Mexicano indocumentado deportado cinco veces confiesa asesinato en Estados Unidos

06/07/2015 - 5:05 pm

San Francisco (EU), 6 jul (EFE).- Francisco Sánchez, un inmigrante indocumentado de origen mexicano sospechoso del asesinato de una mujer en el puerto de San Francisco (EU) la pasada semana, confesó hoy ser culpable del suceso, aunque dijo que ocurrió por error.

Sánchez respondió con un lacónico “sí” en una entrevista con la cadena local de televisión KGO, filial de ABC, a la pregunta de si había disparado el pasado miércoles contra la joven de 32 años Kate Steinle, quien murió debido a los impactos de bala.

Visiblemente nervioso y frágil, Sánchez aseguró en la entrevista realizada en la prisión en la que está detenido que comenzó a deambular por el puerto de San Francisco el miércoles tras tomar unas pastillas para dormir que encontró en un basurero.

El inmigrante explicó que tras tomar los somníferos agarró una pistola que había encontrado y disparó tres veces hacia la bahía sin saber que las balas alcanzarían a Steinle, que caminaba por el puerto con su padre.

Sánchez, que fue arrestado una hora más tarde del suceso, explicó durante la entrevista que había viajado a San Francisco para buscar trabajo en la industria hotelera o en la construcción.

El inmigrante, que pidió disculpas por el trágico accidente, aseguró no tener ganas de vivir y afirmó que había viajado a San Francisco porque las leyes migratorias de la ciudad son más benévolas y esperaba no ser deportado nuevamente.

Este caso se presenta en medio de la polémica generada por las declaraciones del aspirante a la Casa Blanca Donald Trump sobre los inmigrantes mexicanos.

El magnate inmobiliario dijo en la presentación de su campaña presidencial que “cuando México envía (a EU) a su gente, no envía a los mejores. Envía a la gente que tiene muchos problemas, que trae drogas, crimen, son violadores”, aunque matizó que supone que “algunos de ellos son buenas personas”.

El sábado, Trump insistió en que su prioridad es la “seguridad” y avisó de que la porosidad de la frontera puede permitir también la entrada de “terroristas” al país.

“Se trata de seguridad. (…) Alguna de la gente que viene es muy violenta, no todos”, señaló, al tiempo que puso como ejemplo, precisamente, el caso de Steinle.

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