Ciudad de México, 8 de ene (SinEmbargo).– Desde fumar un cigarrillo hasta utilizar el automóvil y, por supuesto, las industrias son procesos que producen combustión y, como consecuencia, emisiones contaminantes al medio ambiente. Muchos de estos elementos son veneno puro, pero gracias a factores naturales como el clima o el viento no afectan en gran medida al ser humano. Al menos no en lo inmediato. ¿Esto provoca la precontingencia ambiental? Sí. Todo contribuye para la mala calidad del aire, sobre todo en invierno. México tiene varias ciudades donde la precontingencia es grave: Distrito Federal, Guadalajara, Monterrey, Toluca, Tjuana y Ciudad Juárez ocupan los primeros lugares, por lo que los respectivos gobiernos toman medidas precautorias para aminorar su impacto en la salud de sus habitantes.

Desde el pasado diciembre, en diversas ciudades del país las autoridades del medio ambiente han levantado alertas de precontingencia debido a la mala calidad del aire.

Algunos expertos señalan que es común que en invierno sea más común, pues la temporada se caracteriza por ser seca, lo que provoca un fenómeno natural llamado inversiones térmicas, las cuales contaminan e incrementan los niveles de contaminantes en el aire.

A esto se suma la suspensión del programa Hoy No Circula –en la Ciudad de México– y la quema de madera y juegos pirotécnicos.

Estos contaminantes producen que el aire contenga pequeñas partículas sólidas o líquidas de polvo, cenizas, hollín, metálicas, cemento o polen que están dispersas en la atmósfera.

Para medirlas, el Índice Metropolitano de la Calidad del Aire o IMECA, que se aplica en el Distrito Federal, plantea definiciones y rangos que ayudan a comprender la problemática.

El IMECA sirve para ver los niveles de contaminantes como el ozono (O3), partículas menores a 10 micrómetros (PM10), dióxido de azufre (SO2), dióxido de nitrógeno (NO2) y monóxido de carbono (CO). Según las mediciones se ve la escala en que estos químicos pueden ocasionar molestias al cuerpo humano como: ataques de asma, irritación en vías respiratorias, disminución de la función pulmonar, entre otros.

Según el nivel de los IMECA las autoridades recomiendan qué hacer, por ejemplo:

• Buena calidad de aire (de 0 a 50 IMECAS): Con esta medición se pueden llevar a cabo todas las actividades al aire libre.

• Regular calidad del aire (de 51 a 100 IMECAS): Se pueden llevar actividades al aire libre, aunque pueden presentarse molestias en niños, adultos mayores y personas con problemas respiratorios o cardiovasculares.

• Mala calidad del aire (de 101 a 150 IMECAS): Se deben evitar actividades al aire libre, hay que estar informado si ya bajo o subió más la medida del aire y acudir al médico si existen molestias. Aquí también corren peligro niños, adultos mayores y personas con enfermedades cardiovasculares o respiratorias (aunque con más intensidad).

•  Muy mala calidad del aire (de 151 a 200 IMECAS): Hay que evitar salir de nuestras casas, mantener las ventanas cerradas y por supuesto evitar a toda costa las actividades al aire libre. El cuadro de personas que pueden presentar molestias en su salud deberá acudir de inmediato al médico.

• Extremadamente mala calidad del aire (de 200 IMECAS hacia arriba): No salir de casa, permanecer en lugares cerrados; prestar información al estado del aire en noticieros u otro tipo de medios. Aquí toda la población corre peligro y los efectos hacia la salud pueden ser muy graves; así que si se presenta alguna molestia es muy importante ser atendido de inmediato.7

Actualmente, la Secretaria del Medio Ambiente capitalina por medio de la Comisión Ambiental son los organismos que se encargan de hacer las recomendaciones de acuerdo con la Norma Oficial Mexicana en la calidad del aire. A partir de los resultados que brinde el Sistema de Monitoreo Atmosférico (Simat), son las acciones que emprenderán las autoridades.

Por medio de aparatos instalados en el Laboratorio de Control de la Calidad del Aire, se registran todos los movimientos de la contaminación y su procedencia.

Hace unos días, la Secretaría del Medio Ambiente dio a conocer un plan para predecir el aire durante este año y el próximo.

“Para predecir las precontingencias es una cuestión meteorológica. Se les mostraba el equipo para determinar esas condiciones meteorológicas, y con ese análisis poder predecir cuándo vamos a tener situaciones de precontingencia, a través de un análisis meteorológico”, indicó la dependencia.

El Sistema de Monitoreo Atmosférico (SIMAT) es la red de monitoreo de la calidad de aire más grande y mejor equipada del país, integrada por una red de 41 estaciones de monitoreo ubicadas en el área urbana y el suelo de conservación del DF, su infraestructura permitirá analizar más de 50 especies de hidrocarburos, algunas de ellas con altos índices de toxicidad y alrededor de 20 especies o grupos diferentes para determinar su origen.

El programa pretende alertar a las autoridades, pues según los expertos vienen tiempos violentos para el medio ambiente. Marzo será una época de ozono, y se intentará atender acción que reduzcan la contaminación, como sugerencias para que el GDF fortalezca las leyes contra la quema de combustibles.

Pero no basta que un solo gobierno cambie sus medidas; el aire viaja y por ello la acción debe ser regional, indican especialistas. Y esto es un asunto de vital importancia, pues el crecimiento de las áreas urbanas, la industria y el uso de automóviles, principalmente, han provocado que los llamados de precontingencia se extiendan a más y más ciudades de la República Mexicana.

-Con información de agencias.