El reto de usar el transporte público en la Ciudad de México para una mujer embarazada

08/03/2016 - 12:00 pm

En la grabación se aprecia que pese a que la mayoría de las personas que viajaban en el transporte público se percató del embarazo de Ixchel, no se inmutó en cederle el asiento. Además en algunas ocasiones la periodista tuvo que pedirle a las personas que se levantaran de los lugares marcados para discapacitados, personas de la tercera edad y embarazadas para que ella se pudiera sentar.

Ciudad de México, 8 de marzo (SinEmbargo).– Ixchel Cisneros Soltero, coordinadora de comunicación del Centro Nacional de Comunicación Social (Cencos) realizó un experimento social para evidenciar las problemáticas a las que se enfrentan a diario las mujeres embarazadas que usan el transporte público de la Ciudad de México.

A través de un video acompañado de un texto, la periodista con 20 semanas de embarazo, relata que decidió realizar el experimento luego de que un día ninguna persona le cediera el lugar mientras viajaba en camión y al percatarse de que 8 de cada 10 personase que se encontraban a bordo del vehículo eran mujeres.

“La vida se pasa en cuidar que no te den un codazo en la panza, vigilar que no abran tu bolsa y mantener el equilibrio”, explica la coordinadora de comunicación de Cencos.

Cisneros Soltero realizó un registro semanal durante un mes y tras finalizar el experimento compartió los resultados a través de sus redes sociales.

“En 18 días utilicé el metro, Metrobús, camión y microbús en 64 ocasiones. El primer asiento cedido fue en el día cinco del proyecto y me lo dio un señor de la tercera edad. En total me dieron 10 lugares, ocho hombres y dos mujeres. Es decir, me negaron 54”, menciona la periodista.

En la grabación se aprecia que pese a que la mayoría de las personas que viajaban en el transporte público se percató del embarazo de Ixchel, no se inmutó en cederle el asiento. Además en algunas ocasiones la periodista tuvo que pedirle a las personas que se levantaran de los lugares marcados para discapacitados, personas de la tercera edad y embarazadas para que ella se pudiera sentar.

Ixchel Cisneros mencionó que tras realizar el experimento hay dos cosas que le preocupan, la primera, la mala calidad del transporte público de la Ciudad de México, y la segunda la indiferencia de las personas.

“El hecho de decir «yo estoy cansado, yo tengo sueño, yo tengo prisa, los demás que se rasquen con sus propias uñas» me vuelve loca. De verdad, ¿no nos importa el otro?, ¿estamos dispuestos a pisotear al de al lado para salir nosotros abantes? Yo no”, concluyó.

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