Partido de clasificación al Mundial de Brasil paraliza Jordania y al campo de refugiados de Zaatari, la mayoría niños

06/09/2013 - 12:00 am
Niños del campo de refugiados Zaatari Foto: Twitter
Niños del campo de refugiados Zaatari Foto: Twitter

Ciudad de México, 6 de septiembre (SinEmbargo).- En un jardín perfecto, ante los medios de comunicación, Barack Obama se pronunció sobre la posibilidad de una intervención militar estadounidense en Siria. Con millones de personas al pendiente del mensaje, el Presidente norteamericano dejó la decisión en manos del congreso tras dejar claro su preocupación por lo que denominó como “el peor ataque químico del Siglo XXI”. Capaz de dar la orden de la movilización, expresó su deseo de involucrar a las fuerzas políticas y a los mandatarios internacionales para que expresaran su apoyo.

La Guerra Civil que desde hace dos años se vive en Siria, ha provocado la atenta mirada de distintas potencias mundiales así como la de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Bashar al-Asad ostenta el cargo de Presidente sirio desde el 2000 tras la muerte de su padre Hafez al-Asad. La esperanza de un cambio democrático se esfumó en poco tiempo debido a los conflictos internacionales que Siria tuvo con el Líbano, además de la amenaza constante de Estados Unidos para intervenir. En 2011, diversas protestas comenzaron a organizarse tras la primavera árabe que cautivó al mundo un año antes. Por medio de las redes sociales, el reclamo nacional invadió Siria.

Los niños corren entre la polvareda que levantan sus pies. Persiguen una pelota, una lata o algo que les haga imaginar una pelota. Con las playeras desgastadas del Barcelona y el 10 estampado bajo el apellido “Messi” en su espalda, juegan celebrando estar vivos. Sonrientes se entregan al sol pleno del desierto. Zaatari, una región jordana que colinda con la frontera sur de Siria, se ha convertido en la cuarta ciudad más grande de Jordania. Un millón de refugiados sirios que huyeron de la guerra, conviven en una ciudad improvisada con tres kilómetros de distancia.

Dos niños juegan en el campo de refugiados de Zaatari Foto: un.org
Dos niños juegan en el campo de refugiados de Zaatari Foto: un.org

El Reino Hachemita de Jordania es un territorio de Medio Oriente que comparte frontera con Irak, Arabia Saudita y Siria. Un país alejado de conflictos internacionales que hoy sirve de hogar a millones de personas en busca de paz. Mirando de reojo el conflicto, hoy tienen una cita histórica pactada por su pasión. En busca del boleto al repechaje frente al quinto lugar de CONMEBOL, la selección de Jordania se enfrenta  Uzbekistán. El país, atento a lo que acontece diario con sus vecinos, vive apasionado con su equipo de futbol.

En Zaatari se vive la expectación del partido. En medio de improvisados hospitales, tiendas de comercio e incluso escuelas a la que asisten muy pocos niños, la pasión por el deporte más popular del mundo llega como un aire refrescante mientras se añora volver a casa. Una asociación entre el gobierno jordano y la ONU, está al pendiente de las necesidades de los habitantes en la nueva ciudad. Por dos horas, las energías destinadas a sobrevivir, estarán atentas a lo que ocurra en Amman, capital de Jordania. Entre los 3,000 negocios abiertos, habrá alguno que tenga todo preparado.

Uzbekistán es favorito para lograr el pase después de grandes actuaciones en Copa Asia. Sin embargo, la ilusión de un país que se paraliza con la pelota a pesar de no haber ganado nada, mantiene viva la esperanza de los jordanos y de su nueva ciudad adoptada. Mientras los niños corren honrando al mejor jugador del mundo, sueñan con convertirse en arquitectos, doctores o futbolistas. Mientras, Estados Unidos estudia invadir otra vez el Medio Oriente con innumerables críticas internacionales a Barack Obama, premio Nobel de la Paz en 2009. Un partido de futbol oficial, con miras al mundial, da un respiro refugiados que agradecidos alentaran a Jordania.

Selección nacional de Jordania. Foto: Twitter
Selección nacional de Jordania. Foto: Twitter

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