Ciudad de México, 7 de noviembre (SinEmbargo).- Después de una experiencia extraordinaria, como unas buenas vacaciones o haber conocido a una celebridad, lo más común en desear compartirlo en redes sociales o platicar con los amigos lo increíble de este hecho, sin embargo, de acuerdo con un nuevo estudio de las universidadades de Harvard y Virginia, este acto puede dejar a las personas con una sensación de exclusión y sintiéndose peor que si hubieran experimentado una situación común.
La investigación publicada en Psychological Science determinó que pocas personas anticipan el costo social que les puede provocar contar sus experiencias inusuales, es decir, la exclusión. Pues mientras que en un grupo las personas suelen disfrutar charlar de situaciones que comparten, cuando alguien cuenta anécdotas sólo vividas por él, los demás en realidad prefieren no escuchar.
“Es una pregunta oportuna, dada la cantidad de personas que están compartiendo y presumiendo de sus experiencias a través de las redes sociales. Esto sugiere que las personas pueden estar volteando sus ojos con todas esas publicaciones sobre vacaciones increíbles.”, dijo Cassie Mogilner, profesora asistente de marketing de la Escuela Wharton de la Universidad de Pensilvania, al New York Times (NYT).
Para llegar a esta conclusión, los investigadores pidieron a 76 personas que calificaran la calidad de varios cortometrajes, entre las que eligieron un filme con alto puntaje como el parámetro de una experiencia extraordinaria, mientras que otra con nivel bajo, se tomó como una ordinaria.
Luego, 68 nuevos participantes vieron alguna de las películas, al término y en grupos de cuatro, en donde uno de ellos vio la de las cinco estrellas y el resto la de baja calidad, charlaron por un rato. Los resultados mostraron que la persona que vio la cinta buena no disfrutó en lo absoluto socializar con sus compañeros.
“Creyeron que serían las estrellas de la interacción, y se mostraron sorprendidos de quedar fuera de la conversación. No entendían porqué todos los demás preferían compadecerse de la mala de la película en vez de oír lo genial que fue la otra”, dijo al NYT el coautor del estudio .
Posteriormente, mediante unos cuestionarios determinaron que pese a su expectativa, aquellos que vieron la película señalada como “experiencia extraordinaria” terminaron sintiéndose peor que el resto.
En la publicación, los expertos concluyeron que cuando se da un encuentro social, el placer no se encuentra en las experiencias únicas, sino en aquellas compartidas, e incluso, compartir las anécdotas sobre vivencias que dieron placer individual puede generar sentimientos de exclusión.
Mientras que algunas situaciones sí pueden hacer el centro de atención a estar personas, en una cena con amigos lo mejor es “pensar dos veces antes de sacar el álbum fotográfico del viaje reciente a París”, dijo el experto.
