dar mordidas de 25 mil pesos para seguir subiendo en las divisiones, esto me lo han contado los propios muchachos que se prueban en el club. Y esto sucede en el equipo de nuestra máxima casa de estudios. Claro que la gestión es independiente y por algo dejó ser la cantera del futbol mexicano. Entonces, si no tienes los 25 mil pesos no vas a llegar nunca. La cantidad de pasos de corrupción que hay en el futbol nacional es enorme.

–      Soy una de las pocas personas que está convencida de que México le puede ganar a Brasil en la primera ronda del Mundial

–      Eso habla de tu generosidad y de tu capacidad para la ficción…

–      Puede ser, pero México ya le ha ganado al primer equipo brasileño

–      Sí, claro. México siempre ha tenido en Brasil a un rival que lo estimula a jugar mejor. Efectivamente, en algunas ocasiones México le ha ganado a Brasil, pero sucede que este partido tiene condiciones distintas. Brasil es el país sede, tiene un entrenador muy bueno (Luis Felipe Scolari), es una selección muy potente y México viene muy mal, con muy poca confianza en sí mismo. El “Piojo” Herrera es muy buen motivador, pero no sé hasta qué punto logrará convencer al equipo. Dependerá el momento psicológico en nuestro segundo partido de lo que pase en el primero contra Camerún. Seguramente será un empate, lo que agregará tensión al partido. Por otra parte, México jamás le ha arruinado la fiesta a un anfitrión.

–      Lo bueno del “Piojo” es que carece de ese “verso” típico de los entrenadores…

–      Bueno, en México, el último con gran verso fue César Luis Menotti, porque el Chepo de la Torre tampoco tenía mucho verso y Lavolpe si tiene algún verso más vale que se lo guarde…

–      Creo que Lavolpe fue el que mejor paró a la selección mexicana en una cancha, aunque él sea una persona tan antipática

–      Sí, la paró bien pero con un defecto enorme: como él es una persona que desprecia totalmente la creatividad y la singularidad de los futbolistas dejó afuera de la convocatoria al mejor jugador mexicano de la época, Cuauhtémoc Blanco. Era el único que podría haber metido un gol equivalente al de Maxi Rodríguez en Alemania 2006. El resultado fue esa derrota. Como los argentinos son muy auto-referentes y sólo les importa lo que pasa en relación con Argentina, pensaron que Lavolpe era un buen técnico por ese partido, aunque para nosotros es un fracaso por donde se lo mire. Por otro lado, es un entrenador tiránico, una persona muy poco interesante.

–      ¿Y qué piensas del Piojo Herrera?

–      Me parece una persona muy carismática que genera mucha confianza en sus jugadores. Lo conocí en una concentración del Atlante cuando él era futbolista, en un vuelo del equipo y me pareció una persona extraordinariamente simpática que se relacionaba extraordinariamente con todo el grupo. Se pasó todo el vuelo parado en el pasillo, haciendo bromas a sus compañeros, y todo eso creo que lo ha trasladado a la dirección técnica. No sé hasta qué punto lo podemos considerar un estratega taimado, muy seguro, que tiene un arma secreta para el torneo. Ciertamente ha sido un motivador en un momento en que la selección mexicana estaba desinflada, pero la verdad es que el entusiasmo no basta para pasar a la siguiente ronda.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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