El gobierno federal intenta contener el fuego en Michoacán… y se le enciende otro, ahora en Tamaulipas

05/11/2013 - 12:03 am
Michoacán vive una crisis de violencia, el gobierno federal toma cartas en el asunto. Foto Cuartoscuro
Michoacán vive una crisis de violencia, el gobierno federal toma cartas en el asunto. Foto Cuartoscuro

Ciudad de México, 5 de noviembre (SinEmbargo).– La paz no llega al estado mexicano de Michoacán; el gobierno federal lanzó una estrategia para tratar de contener la violencia luego de dos semanas de combates armados y amenazas del crimen organizado, incluso contra el Obispo de Apatzingán. Y justo cuando buscaba apagar un fuego allá, otro se ha encendido: la inseguridad tomó las calles de Matamoros, Tamaulipas.

Ayer, mientras el gobierno de la República puso en operación diversas acciones encabezadas por las secretarías de Marina, Defensa Nacional, a la Policía Federal y a la Procuraduría General de la República (PGR) para fortalecer el estado de derecho y la legalidad de las actividades comerciales en Lázaro Cárdenas, Michoacán, con la finalidad de restablecer  las condiciones de paz, legalidad y seguridad de aquel estado, el estado fronterizo se convirtió en foco rojo.

Tras un fin de semana con enfrentamientos en Matamoros que dejaron al menos 13 muertos, la Alcaldesa Leticia Salazar Vázquez pidió ayer a la población no salir de sus hogares ante la posibilidad de más choques entre presuntos narcotraficantes. Salazar Vázquez informó en un programa radiofónico que grupos armados estaban entrando a la ciudad por la carretera Reynosa–Matamoros a bordo de vehículos.

Autoridades reportaron tres enfrentamientos en la ciudad el domingo pasado. Por medio de un comunicado dieron a conocer que en el primer choque fallecieron cuatro hombres y una mujer; en el segundo cuatro agresores resultaron sin vida y en el último otros cuatro presuntos delincuentes murieron en el interior del vehículo en el que se desplazaban.

De acuerdo con declaraciones del Procurador Jesús Murillo Karam –hechas la semana pasada–,  Michoacán estaba bajo control y el brote de violencia se debió a que el gobierno federal actuaba para frenar la violencia. Sin embargo la paz no parece llegar para los habitantes de las regiones más afectadas por el crimen organizado.

El sábado pasado, tras la semana violenta que se vivió en la entidad y que dejó cerca de 33 fallecidos, un nuevo enfrentamiento, que dejó como saldo un civil muerto y dos heridos, en la carretera Los Reyes-Tancítaro, puso en alerta a la población.

De acuerdo con un reporte del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), en lo que va del sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto han se han registrado 15 mil 552 homicidios dolosos, mil 326 secuestros y 6 mil 635 casos de extorsión.

Pero, según cifras del Presidente, los homicidios dolosos van a la baja.  El Ejecutivo presumió en este mes que el índice de la violencia en el país había disminuido, según cifras de su administración.

EL LLAMADO A LA PAZ EN MICHOACÁN

“¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio, sin que me escuches, y denunciaré a gritos la violencia que reina, sin que vengas a salvarme?”, publicó el pasado 16 de octubre el Arzobispo de Apatzingán, Michoacán, Miguel Patiño Velázquez, en un llamado a las autoridades para frenar la ola de violencia que azota la entidad.

Desde el pasado domingo, Patiño Velázquez se encuentra resguardado por elementos de la Policía Federal (PF) ante amenazas por parte del crimen organizado.

El obispo de Apatzingán ha denunciado en diversas ocasiones que el crimen organizado ha tomado el mando de la zona de Tierra Caliente y aunque, dice, se trata de comunidades pequeñas y se sabe quiénes son los delincuentes nadie ha hecho nada.

Aunque el Ejército “está cumpliendo en parte” su tarea, no pasa nada: en sólo 10 kilómetros hay 10 retenes en la carretera, pero no pasa nada, no encuentran nada, considera.

“Las autoridades posiblemente saben dónde están los criminales, pues no es asunto de ahora ni es misterioso, afirmó Patiño Velázquez, quien el jueves pasado encabezó una marcha de cerca de cinco mil personas para pedir paz en la región y en todo Michoacán.

El Arzobispo de Apatzingán,pide a las autoridades frenar la violencia en Michoacán. Foto: Cuartoscuro
El Arzobispo de Apatzingán, Patiño Velázquez, pide a las autoridades frenar la violencia en Michoacán. Foto: Cuartoscuro

La semana de pasada, la entidad vivió una jornada de violencia extrema que coincidió con el regreso del Gobernador Fausto Vallejo Figueroa a la entidad, después de seis meses sin estar en el cargo por un trasplante de hígado.

Tras los ataques que se registraron en instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y, en Apatzingán contra guardias comunitarias, Vallejo Figueroa dijo que se trataba de “actos vandálicos” y desdeñó a la oposición, que pedía una desaparición de poderes.

El Gobernador Fausto Vallejo Figueroa también minimizó el reclamo del Obispo y dijo que Patiño Velázquez no se refiere a las acciones que sí están realizando el Ejército y la Marina.

Ante las criticas por un supuesto Estado fallido en el estado, el Procurador Jesús Murillo Karam afirmó que el brote de violencia en Michoacán se debe “al rescate que se ha hecho de la entidad, en el que se ha había perdido, incluso, el control territorial”.

La jornada de violencia comenzó el pasado en Apatzingán, cuando un grupo de personas pertenecientes a las guardias de varios municipios fueron atacados supuestamente por miembros del crimen organizado.

Al día siguiente, 18 municipios michoacanos resultaron afectados por los ataques del crimen organizado en instalaciones de la CFE. De acuerdo con reportes periodísticos en esa semana fallecieron 32 personas, sin embargo, Fausto Vallejo insistía en que eran 5 muertos por el brote de violencia.

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