El Boeing 747 E-4B “Doomsday” es la “sombra” en todo momento y lugar del Air Force One.
Ciudad de México, 8 de mayo (SinEmbargo/Vanguardia).- Dado el aumento de las tensiones entre las principales potencias del mundo, aunado a la amenaza latente de un nuevo conflicto armado a punto de estallar, el mundo ha puesto nuevamente su atención en el poderío bélico de cada nación para defender su territorio, a sus ciudadanos y, sobre todo, a sus mandatarios.
Dentro del amplio arsenal de EU, destaca el E-4B, mejor conocido como “Doomsday”, expresión en inglés que se refiere al ‘día del juicio final’.
Se trata un Boeing 747 adaptado para ser la “sombra” en todo momento y lugar del Air Force One y que entre sus capacidades está la posibilidad de operar un comando militar desde el aire en caso de conflictos armados, incluso durante una guerra nuclear.
Pero no es el único, hay cuatro aeronaves E-4B que han vigilado el paso de los presidentes de los EU desde 1975, sobre todo en viajes intercontinentales.
Por razones de seguridad, obviamente, no se conoce todo el equipamiento de estas aeronaves, pero se sabe que permite que el comandante en jefe y los oficiales máximos del Ejército —entre los que se encuentra el secretario de Defensa— puedan continuar ejerciendo sus funciones en caso de una emergencia nacional.
Las aeronaves cuentan con capacidades únicas que no pueden ser duplicadas por ninguna otra aeronave de la Fuerza Aérea que haya hoy en funcionamiento. Entre sus cualidades especiales, se encuentra la posibilidad de comunicarse con cualquiera donde sea que se encuentre en el mundo aun cuando en tierra todo método de conexión haya sido inhabilitado.
Llamada también “ave de aluminio”, por ser compuesta en su mayor parte de ese metal, ésta transporta a la mayor tripulación de una nave militar, pudiendo albergar en tres cubiertas a un total de 112 personas entre tripulantes y personal operativo.
Los E-4B tienen instrumentación analógica, lo que a primera vista parecería completamente desactualizado en nuesta era súper digital, pero la verdad es que esto la hace menos vulnerable a posibles ataques electromagnéticos, los que inhabilitarían los sistemas computarizados.
Los “Doomsday” pueden repostar combustible en pleno vuelo mediante una entrada en la parte superior del fuselaje, donde se encuentra la característica joroba del Boeing 747, que en las versiones de pasajeros aloja a la sección de Primera Clase, justo como se vio en la película ‘La Suma de Todos los Miedos’.
Esto le brinda la posibilidad a la aeronave de permanecer en el aire y completamente operacional por más de 35 horas, aunque de ser necesario el E-4B fue diseñado para poder volar ininterrumpidamente por una semana completa.
Cuando el Presidente se encuentra en suelo norteamericano, una de las cuatro aeronaves en operación permanece lista para despegar 24 horas al día, los 365 días del año, desde la base Offutt en Nebraska. En caso de que una emergencia se desate, la demora para entrar en funcionamiento sería prácticamente inexistente.
Esta aeronave fue concebida en plena Guerra Fría, en un contexto mundial en el que el estallido de un conflicto nuclear entre los EU y la Unión Soviética parecía algo inevitable.
En 2006 corrieron rumores —bajo el mandato del secretario de Defensa Donald Rumsfeld— de que la flota de E-4B sería puesta fuera de servicio para 2009, finalmente sólo una de las naves fue retirada en febrero de 2007.
Para mayo de ese mismo año, el E-B4 retirado fue puesto de nuevo en servicio dada la vital función que cumple, considerado la mejor herramienta para mantener al Presidente a salvo en caso de un ataque nuclear.
Con información de medios
