El presidente ruso, Vladímir Putin, acusó ayer a Kiev de incumplir al menos cuatro puntos de los Acuerdos de Minsk para el arreglo del conflicto en el este de Ucrania, incluida la convocatoria de las elecciones locales sin consultarlo con los rebeldes.

El documento firmado en febrero en la capital bielorrusa señala que todos los asuntos relativos a los comicios locales deben acordarse en el marco del grupo de contacto tripartito integrado por representantes del Gobierno de Kiev, los separatistas prorrusos y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).

Kiev, sin embargo, considera que los actuales líderes de Donetsk y Lugansk no tienen legitimidad para representar a los territorios que controlan y exige que los comicios locales se celebren en esas zonas de acuerdo a las leyes ucranianas.

En respuesta a las autoridades ucranianas, y con el pretexto de cumplir los acuerdos de Minsk, los sublevados convocaron sus propias elecciones locales, que se celebrarán el 18 de octubre en los territorios prorrusos de la región de Donetsk y el 1 de noviembre en Lugansk.

“Nunca reconoceremos esas elecciones. Las elecciones en el Donbass (zona geográfica que integra las dos regiones rebeldes) no pueden celebrarse fuera de la legislación ucraniana”, dijo esta semana el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Pavló Klimkin.

El presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, ha advertido de que las elecciones locales convocadas por los separatistas serán una violación de los acuerdos de Minsk y tendrán unas consecuencias nefastas para el proceso de paz.

Pese al enésimo “alto el fuego total” declarado en la zona del conflicto el pasado martes con motivo del inicio del curso escolar, el mando militar ucraniano y los rebeldes se acusaron hoy de violar ese cese de hostilidades tras varios días de calma.

Según los últimos datos de la ONU, cerca de 7.000 personas, entre civiles y combatientes, han muerto en el este de Ucrania en dieciséis meses de conflicto.