Ciudad de México, 6 de febrero (SinEmbargo).– El miércoles pasado, Gerardo Ruiz Esparza, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), declaró que el presupuesto asignado en 2015 para el Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM) sería de 2 mil 500 millones de pesos y que iría aumentando. “Dos mil 500 [millones] estamos seguros de gastar, si hay necesidad de más, seguro se irá a tener”, dijo, lo que se entendió que se trataba de una reducción del 63 por ciento del presupuesto total del proyecto, estimado en 6 mil 871 millones de pesos.
Un día después, José Desiderio Torres, director de Relaciones Institucionales de la SCT, aclaró que no se trataba de un ajuste, sino que la cantidad mencionada por Ruiz Esparza correspondía a proyectos ejecutivos presentados y que el NAICM no sufrirá de recortes presupuestales.
De acuerdo con la corrección, los 2 mil 500 millones de pesos son la inversión para los proyectos que deben estar listos para iniciar la construcción del aeropuerto.
Jorge Gordillo Arias, director de Análisis Económico de CIBanco, consideró esto como un grave este error, ya que se da dentro del marco del anuncio del recorte presupuestal del pasado viernes, por lo que “activó las alarmas”.
“No es que vaya a haber menos dinero, sino que están seguros de que por lo menos se van a gastar 2 mil 500 millones de pesos que están comprometidos en proyectos listos para ejecutarse. Si se terminan estos 2 mil [500 millones] y van en tiempo con la obra, irán aumentando, ya que tienen un máximo de presupuesto de 6 mil 871 millones de pesos”, explicó el analista y añadió que la máxima obra pública del sexenio de Enrique Peña Nieto parece no tambalearse ni con el recorte presupuestal, ni con la salida de fuertes competidores de las licitaciones.
El pasado 30 de enero, la agencia de noticias Bloomberg informó que el consorcio conformado por la constructora Ingenieros Civiles Asociados (ICA), de Bernardo Quintana, y Grupo Carso, de Carlos Slim Helú, abandonaron sus planes de realizar una oferta conjunta para participar en la construcción del Nuevo Aeropuerto, por culpa del Gobierno mexicano, que busca dar prioridad a contratistas extranjeros.
“Slim se fue más que nada por unas regulaciones que le hicieron al proyecto, parece que había condiciones de favoritismo a empresas y constructoras internacionales; pero la cantidad de desarrollos que se van a construir alrededor del Aeropuerto como hoteles y centros comerciales, ahí definitivamente sí entrará. Quizá hizo la evaluación de lo que más le convenía en los otros proyectos”, comentó Gordillo Arias.
EN 2016 EL RECORTE PODRÍA SER REAL
Tanto para el analista de CIBanco, como para Gabriela Alarcón, directora de Desarrollo Urbano del Instituto Mexicano para la Competitividad AC (IMCO), la perspectiva económica para 2016 es negativa y podría acarrear dificultades para el NAICM.
“Sí es cierto que 2016 se complica por el precio del proyecto y puede no alcanzar a cubrirse, pero el país ya no está con excesos y tiene seguros en sus finanzas públicas”, expuso Gordillo en referencia al recorte presupuestal de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Al respecto, la SCT aseguró que pese al recorte presupuestal se preservarán los proyectos de infraestructura que más beneficien a la economía y a la población del país, así como los que generen más empleos.
El recorte al presupuesto del Gobierno federal es por 124 mil 300 millones de pesos, debido a la caída en los precios internacionales del petróleo; la suspensión indefinida del Tren de Alta Velocidad México-Querétaro y la cancelación del Transpeninsular Yucatán-Quintana Roo, devinieron a esta decisión.
Para Gabriela Alarcón, en 2016 el proyecto se podría retrasar, pero asegura, por el contrario, la viabilidad no se pone en riesgo. “Sin duda habrá una afectación que esperemos que no afecte la calidad del proyecto porque podría encarecerse y eso se traduce en tarifas aéreas más altas y acceso más complicado. Hay muchas incógnitas que hoy no están claras, pero que se tienen que empezar a discutir sobre ellas”, dijo, y añadió que la discusión de los temas es urgente dentro del actual contexto mexicano.
INVERSIONISTAS NO CONFÍAN EN MÉXICO
Gordillo consideró que la decisión del recorte presupuestal se pensó con la intención de recuperar la confianza que perdieron los inversionistas de octubre a la fecha.
“Hay dudas de cómo seguirán los proyectos con tantas dudas en el plano internacional, con riesgo en las proyecciones del precio del petróleo y si seguirán bajando los ingresos petroleros; lo han notado muy fuerte las agencias calificadoras, algunos inversionistas extranjeros, por lo que no aumentar la deuda desordenadamente y no salirse del plan de estabilidad de finanzas públicas, es un mensaje de que se están dando pasos precautorios”, expuso.
Alarcón coincidió en que “los niveles de confianza en las licitaciones es bajísimo, de inversionistas y ciudadanos, y con mucha razón”, y ante este escenario considera que es clave que el proyecto del Aeropuerto salga como se planeó, ya que sentaría un precedente de un caso práctico de que el Gobierno puede hacer bien las cosas.
Precisó que una de las propuestas del IMCO, es el análisis de este tipo de proyectos para evitar que casos como el del Tren de Alta Velocidad México-Querétaro y la Línea 12 no sean una constante en las licitaciones nacionales. “Se deben poner sobre la mesa estos temas antes de que sea demasiado tarde. El tema del Aeropuerto es algo que nadie discute todavía, pero es esencial. Incluso podría ser una oportunidad para atraer recursos privados que pudieran operar en conjunto con el gobierno”, afirmó.
