Por Miguel Rivas Soto*

Hace unos días circuló en redes sociales un video sobre el avistamiento de una vaquita marina con su cría nadando en el Mar de Cortés, el único lugar en el mundo donde habitan. Ni tardo ni perezoso, sabedor del respiro que esto significa para la administración federal, el comisionado Nacional de Áreas Naturales Protegidas, Alejandro del Mazo, compartió las imágenes en su cuenta de twitter, que después fueron eliminadas para que -pecando de mal pensado- la buena noticia fuera anunciada por el Presidente Enrique Peña Nieto.

Sin duda, estas imágenes, son motivo de alegría para todos los mexicanos y no solo para las organizaciones ambientalistas que han dedicado grandes esfuerzos a su protección, sino también para el gobierno que ha sido fuertemente criticado por la ineficacia de sus acciones para evitar la extinción de esta especie.

La vaquita marina es el único mamífero marino endémico de México y lamentablemente se encuentra ante una inminente extinción porque queda atrapada de manera incidental en redes de pesca de totoaba, otro pez también en riesgo de desaparecer, que se captura para ser comercializar su vejiga natatoria por miles de dólares en el mercado asiático.

La población de vaquita marina ha decaído drásticamente en los últimos años, tanto que se calcula que quedan menos de 30 ejemplares, pese a las medidas que ha tomado el gobierno mexicano para su protección. En los últimos meses se han encontrado cadáveres de este animal aniquilando cada vez más la esperanza de que logremos salvarlas.

Enrique Peña Nieto resumió tanta alegría por la buena noticia en menos de 140 caracteres y  escribió que “El @gobmx sigue trabajando para evitar la extinción de esta especie mexicana”. La pregunta es cómo.

El futuro de la vaquita marina se vislumbra poco alentador: de acuerdo con los planes del gobierno, las vaquitas que aún existen en vida silvestre -incluidas las recién vistas- podrían ser capturadas durante los meses de septiembre y octubre para ser llevadas al cautiverio como lo plantea el programa Vaquita Conservación, Protección y Recuperación (Vaquita CPR). Eso en el mejor de los casos.

En el peor de los casos, estos ejemplares podrían tener el mismo futuro que han tenido cientos de sus parientes: quedar atrapadas en una de las tantas redes de pesca que esperan pacientemente por la pesca de la totoaba, frente a “la vista gorda” de las autoridades que nunca han podido frenar la presencia de estas redes en el Alto Golfo de California pese a las prohibiciones que se han dictado al respecto y los millones de pesos invertidos para desincentivar esta actividad.

Hoy es el momento para reflexionar sobre el futuro que tendrán las vaquitas marinas. Esa madre y su cría deberían nadar libres y seguras dentro de su hábitat, para lo cual es urgente reformular el modelo de pesca en México, pasando de una actividad extractiva a una ambientalmente sostenible que integre a la comunidad.

Ojalá que el reciente avistamiento de vaquitas marinas sea el motivo perfecto para que, de una vez por todas, el gobierno mexicano actúe con decisión y aplique medidas verdaderamente efectivas para la conservación de esta especie y no se quede solo en buenas intenciones como hasta ahora, de lo contrario este podría ser el último registro de la vaquita marina libre en el Mar de Cortés que presencie la humanidad.

*Miguel Rivas es campañista de Océanos de Greenpeace México

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Twitter: @greenpeacemx

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