Familia judía que huyó del Holocausto gracias a un cuadro de Pissarro, exige a España que se lo regrese

05/12/2016 - 4:55 pm

Una pareja judía había entregado un valioso cuadro a cambio de visas para poder escapar del Holocausto. Años después, los herederos de la pareja iniciaron una “batalla” para recuperar la obra de arte con un museo a cargo del Gobierno español. 

Foto: AP
El cuadro realizado por Camille Pissarro. Foto: AP.

Por Jhon Rogers

Los Ángeles, 5 de diciembre (AP).- En la épica batalla de 16 años por un cuadro de Camille Pissarro que terminó en manos de los nazis hay un aspecto en el que todos están de acuerdo: Cuando Lilly Cassirer y su esposo se escaparon de Alemania antes del holocausto, entregaron la obra a cambio de sus vidas.

La pareja judía cedió el cuadro a cambio de visas que les permitieron viajar a Inglaterra en 1939. En ese momento pusieron en marcha una historia increíble en torno a una obra maestra sobre una escena callejera parisina que Pissarro pintó en 1897.

“Rue St.-Honore, Apres-Midi, Effet de Pluie” estuvo un tiempo en Alemania, después en Estados Unidos. Cambió varias veces de manos y finalmente fue a parar al Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid en 1993.

Desde el 2000, los herederos de Lilly Cassirer han tratado de recuperarlo.

El caso está ahora en manos de un tribunal de apelaciones californiano, en Pasadena, donde el abogado de los herederos, David Boies, aduce que bajo las leyes estatales y tratados internacionales, el cuadro, valuado hoy en más de 30 millones de dólares, pertenece a los bisnietos de Cassirer.

“Este es un asunto extremadamente importante no solo en lo que respecta a tratar de resolver algunas de las injusticias perpetradas durante la persecución de los judíos por parte de los nazis, sino también para establecer principios importantes en relación con lo que sucede hoy en el mundo”, sostuvo Boies.

“Todos los meses vemos informes de saqueos del arte musulmán por parte de (la organización) Estado Islámico, que los vende para recaudar dinero”, manifestó. Si se permite a España conservar el cuadro, sería como decirle al mundo que comprar obras saqueadas no acarrea consecuencias”.

El abogado del museo, Thaddeus J. Stauber, sostiene que este no es un caso sobre arte saqueado, sino un simple caso en torno a derechos de propiedad bien documentados de un cuadro adquirido en buena fe.

Agrega que Cassirer renunció a los derechos de propiedad al aceptar 13 mil dólares del gobierno alemán en 1958 en compensación por la pérdida el cuadro.

“Nadie cuestiona la historia del cuadro. El tribunal examinó toda la evidencia y concluyó que el museo es el dueño legítimo”, manifestó el abogado, aludiendo al fallo del año pasado de un tribunal de primera instancia de Los Angeles.

El Juez de distrito John F. Walter dijo que, bajo la ley española, el cuatro pertenece al museo, pero que cuando Cassirer aceptó el pago de 1958 no sabía que la pintura todavía existía.

Eso equivale a decir que Cassirer nunca cedió sus derechos, según el juez.

Un bisnieto, David Cassirer, dijo que su familia se enteró de la existencia del cuatro en 1999, cuando una amiga lo vio en el catálogo del museo.

“Inmediatamente llamó a mi padre porque conocía la historia del cuadro”, indicó Cassirer, quien vive en San Diego. “Mi padre se asombró mucho, porque pensábamos que ya no quedaban rastros del cuadro”.

Durante el proceso salió a la luz que poco después de que Lilly Cassirer y su marido se fuesen de Alemania, el cuadro, que el suegro de Lilly había comprado al representante de Pissarro, fue vendido a un comprador alemán anónimo.

Posteriormente llegó a Estados Unidos y cambió de manos varias veces hasta que lo adquirió el Barón Hans-Heinrich Thyssen-Bornemisza, uno de los coleccionistas de arte más prominentes del siglo XX, al dueño de una galería de arte neoyorquina Stephen Hahn en 1976.

En 1993 Thyssen-Bornemisza, quien falleció en el 2002, donó ese cuadro y el resto de su colección al gobierno español, que abrió un museo en su nombre.

Foto: museothyssen.org
Fachada del Museo Thyssen. Foto: museothyssen.org

Cuando el museo se negó a entregar el cuadro, la familia de Cassirer acudió a los tribunales.

Boies aduce que el Juez en primera instancia malinterpretó las leyes españolas al emitir su fallo y que, de todos modos, España es signataria de tratados internacionales que procuran devolver el arte robado a sus legítimos dueños.

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