La resistencia de la CNTE en DF quedó casi desmantelada; líderes minimizan el “triunfo político de Mancera”

07/01/2014 - 12:06 am

Por Linaloe R. Flores y Shaila Rosagel

CNTE acordó permanecer en el Monumento a la Revolución y tratar de recuperar el Zócalo de la Ciudad de México. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
CNTE acordó permanecer en el Monumento a la Revolución y tratar de recuperar el Zócalo de la Ciudad de México. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

Ciudad de México, 7 de enero (SinEmbargo).- La fuerza del Gobierno del Distrito Federal se impuso ayer sobre el movimiento magisterial, al desalojar a la mayor parte del campamento de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), instalado desde el viernes 13 de septiembre en el Monumento a la Revolución. Pero los líderes de la Coordinadora dijeron que tal triunfo es “meramente político y sólo una batalla ganada que al final no significará mucho”. El movimiento –sostuvieron- continuará de forma indefinida y hasta que la Ley General de Servicio Profesional Docente –secundaria de la Reforma Educativa- sea abrogada.

En un mitin, cuya explanada fue una camioneta, a las 16:00 horas de ayer, Francisco Bravo, secretario general de la Sección 9 del Distrito Federal, tomó el micrófono para decir que Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, se equivocó con su decisión. “… Piensa que el desalojo va a intimidar a los maestros. Nos mantenemos en el plantón y en la lucha”, dijo.

En la serie de discursos en el mitin, el de Juan José Madrigal, secretario General de la sección 18 de Michoacán, fue el más llamativo. “Vamos a buscar recuperar el Zócalo capitalino. No vamos a permitir que ahoguen la protesta social con represión”, exclamó. Luego informó que el plantón de la Coordinadora permanecería en las inmediaciones del Monumento, aun con la presencia de elementos del cuerpo de granaderos, y pese a todo.

Tal escena era realidad en la noche. Para las 10:00 p.m. el campamento –que llegó a reunir a 50 mil docentes- abarcaba apenas una esquina de la plaza con un grupo que no llegaba a cien, pero los maestros que estaban ahí, decían que esas horas eran de resistencia en un movimiento que se prolongará.

El domingo 5 de enero, el cuerpo de Granaderos de la Secretaría de Seguridad Pública del GDF ingresó a la plaza que alberga al Monumento a la Revolución y desmanteló el campamento. Ayer, la CNTE se erigió en asamblea y la sección 22 convocó a un mitin que concluyó en un nuevo campamento. Ya casi a punto de ir a dormir, en medio de la oscuridad del nuevo plantón, Cuauhtémoc Altamirano, secretario general de la Delegación D-2 de la sección 22 de La Sierra de Oaxaca, relató en entrevista con SinEmbargo que los granaderos ingresaron “en estampida”, como para capturar narcotraficantes. Como lo informó el GDF se llevaron los anafres, la comida y los objetos que los maestros habían logrado reunir en más de diez centros de acopio.

Dijo algo más: “El plantón queda reducido en número. Es representativo y simbólico. Ha quedado el 20 por ciento de los contingentes. La CNTE tiene memoria histórica. Y esta agresión es una más que, lejos de disminuirnos, nos fortalece y nos motiva al análisis y la reflexión. Miguel Ángel Mancera sólo tirunfó en lo político, pero no en lo efectivo”.

CONFLICTO EN EL CORAZÓN DE MÉXICO

Granaderos entraron como si buscaran narcotraficantes, dijo uno de los líderes. Foto: Cuartoscuro
Granaderos entraron como “estampida” como si fueran a capturar narcotraficantes, dijo uno de los líderes. Foto: Cuartoscuro

Pese a que el motivo de esta movilización es la Reforma Educativa –una determinación federal- ha sido el gobierno capitalino de Miguel Ángel Mancera el que ha tenido que darle la cara.

Desde agosto, la CNTE instaló un plantón en el Zócalo y después, tras un desalojo efectuado por elementos de la SSP del GDF, fue replegado al Monumento a la Revolución. Entre agosto y ayer, 6 de enero, sumó poco más de un centenar de marchas; tres de ellas concluyeron con el bloqueo del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Para el jefe del Gobierno del Distrito Federal, el movimiento magisterial se había convertido en una losa. Porque, incluso, las acciones de los maestros generaron otro otro tipo de movilización: la de los comerciantes del Centro Histórico.

En octubre, cientos de empresarios y trabajadores, agrupados en la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño (Canacope) se manifestaron en la glorieta del Ángel de la Independencia para exigirle a Miguel Ángel Mancera la reubicación del plantón de los maestros, así como una indemnización por pérdidas millonarias.

En noviembre, el jefe del gobierno capitalino anunció que el campamento sería compactado tras una negociación. Personal del GDF lanzó chorros de agua en la zona aledaña del Monumento a la Revolución. Pero lejos de irse, el movimiento recibió refuerzos de maestros de Chiapas, que llegaron en motocicleta.

La otra táctica para poner un alto al conflicto fue intentar participar en las mesas de diálogo con los docentes. En esa ocasión, en conferencia de prensa, el jefe del gobierno capitalino se comprometió con los ciudadanos a “liberar la circulación”, interrumpida por el plantón de los maestros. Fue el último intento antes de concluir el 2013.

El domingo 5 de enero los atisbos de negociación se derrumbaron. A las 7:30 de la noche, cientos de granaderos ingresaron a la plaza para desalojar a quienes se encontraban bajo las casas de campaña. Los que estaban eran pocos, apenas integraban una guardia, porque las fiestas de Navidad y Año Nuevo habían logrado hacerlos viajar a sus regiones de origen.

ESTE AMANECER

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Granaderos desmantelaron el campamento de la CNTE en el Monumento a la Revolución el pasado 5 de enero, sólo unos cuantos maestros permanecieron. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

De modo que el campamento, instalado hace 115 días, en este amanecer apenas es un pequeño grupo de casas de campaña y lonas levantadas a mecate. Decenas de maestros y maestras pasaron la noche ahí, rodeados por cientos de granaderos. Como pudieron encendieron fuego para aminorar los cinco grados que se sintieron en la madrugada. Se compartieron el carbón, de casa en casa. No había qué comer. Mientras hacía nudos, el profesor Roberto Soto, de la sección 10 del Distrito Federal, reconoció que el repliegue del campamento significa “un triunfo político” para Jefe del Gobierno Capitalino, pero un periodo de “reflujo” para ellos, los maestros; es decir, un periodo de “revaloración” de la lucha.

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