Dos casos positivos de doping en el país ponen en duda la credibilidad del futbol mexicano

07/08/2013 - 12:00 am
Foto: EFE
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Ciudad de México, 7 de agosto (SinEmbargo).- Inmersos en la decepción provocada por la selección mexicana de futbol en los últimos meses, el Apertura 2013 volvió a reanimar al aficionado con un buen número de goles durante sus primeras cuatro jornadas y algunos partidos para el recuerdo. El futbol mexicano dejaba por un momento de lado al cuadro nacional, gracias al torneo local . Como en una maldición al fiel seguidor, otro factor extra cancha amenaza con terminar el sano momento que se vive.

El lunes pasado, la Federación Mexicana de Futbol (FEMEXFUT) dio a conocer dos casos de doping positivo en la primera jornada del recién nacido torneo. El caso ha reabierto el panorama de dopaje que hace dos años se vivió, previo a la Copa Oro de 2011, cuando cinco miembros de la selección fueron acusados de tener clembuterol en la sangre. Guillermo Ochoa, Francisco “Maza” Rodriguez, Christian Bermudez, Antonio Naelson y Edgar Dueñas fueron separados del plantel.

La Agencia Mundial Antidopaje (WADA por sus siglas en inglés) descartó cualquier tipo de culpabilidad de los futbolistas. El organismo, última instancia que analiza las pruebas requeridas, limpió el nombre de los jugadores mexicanos. La FEMEXFUT celebró el anuncio con una conferencia de prensa donde Decio de María defendió la honorabilidad del balompié mexicano a capa y espada. En esta nueva versión, aun sin dar a conocer los nombres de los implicados, se anunció otra vez la sustancia conocida.

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Ese mismo año, durante el mundial sub-17 celebrado en México, más de 100 pruebas salieron positivas. La WADA determinó que el positivo había sido de manera accidental al considerar la mayoría de la carne que se consume en el país como altamente contaminada. Desde aquella noticia, el pueblo amante de los tacos se enteró que su puesto favorito era una fuente de clembuterol. Sustancia que sirve para tratamientos respiratorios, algo que de manera consciente, daría una ventaja atlética al deportista.

La noticia que en teoría parecería alarmante, despierta ciertas suspicacias por cómo se manejan las cosas desde la Federación. A finales de julio, el ex portero Omar “Gato” Ortiz, dio una entrevista desde la cárcel donde paga una condena por colaborar con una banda de secuestradores. Ortiz declaró tajante lo poco precisos que son los controles antidoping en nuestro futbol. Declarando haber consumido conscientemente  sustancias prohibidas que nunca fueron detectados en el país.

Las declaraciones del ex guardameta cimbraron a los dirigentes de nuestro futbol. Algunos dieron poca importancia al hecho de que alguien con etiqueta de delincuente, saliera a decir cosas de tiempos pasados. Es un  hecho la poca seriedad que durante mucho tiempo le dieron los médicos encargados de aplicar el control que antes de entregarles el frasco para la orina, le pedían la playera al jugador. A dos semanas del bombazo disparado desde prisión, la FEMEXFUT informa sobre un caso de positivo. Una nueva era de seriedad en el dopaje mexicano o un golpe de autoridad necesario tras el incidente del Gato. La poca credibilidad de nuestros dirigentes hacen dudar mientras la afición está a la espera de los nombres de los acusados.

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