Ciudad uruguaya de Fray Bentos festeja que es Patrimonio de la Humanidad

07/07/2015 - 9:02 pm

 

Ciudad Uruguaya. Foto: EFE
Ciudad Uruguaya. Foto: EFE

Por Javier Roibás Veiga

Fray Bentos (Uruguay), 7 jul (EFE).- Música callejera, magos, fuegos artificiales y hasta un espectáculo circense llenaron hoy de color las calles de la localidad uruguaya de Fray Bentos, que festejó la inclusión de su “Paisaje cultural e industrial” en la lista de la Unesco del Patrimonio de la Humanidad.

Este reconocimiento afecta a una extensión de 275 hectáreas dominada por las instalaciones del Frigorífico Anglo, una de las factorías cárnicas más importantes de Suramérica desde finales del siglo XIX hasta su decadencia en los años 1960 y cuyo legado sigue vivo en los rostros y en las voces de los más ancianos del lugar.

Una de esas pequeñas historias que componen el relato colectivo de esta localidad es la que contó a Efe José Osvaldo, un anciano de manos huesudas y cansado por el ajetreo del día que dedicó 42 años de su vida a trabajar, en distintos puestos, en la fábrica.

Risueño a pesar del cansancio, este antiguo empleado del Frigorífico Anglo explicó que acudía “contento” para realizar sus ocho horas diarias de trabajo en la fábrica y, orgulloso de su mérito, aseguró que gracias a ello logró “ahorrar unos pesitos” para poder comprarse una casa.

Para José Osvaldo, al igual que para la mayor parte de los vecinos de Fray Bentos, supone una “alegría” que esta zona haya sido declarada Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco y se mostró contento por poder recorrer las antiguas instalaciones a las que dedicó la mayor parte de su vida y rememorar su juventud.

Otra de esas voces que escriben el relato colectivo de la memoria de Fray Bentos es la de Mariela, una vecina que regenta un pequeño kiosco en una plaza de la ciudad y que es la orgullosa tataranieta del “primer hojalatero” de la factoría, cuando ésta todavía pertenecía a la empresa alemana Liebig.

Esta vecina señaló que no todas las historias ocurridas en la fábrica eran “bonitas” y destacó, entre otras circunstancias, el trabajo infantil, pero señaló la importancia que tuvo para el pueblo debido al impacto económico y cultural que supuso la presencia de la fábrica.

La factoría, que en su momento de máxima actividad empleó a unas 4,000 personas a la vez, comenzó a exportar carne en 1873 con la empresa alemana Liebig, pero en 1924 pasó a manos de la británica Anglo, que motivó su denominación de “Frigorífico Anglo”, y que, tras un periodo de decadencia, fue cerrada definitivamente en 1979.

En este lugar, conocido como “la cocina del mundo”, se encendió la primera bombilla eléctrica en Uruguay, por lo que también lo convierte en uno de los iconos del avance de la revolución industrial en la región del Río de la Plata.

Además, rápidamente se convirtió en una de las principales fábricas cárnicas de Suramérica y sus conservas llegaron a las manos de miles de soldados de las tropas aliadas en el Viejo Continente cuando se libraron tanto la Primera como la Segunda Guerra Mundial.

La de hoy fue una jornada de celebración en esta localidad uruguaya, en la que se organizaron distintas actividades, como un pintoresco desfile al ritmo de tambores por las calles de su casco histórico o un espectáculo de tango, reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y muy arraigado en la región.

Además de los festejos, en la primera parte de la jornada se celebró una presentación ante la prensa y una conferencia de la Comisión Nacional de Uruguay para la Unesco en la cual participaron, entre otros, el expresidente del país, José Mujica (2005-2010), y la ministra de Educación uruguaya, María Julia Muñoz.

El “Paisaje cultural e industrial de Fray Bentos” es el segundo sitio del país incluido en la lista de la Unesco de Patrimonio de la Humanidad, un reconocimiento que ya obtuvo en 1995 el barrio histórico de Colonia del Sacramento, una ciudad ubicada al suroeste del país y que fue colonizada por portugueses y españoles.

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