A menor movimiento, más vida: ratones muestran a científicos liga entre poca actividad física y longevidad

08/07/2013 - 1:00 am
Foto: Wikimedia Commons
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Ciudad de México, 8 de julio (SinEmbargo).- Un estudio realizado en ratones busca relacionar si la longevidad está vinculada a la actividad física de las personas, luego de que investigadores descubrieran una relación entre la escasa actividad y apetito de algunos roedores.

¿Qué hace que algunas personas tengan una predisposición de vivir más que el resto de la humanidad? Descubrir las claves que desembocan en la longevidad es una de las obsesiones de la ciencia desde hace varias décadas, mientras que las historias de ciertos personajes longevos despiertan la curiosidad de muchos.

El estudio realizado en ratones caseros indagó en la genética de estos roedores, para descubrir en qué radicaba la longevidad de algunos individuos. No obstante, el objetivo particular del experimento era entender si existía alguna relación entre diferentes conductas y el aumento o la disminución de la longevidad.

Biólogos del comportamiento, de la Universidad de Zúrich analizaron la relación entre la personalidad y la longevidad de ratones hembra en el que una menor audacia es sinónimo de mayor esperanza de vida, publicó PLOS One.

Basándose en que en todas las poblaciones –ya sea de ratones o humanos– existen diferencias de comportamiento que derivan en mayor o menor actividad física, en los que la tasa metabólica varía. Sin embargo, también esto está vinculado en la propensión al riesgo.

Los estudios realizados afirmaron que, en el caso de los humanos, las personas menos activas tienen una actividad metabólica basal más baja, por lo que –lógicamente– sus necesidades energéticas también son menores.

Foto: Wikimedia Commons
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Al sumar dichos factores, los científicos llegaron a la hipótesis de que la longevidad puede estar ligada de alguna manera con una conducta más o menos activa.

Por otra parte, aunque la conclusión puede sonar a mera hipótesis, la investigación indica que ambos factores están muy relacionados.

En lo referente al experimento realizado en los ratones, éste se centra en el estudio del haplotipo t –una variante genética propia de estos animales– y la relación entre la evolución de caracteres conductuales con este haplotipo.

En el caso de los roedores los resultados indicaron que, en efecto, los individuos menos activos eran más longevos y –además de no gastar tanta energía– solían ser más cautos que otros especímenes.

En conclusión, los ratones más longevos resultaron ser aquellos que no eran tan aventureros y que comían más.

Aunque los resultados no pueden ser extrapolados directamente a los seres humanos, destaca el posible nexo de determinados rasgos de conducta que también se encuentran en el comportamiento humano, los cuales podrían tener una relación estrecha con una determinada expresión génica y la propia longevidad. Sin embargo, debido a la complejidad del cerebro y conducta del humano, no es posible realizar esta relación tan a la ligera.

en Sinembargo al Aire

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