Cambio climático tiene en la mira nuevas alternativas para solucionar la baja producción de café en México

06/02/2014 - 1:30 am
El estado de Chiapas es un caso de estudio de los problemas derivados de la producción de café. Foto: EFE
El estado de Chiapas es un caso de estudio de los problemas derivados de la producción de café. Foto: EFE

Ciudad de México, 6 de febrero (SinEmbargo).– México se encuentra entre los 10 mayores países productores de café del mundo. Sin embargo, en las últimas dos décadas, el clima imprevisible ha supuesto una reducción de la producción de café a la mitad en el estado de Chiapas, de donde proviene el 42 por ciento de todo el café del país.

Es así que la producción de café en el estado sureño sufre las consecuencias de un clima impredecible, plagas y la erosión. Mientras tanto, científicos y agricultores exploran otras variedades de café silvestre para cultivar cosechas más resistentes.

Roberto Fermoso, encargado de gestionar las plantaciones La Victoria y Santa Fe en Motozintla, Chiapas, afirma que la producción de café en el estado ha caído de 138 mil toneladas hace 20 años a 69 mil toneladas en la actualidad. Por otra parte, hace hincapié en la manera en la que el cambio climático ha sido evidente para los habitantes de esta región. “Por ejemplo, el año pasado las lluvias alcanzaron niveles 40 por ciento mayores que las lluvias normales”, dijo, según publicó el servicio de radiodifusión internacional Deutsche Welle.

Sin embargo, cuando muchos pudieran pensar que el aumento de precipitación pluvial resulta benéfico, en el caso del cultivo de este grano es todo lo contrario. El aumento de humedad en la atmósfera equivale a más oxidación del café, lo que lleva al crecimiento del hongo Hemileia vastatrixa, el cual se extendió rápidamente por México y Centroamérica durante 2013.

Uno de los efectos más dañinos de este hongo es que no permite que la planta dé fruto. Por si fuera poco, las torrenciales lluvias lo que hacen es llevarse consigo la tierra rica en minerales de la región.

Otro motivo de preocupación son los insectos, cuya reproducción es propiciada por las largas e impredecibles sequías que han ocasionado que en los últimos años las temperaturas de esta región hayan aumentado entre uno y dos grados centígrados. De esta manera, los agricultores que busquen nuevas tierras en zonas más frescas donde hayan menos insectos, no lo tendrán fácil para establecer nuevas plantaciones en la montaña, ya que las biosferas de Sierra Madre de Chiapas son zonas nacionalmente protegidas.

El cambio climático se convirtió en el principal enemigo para la producción de café en México. Foto: Organización Internacional del Café, DW
El cambio climático se convirtió en el principal enemigo para la producción de café en México. Foto: Organización Internacional del Café, DW

Por todos estos motivos, cambiar los hábitos de consumo se vuelve una necesidad inmediata, sobre todo si se toma en cuenta que la demanda doméstica de esta bebida está alta en la República. A la par, los problemas en el cultivo de esta planta representan también un impedimento para las tres millones de personas que viven de esta actividad, quienes se han visto forzados a emigrar a Estados Unidos e incluso incorporarse al tráfico de drogas.

De esta manera, la búsqueda de nuevas alternativas para satisfacer las necesidades de los consumidores de café se convierte en una prioridad para quienes hacen de esta bebida un negocio millonario.

De acuerdo con Timothy Schilling, de World Coffee Research, ya hay miles de investigadores genéticos estudiando plantaciones de maíz y trigo, pero en todo el mundo solo hay entre 20 y 30 científicos dedicados a la genética del café. “Digamos que ahora mismo hay unas 100 variedades de café decentes en el mundo. (…) La diversidad genética que esto supone se encuentra cerca del 10%, porque sabemos que existen muchas más variedades de café silvestres”, agregó el director ejecutivo de la organización sin fines de lucro, gestionada por la Universidad A&M de Texas y financiada completamente por algunas de las compañías cafeteras más grandes del mundo.

Por su parte, Schilling describe como “decentes” las variedades conseguidas con menores niveles de endogamia. Así mismo, los países productores de café en Asia, África y Sudamérica producen menos de 12 variedades de las 100 que se conocen. Esta docena se importó hace más de un siglo y no se ha cruzado con otras variedades. Mientras tanto, en todo el mundo, el café arábigo comercial carece de la diversidad genética necesaria para ser mínimamente resistente al estrés medioambiental que supone el cambio climático.

Es por esto que ahora los científicos buscan desarrollar genéticamente nuevas variedades a partir de más de mil variedades de café arábigo silvestre que se almacenaron en colecciones de semillas en Costa Rica, Brasil y Kenia, seleccionando cualidades que podrían resistir mejor los efectos del clima extremo.

No obstante, pasarán 15 años antes de que las variedades superiores desarrolladas en laboratorios puedan ser cultivadas. De este modo, en la carrera para adelantarse a los efectos del cambio climático, los científicos de 12 países se aliaron con World Coffee Research también para fomentar la diversidad genética de las 30 variedades principales de café arábigo que ya se encuentran en el mercado.

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