Ciudad de México, 7 de julio (SinEmbargo).- De acuerdo con un reciente estudio publicado hoy por la revista especializada Neurosurgery, muchas de las decisiones fallidas del Canciller alemán y Führerm, Adolf Hitler, durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, tuvieron relación directa con la enfermedad de Parkinson que sufría.
La enfermedad de Parkinson (PD) es un trastorno neurodegenerativo común caracterizado por la presencia de cuerpos de Lewy y una reducción en el número de neuronas dopaminérgicas en la sustancia negra de los ganglios basales.
Los síntomas comunes de la enfermedad de Parkinson incluyen una reducción en el control de los movimientos voluntarios, rigidez y temblores. Tales síntomas se caracterizan por un grave deterioro de la función motora, sin embargo, hasta el momento, las causas de la enfermedad de Parkinson en muchos casos son desconocidos.
Muchas de las decisiones fallidas de Adolf Hitler tuvieron relación directa con la enfermedad de Parkinson, que pudo influir negativamente en su capacidad para tomar decisiones importantes y que le costó la derrota en la Segunda Guerra Mundial, de acuerdo con el nuevo estudio.
Hacia el final de sus días, Hitler comenzó a manifestar un leve, pero perceptible, temblor en su mano izquierda, hecho que con el tiempo se ha vinculado con la enfermedad de Parkinson.
Además de la incapacidad progresiva en el movimiento, la dolencia también ha sido asociada con alteraciones en la función cognitiva y la expresión de las emociones, señala la reciente investigación.
Ya en en el año 1933 Hitler presentaba indicios de la presencia de Parkinson, y sus efectos fueron en aumento hasta su muerte en 1945. Los autores del trabajo señalan que, la enfermedad pudo influir en el Führer a tomar decisiones impulsivas, violentas y temerarias.
Uno de los errores que habría cometido Hitler por la enfermedad fueron atacar a la Unión Soviética prematuramente a pesar de no tener refuerzos, sin finalizar la guerra contra el Reino Unido y sin considerar lo amplio del territorio soviético.
Además, el estudio detalla otras decisiones erradas, como la negativa a retirar las tropas de Stalingrado sin tomar en cuenta las numerosas bajas en las tropas nazis, o no defender de forma adecuada las playas de Normandía en 1944.
La investigación denominada “La comprensión de la influencia de la enfermedad de Parkinson en la toma de decisiones de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial”, también afirma que el “temperamento volátil” del líder nazi aumentó con la enfermedad, aunque no las vincula directamente con los asesinatos de judíos.
No obstante, el Parkinson habría influido “exagerando” su carácter desprovisto de empatía y remordimiento.
“Del mismo modo su trastorno paranoide marcada por creencias antisemitas intensas influyó en su tratamiento de los judíos y otros pueblos no germánicos. También sugerimos que la condición jugó un papel importante en su decadencia política eventual”, indican los autores del estudio.